Un triunfo con potrero y gloria: crónica del 3-0 de Instituto sobre ...
¡Qué noche Instituto! Soñada. Y gloriosa. Sí, después de un largo tiempo el Albirrojo le regaló un triunfo holgado a su gente en Alta Córdoba. Finalmente fue 3-0 ante un Atlético de Tucumán que se fue con las manos vacías y con el bolso lleno de dudas.
La Gloria lo ganó desde el vestuario con un gran planteo de Dabove, que acertó con “bancar” a Puebla entre los 11 y también dio en la tecla con los dos cambios que metió tras el amargo 0 a 0 con Riestra. Se las jugó por Bay y Suárez y ambos le respondieron con una actuación para el aplauso.
Del partido en sí hay que destacar que de arranque Instituto se lo quiso llevar puesto al Decano. Primero lo tuvo Brizuela con un tiro libre que terminó en la barrera y luego Bay con un remate que fue a las manos del arquero. Después hubo un remate de Romero que se desvió y terminó en un córner que luego Suárez casi cambia por gol. Iban apenas 12 minutos.
Posteriormente el partido cayó en una meseta. Se hizo trabado, luchado, lento y con pocas chances. Incluso Atlético generó una jugada muy clara cuando Pereyra casi pone el 1 a 0 para la visita con un remate que se fue cerca de un poste.
Fue una mojada de oreja para un Instituto que a partir de ahí mostró su mejor versión. Puebla apareció en acción y a pura gambeta se llevó los primeros aplausos. Y aunque en primera instancia no culminó bien lo que insinuaba, fue por la revancha y se dio el gran gusto de su carrera.
Iban 36 minutos cuando Suárez peinó un lateral de Bay para habilitar a un Puebla que definió con gran categoría ante Devecchi para marcar el primer gol de su carrera.
Pero la Gloria fue por más. No quiso conformarse con esa pequeña ventaja y antes del cierre del primer tiempo consiguió el segundo tanto.
Bay inició la jugada con un gran cambio de frente para Franco, que tiró un centro que fue a los pies de Puebla. Tras un rebote en el ex Racing la pelota llegó a Suárez, que no tuvo más que empujarla. Fue un típico gol de “9″.
Con el resultado en contra Atlético metió tres cambios para el inicio de un complemento que si bien no tuvo la intensidad del primero, también contó con acciones interesantes.
De la mano de un Puebla inspirado la Gloria manejó los tiempos del partido. El ex Racing se hizo cargo de la pelota y de a ratos fue incontenible.
Incluso participó del tercer gol para habilitar a Acevedo, que mandó un centro que luego Cuello canjeó por gol. Al partido le faltaban 12 minutos pero la historia ya estaba liquidada.
Sobre el cierre Instituto pudo florearse y tocar la pelota para que los aplausos bajen desde las cuatro tribunas. Hacía tiempo que la gente no se volvía tan feliz a sus casas. Es más, la Gloria llevaba más de 500 minutos sin marcar un gol en su propio estadio. Y no solo que rompió esa racha, sino que le devolvió a su pueblo la ilusión de que este año van a poder pelear por algo más que la permanencia.
Porque el empate ante Riestra había llenado de dudas a más de uno. Pero ayer se disiparon todas. Los tres puntos de anoche dejaron de momento a Instituto como único puntero. Y con un panorama por demás alentador para que el sueño de luchar por el ingreso a una copa pueda hacerse realidad. Falta un montón. Pero se dio un gran paso.
