"El duro", una película de acción solapadamente divertida

22 Mar 2024
Jake Gyllenhaal

Cultura y Espectáculos

"El duro", una película de acción solapadamente divertidaSe trata de una buena versión, a cargo de Doug Liman, de una mala película de 1989 protagonizada por Patrick Swayze. 

7 - EL DURO
(Road House/Estados Unidos, 2024)
Dirección: Doug Liman
Guion: Anthony Bagarozzi y Chuck Mondry.
Duración: 114 minutos
Intérpretes: Jake Gyllenhaal, Conor McGregor, Daniela Melchior, Lukas Gage, Billy Magnussen y Hannah Love Lanier
Estreno en Amazon Prime Video

La larga lista de remakes realizadas en los últimos años sumará una nueva integrante en Amazon Prime Video. Se trata de El duro, nueva versión del film de 1989 pensado como un vehículo para el lucimiento físico (no así actoral) de un Patrick Swayze que por aquel entonces atravesaba su periodo de gloria en Hollywood. Masacrada de forma unánime por la crítica y nominada a cinco premios Razzie –considerados como los “antioscar”, ya que reconocen lo peor de la industria audiovisual–, la película de Rowdy Herrington presentaba la historia de un doctor en Filosofía (¿?) que cambiaba las grandes disquisiciones sobre la condición humana por el mucho menos intelectual, pero más rentable, oficio de patovica de un bar de Missouri. En esta nueva versión, a cargo de un veterano del cine de acción como Doug Liman (Identidad desconocida, Al filo del mañana), el muchacho arrastra una experiencia traumática en los rings octogonales de la UFC, lo que explica que sepa muy bien cómo y dónde pegar para que duela, y busca nuevos horizontes laborales en las templadas playas del estado de Florida.

Al borde de la arena se ubica el bar bautizado con el muy original nombre de “El bar” (el “Road House” del título original). Es un lugar tranquilo, con música en vivo, linda vista y buenos tragos, pero la dueña enfrenta la costumbre de un grupo de revoltosos de darse una vuelta con la única intención de pudrirla con quien se les cruce, incluyendo a un camarero con ojo siempre morado. ¿Quién podrá defenderla? El lacónico y misterioso Dalton (un Jake Gyllenhaal en plan afectado pero con los abdominales siempre listos para ser exhibidos), al que en la primera escena la muchacha va a buscar a un tugurio de peleas ilegales donde el rival de turno se niega a enfrentarlo apenas descubre quién es. Sin mucho que perder, y quizás como un intento de huir de la situación que lo convirtió en paria, Dalton hace las valijas rumbo al sureste norteamericano, donde es recibido como un héroe por la comunidad. O, mejor dicho, por la amplia mayoría.

El encuentro inicial de Dalton con la bandita es la primera de varias peleas cuerpo a cuerpo que Liman filma con un pulso nervioso y envolvente, como si quisiera que los golpes se sientan del otro lado de pantalla. Que el propio Dalton, apuñalado en el abdomen, sea el conductor del auto en el que todos van al hospital es la primera muestra del humor que atraviesa un relato mucho menos almibarado y más volcado a la comedia de acción, con cada uno de sus actos presentando rivales cada vez más poderosos, que al drama romántico de los avatares del corazón. Por esos carriles circulaba la película de fines de los ’80 a raíz de la aparición de una médica local. Acá también hay una médica, pero su misión es completar el entramado informativo sobre los motivos detrás de la violencia en el bar. Aunque le da unos besos durante una excursión íntima mar adentro, el Dalton del siglo XXI tiene poco del candor de antaño. Lo suyo es líquido refrigerante en las venas.

La frialdad por momentos digna de una comedia deadpan de Gyllenhaal choca de frente con el carácter excesivo, grotesco al punto de la caricatura, ultra pasado de rosca de EL matón de la pandilla, a cargo del luchador de artes marciales Conor McGregor, última alternativa del villano para torcer el brazo de la dueña del bar y al que solo falta traerlo en una jaula para empardarlo con King Kong. Como los luchadores devenidos en actores Dwayne The Rock Johnson, John Cena y Dave Dautente, McGregor tiene un control perfecto de cada uno de sus enormes músculos. Con ellos da forma a una suerte de toro pasado de cafeína recién liberado en una corrida, una locomotora sin frenos que recorre la vía con unas ganas tremendas de ponérsela en cada curva. Ni eso perturba a Dalton, impertérrito protagonista de una película solapadamente divertida.

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