Estambul espera: Inter, Manchester City listos para jugar la final de ...

9 Jun 2023
Final Champions

Gab Marcotti

9 de jun, 2023, 12:56

ESTAMBUL, Turquía -- Esta ciudad ubicada entre Europa y Asia (literalmente se puede cruzar el puente e ir de un continente a otro) es el escenario perfecto para una final de la UEFA Champions League. Es la Copa de Europa, cierto, pero los finalistas son dos equipos propiedad de inversionistas asiáticos (el Manchester City con accionistas mayoritarios de Abu Dabi, el Inter Milan tiene inversores chinos) con atractivo global. Y esta ciudad, fundada hace casi tres milenios, está acostumbrada a ser nexo y crisol de culturas. Cuando se vive en un lugar donde chocan y fermentan personas, religiones y credos, el cambio es la constante... lo que quizás explica por qué Estambul ha cambiado tres veces de nombre.

Incluso hoy en día, la urbe turca sigue siendo una encrucijada. Si miramos al Estrecho del Bósforo, veremos barcos transportando granos ucranianos, escoltados por buques de guerra turcos. Si tuvieras vista de superhéroe de Marvel, podrías estar en las orillas y ver Ucrania y Rusia a la distancia. Giramos al oeste y allí está la Unión Europea; al sur, Egipto y el continente africano. Al este, está Siria, Irak, Irán y el Golfo.

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No sorprende ver que la aerolínea nacional Turkish Airlines se ufana de volar a más destinos que cualquier otra. Con la excepción de Australia y las Américas, nada parece estar especialmente lejano.

Quizás eso explica por qué tantos futbolistas extranjeros han hecho su hogar en Estambul. El recién coronado campeón Galatasaray, cuyos banderines rojos y amarillos adornan muchas calles de la ciudad, tiene en sus filas a Juan Mata, Mauro Icardi, Dries Mertens y Bafetimbi Gomis. El rival Fenerbahce cuenta con Michy Batshuayi, Enner Valencia y Joshua King. El Besiktas, cuyo imponente estadio colinda con el Bósforo, al igual que el Palacio de Dolmabahçe donde el Sultán gobernaba el Imperio Otomano, se ufana de tener en su plantilla a Nathan Redmond, Dele Alli y Vincent Aboubakar, el mismo que perdió su puesto en el Al Nassr cuando Cristiano Ronaldo llegó para estremecer a Arabia Saudita.

En lo futbolístico, Estambul también es la ciudad de las últimas luchas. El Inter debería contar con el aliento de una buena cantidad de seguidores neutros en el Estadio Ataturk en la noche de este sábado, y el equipo Nerazzurro no tiene escasez de veteranos y jugadores en busca de una segunda oportunidad: los ex veteranos de la Premier League Henrikh Mkhitaryan, Edin Dzeko y Matteo Darmian; hombres que confrontaron dificultades en la Premier League como el delantero Romelu Lukaku (cedido por el Chelsea), un Francesco Acerbi que venció dos veces al cáncer para convertirse en presencia a la defensiva, y el portero Andre Onana, que cumplió con una suspensión de nueve meses por dopaje luego de haber consumido por error la medicina recetada a su esposa.

Además, al seguidor neutral le encanta un desfavorecido. Y el Manchester City es el favorito abrumador. Están a 90 minutos de alcanzar el triplete de Premier League, FA Cup y Champions (o "treble", como lo llaman en Inglaterra), hazaña solo alcanzada por siete clubes en la historia de este deporte.

El Inter terminó tercero en la Serie A de Italia, a 18 puntos de contundente desventaja por debajo del Napoli (aunque alzaron la Coppa Italia). El City ha alzado cinco de los seis últimos títulos de Premier League. El Inter tiene un Scudetto en los últimos 13 años.

