Carlos Alcaraz, el rey de la arcilla en España

21 día atrás
Alcaraz

GREGORIO LEÓN

Carlos Alcaraz es el rey contemporáneo de la arcilla. Nadie en España ha ganado tantos partidos en tan poco tiempo, veinticuatro. Hay que rebobinar mucho la cinta para datar la última derrota de la joya de Murcia en tierra. Fue en su cumpleaños número dieciocho, con Rafa Nadal enfrente. Ahí, sin poder sujetar los nervios, intimidado por la figura egregia de la leyenda, no tuvo opción. Pero en tres años todo ha cambiado. El triunfo ante Jan-Lennard Struff no solo lo coloca en los cuartos de final del Mutua Madrid Open, sino que le hace igualar el récord de victorias seguidas, hasta ahora en poder exclusivo de Nadal: catorce triunfos. No es una batalla ganada más, que se limita al registro alcanzado. No, también por el cómo. Alcaraz masticó cristales para rendir a su oponente.

Aplaude la madre de Carlitos, Virginia. El padre suelta aire, en un suspiro de alivio, destensando las facciones contraídas. Están apareciendo piedras en el camino. Y las va poniendo, estratégicamente, Jan-Lennard Struff. El alemán no quiere ser solo un pasaje de la biografía de su oponente, al que ayudó en su formación ganándole en Roland Garros para que luego la tendencia de invirtiera. Hasta tres boles de ruptura ha tenido, salvadas por Alcaraz, que se apercibe de que debe elevar su nivel competitivo. Y por eso, a la mínima oportunidad que tiene, encuentra un resquicio y es él quien firma un break. 4-2. La cosa ya pinta mejor. 

El segundo capítulo parece que va como una seda para el jugador de El Palmar, que alza la voz con una nueva ruptura, confirmada con su servicio. Incluso la dejada, esa suerte artística en la que es un maestro, que le brota espontáneamente como si fuera exudación, pero que se le había resistido, empieza a darle puntos y confianza. Todo parece encaminado. Pero el tenis siempre reserva sorpresas. Struff está lejos de capitular. No va con él sacar bandera blanca tan pronto, y se anota dos juegos consecutivos para multiplicar el interés del partido. Y la manga se va al 'tie-break', cerrado victoriosamente por el alemán con un ace. Regreso a la casilla de salida. 

Y ahí Carlitos y el público se dan cuenta de que deben aliarse. Struff está crecido y la única manera de silenciarlo es transportando el partido al terreno emocional. Los aficionados aplauden. Alcaraz celebra un punto de forma entusiasta, tensando todos sus músculos en gesto ganador. Un quiebre de servicio le da el 3-1. Ahora, sí, el camino parece despejado. Pero solo es apariencia. Vuelve a erguirse Struff, que salva hasta cuatro bolas de partido y lo conduce a la muerte súbita, donde por fin, Alcaraz da el golpe definitivo y mortal para proclamarse rey de la arcilla, en medio del entusiasmo unánime. Una victoria que entra en el álbum de las elegidas en la historia pequeña y al mismo tiempo grande de un chaval que sigue enamorando, paseándose por el mundo con una sonrisa.  

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