La ingeniería de Milei para blindar el veto y los fondos de la SIDE

12 Sep 2024

A Javier Milei le sobraron diputados: juntó 87 y blindó su veto al aumento jubilatorio. El universo opositor sumó, enfrente, 153 manos. El libertario se nutrió del volantazo de cinco radicales –cuatro de ellos habían votado a favor el 5 de junio–, el apoyo al veto o la abstención de legisladores que reportan a los gobernadores Osvaldo Jaldo (Tucumán), Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro). Todos, 98 días atrás, respaldaron el proyecto.

Veto - Figure 1
Foto Cenital

Milei ganó, pero la matemática del veto es engañosa. ¿Qué significan realmente esos 87 votos? Aunque son esenciales para bloquear la insistencia contra el veto, están muy lejos de los 129 necesarios para lograr el quórum. Aún así, representan un número no menor por tratarse de un tema ultra sensible, de posible alto costo político, en particular para los conversos, como son las jubilaciones. Una referencia: a fines de abril, la Ley Bases fue aprobada con 142 votos.

El dato es otro: el conglomerado opositor perdió votos (había tenido 160 en junio) y el oficialismo ganó al pasar de 72 a 87. La voltereta del quinteto de radicales no explica, por sí sola, la escalada. Milei se nutrió de la casta territorial, del club de gobernadores que empezó a mirar el 2025. El correntino Gustavo Valdés fue determinante porque a él tributan, de manera directa, dos de los cinco radicales conversos, el misionero Martín Arjol y el correntino Federico Tournier.

Enfrentado en la interna radical con Martín Lousteau, lo que lo hermana con Mariano Campero, el tucumano que completa el poker del volantazo con el cordobés Luis Picat y el neuquino Pablo Cervi, Valdés tiene elecciones de gobernador el año próximo y no puede reelegir. Quedó, además, golpeado por el caso Loan. El libertario Lisandro Almirón se lanzó como candidato. La lógica fundamental de Valdés es pegarse al gobierno para abortar una lista de LLA y/o sellar una fusión con Milei que involucre, incluso, al peronismo de Carlos “Camau” Espínola, el senador que fue reelecto en 2021 por el Frente de Todos (FdT) pero que el año pasado se apartó del bloque y migró a una postura filo-libertaria cuando apoyó la Ley Bases. “Camau” integró, este miércoles, el contingente de senadores que visitó a Milei en Casa Rosada.

Libertarismos

El zoom sobre los radicales conversos desdibujó la trazabilidad de otras mutaciones. Siete diputados de Innovación Federal, que en la votación anterior apoyaron el proyecto, esta vez se abstuvieron. Tres tucumanos, electos por el FdT, que formaron el bloque Independencia que controla el -en la jerga de Daniel Scioli- peronista libertario Osvaldo Jaldo, se habían ausentado en junio y ahora dijeron presente para apoyar el veto de Milei. Los dos legisladores de Producción y Trabajo, que responden al gobernador de San Juan, Marcelo Orrego, también cambiaron su posición: pasaron de abstención a positivo.

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Una gama de funcionalidades para la Casa Rosada. No solo los que migraron a negativo, sino también los que pasaron de positivo a abstención. La ingeniería para blindar el veto se apoya en la necesidad de los gobernadores de mejorar el vínculo político con la Casa Rosada, no tanto por la espera de mejores tratos, sino porque los abruma una debilidad política: todos tienen voto solapado con Milei y el apoyo al libertario se traduce en esa clave.

Otros jefes territoriales, como el cordobés Martín Llaryora o el chubutense Ignacio “Nacho” Torres, tuvieron otra postura. Los diputados cordobeses, que integran Encuentro Federal, el bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto, se opusieron al veto. Hay razones: el proyecto incluía una solución al tema de las cajas previsionales provinciales, un tema hiper sensible para el gobierno cordobés. “Milei no pidió nada”, dijeron en Córdoba. Lo mismo se afirmó en el entorno de Torres. Eduardo Ávila, sindicalista muy cercano al gobernador chubutense, votó contra el veto. El cordobesismo, que anota como candidato a diputado a Juan Schiaretti para el año próximo, se prepara para enfrentar a La Libertad Avanza (LLA). Es casi una lógica histórica: la tercera posición. Llaryora tropieza, como Schiaretti en tiempos de Macri, con un factor: gran parte de sus votantes simpatizan con Milei.

Al contrario, los provincialismos que expresan Weretilneck en Río Negro, Passalacqua en Misiones y Sáenz en Salta buscan al menos tejer acuerdos de no agresión. Son, en general, oficialismos patológicos que se han llevado bien con los distintos gobiernos. El rionegrino es un caso testigo: fue aliado de Cambiemos hasta el 2019, luego fue filo K hasta el 2023 –fue aliado al FdT en la elección local que le permitió reelegir–y ahora colabora con La Libertad Avanza (LLA). Orrego, que derrotó al peronismo de los Uñac en San Juan, era orbital a JxC pero vía Horacio Rodríguez Larreta y busca una brújula. Las elecciones intermedias hiperpolarizadas, y muchas veces ultra nacionalizadas, suelen ser un problema para los partidos provinciales.

Hubo otros votos anexados respecto a la votación de junio que tienen simbolismo político: María Eugenia Vidal y Silvia Lospennato, dos diputadas que operan como delegadas de Mauricio Macri, se habían ausentado en la sesión que aprobó el aumento a jubilados y ahora se sumaron a los 87 que sostuvieron el veto de Milei. En Casa Rosada, este miércoles, el presidente militó el déficit cero, dijo que la economía empezó a rebotar y dio un argumento político más de fondo: “Muchos decían que, con el ajuste que hicimos, la calle debería estar prendida fuego y no ocurre”, dijo y aseguró que es porque está bajando la inflación que es lo que más afecta a los sectores bajos.

Los fondos secretos

La variable electoral tiene otra derivación. Milei recibió a un puñado de senadores en la Casa Rosada, con lo que reactivó, en la práctica, otras negociaciones. Una, referida a la Boleta Única de Papel (BUP) que se aprobaría hoy pero con reformas, lo que la devolvería, con destino incierto, a Diputados. La otra es el DNU que otorgó 100 mil millones de pesos a la SIDE para fondos reservados. Luego de la reunión, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, le mandó una nota a la vicepresidenta Victoria Villarruel para que acepte que haya una “sesión secreta” para explicar el uso de los fondos reservados. Los encargados de hacerlo son el titular de la SIDE, Sergio Neiffert, y los ministros Patricia Bullrich y Luis Petri, de Seguridad y Defensa, respectivamente. Es un operativo para bloquear el rechazo al DNU que ya tuvo un amplio apoyo en Diputados, donde incluso parte de los legisladores del PRO levantaron la mano contra ese decreto y lo hicieron por un pedido directo de Macri.

El otro asunto es el proyecto sobre fondos universitarios que tendría los votos para aprobarse, pero que, luego del veto presidencial al aumento de jubilaciones, podría correr el mismo destino. Algo se prepara ahí: una mega movilización, si se aprueba el proyecto, para oponerse a un eventual veto.

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