El técnico del City Pep Guardiola ha ganado 11 títulos de liga y dos Champions League, ampliamente considerado como uno de los más grandes innovadores tácticos y gestores humanos en la historia reciente. Como jugador, fue el general del mediocampo del legendario "Dream Team" del Barcelona, entrenado por Johan Cruyff en la década de 1990. El entrenador del Inter Simone Inzaghi tiene cero títulos de liga, cero Champions y muchos creían que sería despedido en marzo pasado. Como jugador, fue opacado por su hermano Pippo, más extrovertido e intenso (aunque menos talentoso). (Hasta hoy, el más discreto Simone se ve obligado a recordar a la gente que "no confundan mi cortesía con estupidez").

Ambas plantillas tienen delanteros centros de gran estatura. El City cuenta con la máquina goleadora de 22 años Erling Haaland, que ha anotado 52 tantos en 52 partidos esta temporada. Por su parte, el Inter tiene al bosnio de 37 años Edin Dzeko, un agente libre maduro que pasó tres meses y medio sin anotar y jugó cinco años vistiendo la camiseta del City entre 2011 y 2016.

El City es propiedad de miembros de la familia real de Abu Dabi, que ha invertido dispendiosamente en fichajes desde que adquirieron el equipo en 2008. Al punto de que la UEFA los sancionó por infringir las normas de Fair Play Financiero (FPF) en 2014 y les vetó por dos años por contabilidad falsa en 2020 (lo que fue posteriormente anulado por el Tribunal de Arbitraje Deportivo, que consideró que algunos cargos no estaban probados y otros habían prescrito). Ahora se enfrentan a acusaciones similares, esta vez de la Premier League, pero siguen manteniendo su inocencia (de hecho, afirman que "dan la bienvenida" a la oportunidad de limpiar su nombre).

El Inter es propiedad de la una vez poderosa Corporación Suning. La misma que, en 2021, se vio obligada a vender el 25% de sus acciones al gobierno chino tras sufrir problemas de liquidez. Anteriormente, también fueron acusados de infracciones de FPF y entre esa sanción y los problemas de liquidez de Suning, el Inter se ha administrado con un presupuesto relativamente modesto mientras sus dueños emiten bonos para cubrir deuda.

El City está invicto en la Champions League, tras haber despachado a RB Leipzig, Bayern Munich y Real Madrid en las eliminatorias. El Inter, que sumó par de derrotas en fase de grupos, tuvo un camino a la final mucho más complicado, superando al FC Porto (aunque, al estilo del Inter, estuvieron a punto de echarlo por la borda), Benfica y su rival de patio AC Milan.

Podría seguir haciendo comparaciones, pero ya captaron la idea.

Se trata de un clásico duelo entre nuevos ricos (aunque después de 15 años, uno se pregunta si el City dejará de ser "nuevo" para convertirse en "rico") y gigantes caídos. No olvidemos que el Inter ha sido campeón de Europa tres veces y alzó su triplete en 2010. El Inter está tan alicaído que sus camisetas negras y azules resultan particularmente apropiadas.

En la previa de la final, el Inter mostró un nivel relativamente discreto, esgrimiendo los estereotipos habituales sobre la "fe" y que todo es posible en un partido único. Saben que juegan con el dinero de la casa. Nadie esperaba verlos aquí.

Por su parte, el City parecía disfrutar imponiéndose más presión, con Guardiola declarando que "faltaría algo" si el club, a pesar de todos sus éxitos domésticos, no lograba ganar la Champions. Luego de tambalear en su única aparición hasta ahora en finales de Champions League (hace dos años contra el Chelsea) fue curioso oír eso, por muy sincero que fuera. Pero parece que a Pep le encanta la presión.

Sin embargo, esto es fútbol. Nada de lo anterior importará una vez que crucen la línea e ingresen a la cancha. El FPF, los cheques, traspasos, linaje en Europa, reputaciones... todo ello desaparecerá cuando el árbitro Szymon Marciniak sople el silbato. Serán 11 contra 11 y los hombres en la cancha tendrán que volver a demostrar su valía.

El guion está por escribirse. Y si bien es poco probable que el Ataturk sea testigo del drama impensable de 2005 y la remontada del Liverpool luego de estar 0-3 ante el Milan, la verdad es que no podemos dar nada por seguro. Estará en manos de los jugadores, entrenadores y árbitros. Y de los Dioses del Fútbol, por supuesto. Ellos también tendrán algo que decir.

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