La Escuela Canina de Catástrofes realizó una demostración y ...

30 Abr 2023
Foto Eliana Obregn Foto: Eliana Obregón.

Con la participación de una decena de animales adiestrados, la Asociación Civil Escuela Canina de Catástrofes (ACECC) realizó este sábado a la tarde en el barrio porteño de Barracas una demostración y simulacro de cómo sus perros rescatan a las víctimas de derrumbes, en el marco del Día del Animal y porque el 26 fue el Día Internacional del Perro de Rescate, que en Argentina se celebrará este domingo.

Se escucha el sonar de las sirenas y los Bomberos Voluntarios de La Boca ingresan, con cascos puestos y camilla en mano. Entonces se realiza una evaluación del terreno y de las posibles víctimas. Considerado seguro el terreno, Aime, una perra de raza Ovejero Belga de 4 años ingresa a la escena y recibe la orden de "busque" e inmediatamente atraviesa los escombros de piedras, palos, gomas, objetos punzantes y rastrea.

De repente se queda quieta y comienza a ladrar y su guía se acerca y grita "víctima", es ahí cuando los bomberos se acercan y Aime permanece acostada.

Se viven momentos de tensión y un no habitual silencio -si esto fuera un rescate real- mientras los presentes miran expectantes.

Foto Eliana Obregn Foto: Eliana Obregón.

De pronto en un mar de aplausos, logran retirar a Javier un bombero de La Boca en camilla, quien se había colocado en los túneles debajo de las piedras simulando ser "la víctima atrapada", como demostración de cómo trabajan los perros de rescate durante una visita que realizó Télam al predio de la ACECC ubicado en Vieytes 801.

"La rutina arranca siempre en el vehículo. Hay un collar en particular, un lenguaje en todo el entrenamiento. 'Vamos a buscar', les decimos para motivarlos. El guía evalúa para donde va el viento que pueda chocar con su hocico donde las partículas más vuelan y pueda obtener la información de los olores", explicó a esta agencia Adriana Azcorra, secretaría y guía del ACECC.

"La asociación nació el 13 de octubre de 1995, después del atentado a la AMIA. En Argentina no había perros de rescate y hoy tenemos delegaciones en todo el territorio nacional, desde Tierra del Fuego hasta Salta, con alrededor de 150 perros preparados para distintos operativos", dijo Juan Carlos Lombardi, presidente de la ACECC, mientras a su lado permanece acostada la reciente jubilada Teia's Afra, ovejera belga, de 14 años, madre de Aime.

Foto Eliana Obregn Foto: Eliana Obregón. Cómo es el trabajo con los animales

Con respecto al criterio de elección de los perros para realizar estas tareas, Lombardi detalló que "no hacemos hincapié en una raza específica, lo que nos interesa a nosotros es que el perro tenga un buen olfato, que sea ágil, con mucha motivación para poder moverse arriba de los escombros o un campo abierto, el estado físico es muy importante".

Si bien los perros que hoy están en el predio son de la escuela, las personas pueden anotarse y ser voluntarias con su propia mascota, pero "lo mejor es que nosotros empecemos a laburar con los cachorros lo más temprano posible", ya que "para entrenar a un perro y llegar a un operativo se logra por lo menos en un año y medio de trabajo".

Todos los guías tienen que conocer a todos los perros con los que van a trabajar, pero evalúa que guía puede trabajar con qué perro.

Con respecto al retiro de los animales del servicio, se realiza cuando el perro "no tiene más ganas" o "ya no le da la capacidad física", y nunca "se lo tiene que forzar, porque lo principal es su bienestar", hizo hincapié Lombardi.

Los canes jubilados como Afra pasan sus días en el predio y son los "más mimados" y "hacen lo que quieren".

Dentro de un corral denominado "pista de destreza" hay dispuestos distintos obstáculos que son los elementos principales para iniciar el entrenamiento de los perros.

"Tenemos una serie de ejercicios, tanto de obediencia como de destreza. El objetivo final es evaluar el control. Porque cuando vas a una catástrofe, si el perro es un atolondrado o descontrolado, pones en riesgo la vida del animal y por lo tanto no puedes cumplir con tu función", describió Azcorra mientras Maga, una labradora dorada de 7 años que trabaja en la búsqueda de personas vivas en rescate acuático, la mira y ladra constantemente.

Foto Eliana Obregn Foto: Eliana Obregón.

También se encuentran los demás protagonistas de la jornada, que son Porkies un perro de raza Jack Russell, que pesa 6 kilos, y fue entramado para ingresar a lugares pequeños donde los perros grandes no podían acceder, como en el terremoto de México del 2017 donde la asociación logró salvar a 7 personas.

Escaleras de madera dispuestas horizontal, puentes con tablas que se mueven, túneles, pisos con gomas, cepillos, botellas plásticas, palos, escombros, son los elementos dispuestos en la pista.

Porkies sube por el puente movedizo, lo cruza y permanece quieto hasta que su guía le da la orden de bajar, mientras que Maga cruza las escaleras esperando su comida "de premio" al finalizar.

"Lo que buscamos es que el perro empiece a pensar en lo que está haciendo. Las escaleras, que para nosotros pueden parecer sumamente tontas, para ellos les da el espacio que tienen al vacío. Saber cómo medir la distancia entre escalones. Luego lo hacemos socializar con el espacio, con todo tipo de materiales, por ejemplo les ponemos botellas porque, ¿a qué perro no le gusta cazar la botella e irse a jugar?, y eso no puede pasar en un rescate", detalló Azcorra mientras recorría cada obstáculo dispuesto.

Foto Eliana Obregn Foto: Eliana Obregón.

Tanto Maga, Aime como Porkies son perros de rescate de "personas vivas", luego están Roma y Marlo dos setters marrones de 14 y 12 meses respectivamente, y Moca, un perro Beagle, que no han participado de operativos ya que van a rendir en junio el nivel inicial.

Luego existen los canes entrenados en "resto humano", que es el caso de la perra Belu de Ariel Gustavo Rosa, integrante de la escuela.

"En una catástrofe la prioridad son las personas vivas y cuando ya se descarta todo tipo de posibilidad pasan los perros de restos humanos. El entrenamiento de todos los perros, al principio, es igual para todos. Luego se le enseña a buscar la identificación de los olores. Una persona en descomposición larga ácidos que el perro capta", describió Rosa.

Con "pastillas" o "cebos" que largan el olor similar a un resto humano "vamos entrenando su olfato", pero "por suerte, en muchos operativos que participamos, la persona la hemos encontrado con vida y no la encontró mi perra", bromeó el guía.

Del encuentro auspiciado por la marca de alimentos caninos Royal Canin participaron personal de dotaciones de bomberos, cuarteles de policías, Ejército Argentino, guardavidas, agentes de seguridad, enfermería, primeros auxilios y la Cruz Roja Argentina.

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