Con Xi Jinping al frente, despejando los rumores de que el líder chino había sufrido un derrame cerebral, concluyó este jueves en Pekín el pleno que, durante cuatro días, desarrollo el Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh). El cónclave anunció su reestructuración, a partir de la expulsión de tres altos cargos acusados de corrupción, informó el diario local South China Morning Post.
El Comité Central, compuesto por 205 miembros elegidos por cinco años y 171 suplentes sin derecho a voto, se comprometió a "profundizar en las reformas militares chinas, mantener el liderazgo del Partido sobre el Ejército Popular de Liberación y proporcionar garantías efectivas para lograr la modernización militar y potenciar la defensa nacional". Esto sin mencionar de manera directa los actos de corrupción en los altos mandos militares, pero sí llevando a cabo medidas al respecto.
En este contexto, la agencia estatal Xinhua anunció la expulsión del Partido de Li Shangfu, ex ministro de Defensa, Li Yuchao, ex jefe de la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación, y Sun Jinming, jefe de estado mayor de dicha fuerza. Los tres fueron expulsados por "graves violaciones de la disciplina y la ley", que se traduce como actos de corrupción que amenazaban con ensombrecer el poder de Xi Jinping.
Según expertos en el tema, este movimiento forma parte de la controvertida campaña anticorrupción liderada por Xi, quien ha centrado sus esfuerzos en depurar los altos escalafones del Partido y el aparato estatal de elementos considerados díscolos o contrarios a su liderazgo.
El líder chino, además, instó a los miembros del Comité Central a "mostrar una fe y un compromiso inquebrantables" con su estrategia para determinar el plan de desarrollo durante la próxima década, incluso cuando los bancos de inversión internacionales han recortado sus previsiones de crecimiento para el gigante asiático.
Esta reunión de produjo poco después de que, recientemente, la Oficina Nacional de Estadística reportara que la economía china creció un 4,7% en el segundo trimestre de 2023, un resultado que se sitúa por debajo del 5,3% registrado en el trimestre anterior y de las estimaciones de los expertos.
El objetivo planteado por China, dijo Jinping, es "lograr convertirse en una gran potencia socialista moderna en todos los aspectos para 2049, impulsando así el rejuvenecimiento integral de la nación".
En tal sentido, el máximo órgano de la dirección comunista del país expresó el compromiso del Gobierno de "modernizar el complejo industrial, apoyar la demanda interna, reducir los riesgos asociados a la deuda y la propiedad y aplicar reformas presupuestarias y financieras".
Además, según la agencia Nueva China, Pekín también quiere mejorar los mecanismos de seguridad social, sanidad y distribución de la renta, así como aplicar reformas agrarias.
