Cuatro naufragios después, Zverev tendrá que seguir escuchando ...

El de Alexander Zverev, para bien y para mal, está siendo uno de los grandes nombres del tenis en 2024. Para bien, porque está teniendo la temporada más regular que se le recuerda. Para mal, por ese juicio por violencia de género en el que acabó llegando a un acuerdo y por su nuevo naufragio en los torneos de Grand Slam.

Las semifinales de Australia, la final de Roland Garros, los octavos de Wimbledon y los cuartos del US Open dibujan el mejor año a nivel de resultados de Zverev en los cuatro grandes torneos del calendario. Sin embargo, dentro del envoltorio, en la letra pequeña, se puede leer una nueva gran decepción en la carrera del número cuatro del ranking ATP al que no dejan de escapársele los trenes. Y algún día dejarán de pasar.

En Australia dejó escapar una ventaja de dos sets en semifinales frente a Daniil Medvedevpara acabar perdiendo 5-7, 3-6, 7-6 (7-4), 7-6 (7-5) y 6-3. En Roland Garros mandaba por dos sets a uno ante Carlos Alcaraz en la final. El español empezó incluso a tener problemas físicos en el cuarto set, pero acabó dando la vuelta al marcador para llevarse el título por 6-3, 2-6 , 5-7, 6-1 y 6-2.

Un mes después, en Wimbledon, se repitió la escena de Australia. El alemán dominaba a Taylor Fritz en octavos tras llevarse los dos primeros sets, pero entregó los tres siguientespara terminar cediendo por 4-6, 6-7 (4-7), 6-4, 7-6 (7-3) y 6-3. Y este martes volvió a despedirse del US Open ante idéntico protagonista y en cuartos.

Es cierto que ante Fritz en Nueva York no llegó a gozar en ningún momento de una ventaja tan clara como en los tres primeros grandes del curso, pero la decepción esta vez llega por el nivel ofrecido y por la oportunidad desperdiciada: porque de ganar a Fritz (12º de la ATP) se habría enfrentado en semifinales a Frances Tiafoe (20º) y porque Novak Djokovic y Carlos Alcaraz, los dos últimos campeones, se habían despedido en la primera semana. Ocasiones así pocas veces se presentan.

Otra final perdida con dos sets de ventaja

Desde que empezó a despuntar hace ya casi una década, Zverev tuvo que convivir siempre con unas altísimas expectativas. Es lo que tiene ser dueño de un tenis excelso. Y ahora, a sus 27 años, puede presumir de muchísimo: ha sido número dos del ranking mundial, ha levantado seis títulos de Masters 1000, es campeón olímpico, ha conquistado dos veces la Copa de Maestros, y ha regresado a su mejor nivel después de destrozarse los ligamentos del tobillo. Pocos pueden presumir de semejante palmarés.

Sin embargo, en los Grand Slam tiene un enorme agujero. En 2020 alcanzó por primera vez la final de uno, precisamente en el US Open, y dejó escapar una ventaja de dos sets para acabar perdiendo ante Dominic Thiem por 2-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6 (8-6). Desde entonces, ha pisado cinco semifinales y otra final (la de este año), pero nunca ha podido dar el paso definitivo.

Si lo dará algún día es algo para lo que habrá que esperar, pero lo que está claro es que después de los cuatro naufragios de 2024 tendrá que seguir escuchando esa pregunta que le persigue desde que aterrizó en la ATP. ¿Cuándo ganará Zverev un Grand Slam?

El martes por la noche no le hicieron esa pregunta en Nueva York, pero el germano sí que habló de sus sensaciones. Y no eran buenas. "Es la vez que más frustrado estoy en mucho tiempo. Y también estoy enfadado. No estaba así desde hace mucho tiempo", señaló el número cuatro del ranking.

"He jugado terrible. El saque y el resto fueron bien, pero desde el fondo de la pista jugué fatal. No recuerdo pegar tan mal el revés (de largo su mejor golpe) desde que estoy en el circuito. Fallaba puntos en mitad de la pista, sin ritmo... Terrible, ha sido terrible", añadió. "Hubo un momento en el que ya no sabía qué hacer. Había muchas preguntas en mi cabeza y yo no sabía qué hacer, cómo ir a por ello y cómo poner la pelota en la pista. No tengo respuestas ahora mismo".