La sorpresiva mala racha de Haaland en partidos decisivos

16/08/2023 19:36hs.

Manchester City sufrió más de la cuenta y un partido muy cerrado -de hecho tras empatar 1 a 1 se definió en los penales- los comandados por Pep Guardiola se consagraron campeones de la Supercopa de Europa frente al Sevilla, vigente ganador de la Europa League. Si bien convirtió su ejecución en la tanda y cumplió con los aspectos tácticos, una de las noticias alrededor de la gran definición fue que Erling Haaland no pudo anotarse en el marcador. Aunque festejó con la medalla en su pecho, el noruego sumó un nuevo ítem en una estadística bastante llamativa.

La realidad es que el desempeño del Androide no deja de sorprender a propios y extraños. Con solamente 23 años, y poco más de uno desde su arribo al Citizens, ya acumula 54 goles y cuatro títulos obtenidos en 56 partidos oficiales en el elenco británico. Campeón de Premier League, de UEFA Champions League, de FA Cup y ahora de la Supercopa, el ex Borussia Dortmund igualmente no supo brillar en encuentros decisivos para dichos trofeos.

Cabe señalar que, tanto en juego como el goles aportados en instancias previas, lo de Haaland es más que destacado y por algo Guardiola lo mantiene como una fija en su once inicial. Sin embargo, al repasar cotejos por semis y finales, ya son siete instancias en las que Erling no pudo celebrar tantos propios ni asistencias.

Manchester City y Haaland, otra vez campeones.

En Inglaterra, el delantero nórdico no logró ser protagonista directo en goles cuando definió la pasada Community Shield frente al Arsenal, ni la anterior contra el Liverpool. Con los Gunners cayó en los penales y con los Reds 3-1 en los 90 minutos. Esos fueron encuentros de un solo partido.

En cuanto a la FA Cup, donde sí gritó campeón, tampoco generó tantos propios ni asistencias en semis con el Sheffield ni en el duelo definitorio contra el Manchester United. Así sucedió en el plano internacional, cuando dejó en el camino de la pasada Champions al Real Madrid y posteriormente en la final ante el Inter, con coronación en Estambul, Turquía. Entre esos, cinco duelos en los que no mojó y fue titular en todos ellos.

Contra Inter no hubo goles de Haaland.

Y este miércoles se sumó Sevilla, con el partido completo disputado, a la racha adversa en cuanto a goles de Haaland que ya acumula cinco finales y ocho partidos decisivos por un trofeo sin poder convertir.

La final de la Supercopa que ganó Manchester City

Y a pesar de que las formas de Guardiola son conocidas, lo cierto es que Guardiola probó variantes en Atenas. Las ausencias de Ruben Días y Kevin de Bruyne por lesión llevaron a Pep a probar una línea de tres con Kyle Walker (abriéndose hacia el lateral derecho en la contención), Nathan Aké de líbero (función que siempre ocupó el zaguero portugués) y el debut de Josko Gvardiol (stopper devenido a lateral zurdo). A su vez, tal cual ha hecho John Stones meses anteriores, Manuel Akanji conformó el doble cinco con Rodri en la salida y retrocedió para completar la línea de cuatro en el repliegue.

Intérpretes distintos, pero las mismas ideas. La salida limpia del balón, con 5 hombres (Walker, Aké, Gvardiol; Akanji, Stones) contra cuatro del Sevilla (Ocampos, Torres, Lamela y En-Nesyri), le permitió arribar sin inconvenientes al campo contrario. A su vez, Kovacic abandonó la posición de doble pivot junto con Rodri y se situó entre líneas con Phil Foden. Sin embargo, fallaron muchas cosas: la circulación interna, la presión tras la pérdida de la pelota, las coberturas con 50 metros de campo a sus espaldas y, claro, la precisión.

No obstante, la impericia del City en El Pireo tuvo mucho que ver con el correcto y acertado planteo de Jose Luis Mendilibar. En un primer momento, el Sevilla intentó disputarle la pelota al City, presionar la salida. Pero una vez que entendió que era muy difícil disputar el partido de igual a igual, el Blanquirrojo retrocedió y apeló a los ataques directos por medios de Lucas Ocampos. A otra cosa...Así, a los 25' PT, es escenario estaba claro. El City, totalmente asentado en campo contrario. El Sevilla, replegado en 25 metros, en 4-4-2, con las líneas bien juntas y obligando a su rival a lateralizar, impidiéndole llegar por adentro.

El golazo de cabeza de Youssef En-Nesyri, a los 24' PT, le cayó del cielo al Sevilla. Incluso, fue la única jugada de gol que tuvo en toda la primera mitad. Los de Mendilibar movieron rápido por la izquierda, para que Marcos Acuña tirara un centro maravilloso entre Aké y Gvardiol. Los de Pep quedaron aturdidos, comenzaron a llegar tarde a las presiones y la falta de creatividad para penetrar el muro de los españoles comenzó a hacerse notoria.

El tapadón de Ederson a En-Nesyri, en el inicio del complemento, mantuvo con vida al Manchester City. El Sevilla había encontrado la fórmula: cerrar líneas para que la pelota no llegue a los pies de Kovacic o Foden, poner doble marca (lateral y extremo) sobre Grealish y Palmer, y apelar a los contragolpes por el lado de Kyle Walker. Además, el City, que durante toda la temporada pasada se destacó por ser el equipo más sólido en la transición defensiva (fue el menos goleado y con menos remates en contra en la Champions), flaqueó rotundamente en el intento de cortar los ataques rápidos del rival. Estaba para el cachetazo.

Sin embargo, el 1-1 de Palmer, a mitad del ST, desvaneció la iniciativa de los españoles. Nuevamente, fue todo (absolutamente todo), del City. Sólo los extraordinarios 90' de Bono (pero no desde los 12 pasos) privaron a los ingleses de ganarlo antes: Palmer, Foden y Aké no vencieron en el duelo contra el arquero marroquí. En donde sí lo hizo el conjunto de Pep fue en la definición por penales. Metió los cinco. Nemanja Gudelj estrelló el suyo contra el travesaño. Y el Manchester City levantó la primera Supercopa de Europa de su historia. 14° título de Julián Álvarez. 36° de Guardiola, camino a quebrar todos los récords. Merecido.

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