A 30 años de la Libertadores, Vélez armó una fiesta de goles para ...

16 días atrás

No hay lluvia, viento ni frío que alcance para apagar la fiesta. Se encienden las luces de los celulares en las tribunas del José Amalfitani y los fuegos artificiales explotan en el aire cuando el reloj se posa en el minuto 30 del primer tiempo.

Velez - Figure 1
Foto Clarín.com

Carlos Bianchi ríe desde uno de los palcos, le levanta la mano a cada uno de los hinchas que se dan vuelta para saludarlo por los 30 años del triunfo ante San Pablo en la final de la Copa Libertadores de América. Adentro de la cancha, Elías Gómez grita el segundo gol de Vélez ante Independiente Rivadavia. Sí, el pasado, el presente y el futuro se juntan para ser celebrados en Liniers.

Lo que pasó allá en 1994 es historia pura y lo que está sucediendo ahora tiene expectante a cada uno de los simpatizantes que se acercaron para ver al Fortín muy a pesar de la persistente tormenta. Vélez, ese equipo que deslumbró al mundo tiempo atrás al vencer al mítico equipo de Telé Santana, es ahora el único líder del torneo local -hasta que juegue Huracán- gracias al implacable triunfo 4 a 0 ante los mendocinos.

Juega bien Vélez. Posiblemente sea el mejor del fútbol argentino. El entrenador Gustavo Quinteros aceitó una idea, encontró los intérpretes y fue sumando competencia interna. Por eso brilla el Fortín, se desarrolla casi que de memoria. La sensación que regalan los futbolistas velezanos es que saben a la perfección qué tienen que hacer en la cancha.

Velez - Figure 2
Foto Clarín.com

Si le dará o no para ser campeón será otra historia porque se presume que en algún momento se despertarán los colosos River, Boca y Racing, clubes con otros presupuestos y con más jerarquía en los numerosos planteles. Pero Vélez tiene con qué pelear, claro.

Carlos Bianchi, presente en los festejos a 30 años de la Copa Libertadores del Fortín. Foto: FOTOBAIRES.

En los primeros minutos, Independiente Rivadavia sorprendió porque se paró bien alto en el campo. El de este sábado era el debut del entrenador Alfredo Berti. Pero en pocos segundos el local se acomodó y fue el que impuso las condiciones de principio a fin. Braian Romero dibujó un golazo de tijera tras una buena jugada colectiva (pared entre Claudio Aquino y Thiago Fernández) y desde entonces hubo un solo equipo en la cancha.

El esquema de Quinteros es un 4-2-3-1 que tiene la particularidad de que los dos volantes centrales suelen presionar alto. Así, juegan más cerca de los atacantes que de los defensores. Agustín Bouzat se mueve del centro a la izquierda y el muy interesante juvenil Christian Ordoñez del medio a la derecha.

Velez - Figure 3
Foto Clarín.com
El 1-0 lo marcó Braian Romero y se lo dedicó a Bizarrap, hincha del Fortín. Fotobaires.

¿Qué permite esta disposición? Que Vélez ataque con muchos futbolistas porque los laterales (Elías Gómez y Joaquín García) también tienen libertad para ir. El segundo gol del Fortín puede servir para graficar: centro de Ordoñez desde la derecha y gol de Elías Gómez, que cabeceó casi en el área chica del arco que defendió el ex River, Ezequiel Centurión.

No sacó el pie de acelerador Vélez en la segunda mitad y Francisco Pizzini y Michael Santos anotaron el tercero y el cuarto, respectivamente. Vale recordar que en la fecha pasada el conjunto de Quinteros había goleado 5-0 a Barracas Central en cancha de Huracán.

Velez gana, gusta y golea. Foto: Fotobaires.

También fue muy celebrado un gesto de Braian Romero, la figura: le dejó patear el penal al uruguayo Santos, que entró por el lesionado Aquino y que llegó para pelearle el puesto al goleador. Y la generosidad le valió la ovación.

Independiente deberá trabajar bastante para escaparle a la zona del descenso. La idea ambiciosa de Berti se plasmó en los segundos iniciales. “Fue un día de mierda. Nos salió algo en los primeros 15 minutos, pero después no superó ampliamente Vélez”, confesó el defensor Esteban Burgos.

El andar de Vélez ilusiona a los hinchas: ganó 8 de los últimos 9 partidos que jugó; empató el restante 2-2 ante Banfield. Más: en esos duelos marcó 25 goles y le anotaron apenas 3. Por eso se celebró bajo la lluvia en Liniers, no solo por los 30 años de la Libertadores 1994.

El resumen del partido

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