Unión le ganó a Tigre y lo dejó en llamas

13/04/2024 16:00hs. Actualizado al 13/04/2024 19:39hs.

El derechazo de Joaquín Mosqueira que se le metió a Zenobio (previo desvío en Martín Ortega) desató el festejo de los jugadores de Unión y llamas que ni siquiera el aguacero podía apagar en las tribunas de Tigre. Bajo la lluvia, los hinchas del Matador no pudieron -ni quisieron- contener la calentura y se descargaron contra todos: no se salvaron sus futbolistas ni los dirigentes. El equipo de Victoria se despidió de la fase regular con seis caídas en fila, último en la Zona B y en el puesto del descenso por la tabla anual.

“Jugadores, la concha de su madre”, “la comisión, la comisión, se va a la puta, que los parió”, “que se vayan todos, que no quede, ni uno solo”, bramaba la gente de Tigre, enardecida por una campaña penosa. Sebastián Domínguez, corajudo, aceptó el desafío de tomar las riendas y perdió el segundo de los dos juegos que lleva al frente del equipo. Tigre navegó en un mar agitado, si poder afirmarse nunca. Apenas un triunfo logró en la Copa de la Liga, en medio de un océano de 11 derrotas, con dos empates mechados.

Tigre y Unión jugaron un partido malo en Victoria. Foto: Prensa Unión

Tigre no lo pudo remontar en medio del nerviosismo

El conjunto local ni siquiera pudo rescatar un punto ante un rival que venía de cuatro compromisos sin alegrías y al que tampoco le sobra nada. En un partido malo y ordinario en varios momentos del desarrollo, el Tatengue acertó en la que tuvo a los 21 minutos del ST e hizo un daño que Tigre no pudo reparar. Con los nervios de punta, en el contexto desfavorable que se respiraba afuera del campo de juego, al local le falto claridad y tiempo para sofocar el fuego anímico que ya se había encendido en la cancha. Si ya es un equipo con escasos recursos, mucho peor moverse con ese ambiente tan denso.

El Tatengue volvió al triunfo luego de cuatro partidos. Prensa Unión

El reparto de puntos le caía bien al Tigre - Unión

Acaso el empate hubiera sido lo más acorde a un trámite aburrido, con más fricción que buenas acciones colectivas. Sin aventuras individuales que rompieran la monotonía. Abundaron el apuro, las ejecuciones erráticas cerca de las áreas. La tarde era gris. Entre el agua que caía y lo que era el partido, la pelota estuvo triste. Y más aún el Matador, que se despidió muy mal.

El gol de Unión