Jones: “El Valencia Basket es mi NBA”
Chris Jones es un escolta pequeño (1,88) pero con una tremenda capacidad anotadora que lo ha convertido en uno de los estadounidenses (Garland, Texas) de primer rango en la Euroliga. Lo demostró la pasada temporada en el Asvel y lo ha ratificado en su primer curso en el Valencia Basket (13,7 puntos y 4,4 asistencias de media). Con 29 años, ha encontrado más que un equipo a orilla del Mediterráneo, y por eso ha renovado su contrato tres temporadas más, hasta 2026, a pesar de su gran nombre en el mercado y de que el Valencia, en principio, no estará en la próxima edición de una Euroliga a la que el club taronja quiere regresar cuanto antes.
Después de jugar cuatro años de universidad entre North Texas y Angelo State, Jones empezó una ruta de lo más inusual para acabar en Francia y España: Mongolia, Suiza, Bélgica (entre 2015 y 2019) y después Turquía (Bursaspor) e Israel (Maccabi). Además, juega con nacionalidad armenia y compite con la selección de este país, con la que ganó en 2022 el Campeonato de Europa para Países Pequeños. Su actuación incluyó un partido de 41 puntos, 8 triples y 10 rebotes en la final contra Malta y un cantado MVP gracias a sus 24,5 puntos, 6,5 rebotes y 7,3 asistencias de promedio.
Así que, aclara en entrevista para Basket News, cuando hubo que cerrar su continuidad en Valencia tenía una perspectiva más amplia que el cortoplacismo económico y deportivo: “El Valencia se ha ganado obtener una wildcard para la próxima Euroliga, pero no decido yo”, asegura mientras recalca que él y su familia están han encontrado la felicidad en Valencia y que por eso valora tanto su continuidad y en el equipo. Y más después de sus años como trotamundos y el paso por las ligas de países como Mongolia: “A cualquiera que tuviera que seguir una ruta así le diría que crea en sí mismo. Que trabaje. Y que tarde o temprano tendrá su momento. Quizá más tarde de lo que le gustaría, pero hay que poner el trabajo, creer en uno mismo. Y cada que surja una oportunidad, aprovecharla”.
Mongolia (jugó en el Tuv Ajmag) fue una experiencia especialmente reveladora para él: “Para mí fue algo importante, diferente, que hace que ahora valore mucho más todo lo que tengo. En Mongolia tenía que jugar dos partidos seguidos sin que limpiaran siquiera la pista entre uno y otro. Todo eso te hace valorar las cosas de otra manera. Vivía con dos compañeros de equipo en un apartamento que no era muy grande, teníamos solo un baño. Tenía que lavar la ropa a mano y tenderla allí, había momentos duros. Así que llegar a donde he llegado, estar aquí, especialmente en Valencia, es como la NBA para mí. Esto es mi NBA”.