Verón y Fassi empujan, Toviggino aprieta y un proyecto secreto

14 días atrás
Toviggino

Primero hay un problema de falta de legitimidad. Cuando el delantero de Talleres Federico Girotti dice: “En este fútbol que está tan manchado, Toviggino que sale a hablar en la semana… ¿quién es Toviggino?…”, expresa una desconfianza justificada. Porque la pregunta ¿quién es Toviggino? es válida. En lo formal, el tesorero de la AFA. En la realidad, el operador de Chiqui Tapia y el “apretador” de las voces críticas.

En la fila de quienes recibieron su baño ácido en X aparecen Juan Sebastián Verón, Carlos Tevez, Jorge Brito, presidente de River; Andrés Fassi, presidente de Talleres de Córdoba, y Daniel Scioli. A Verón y a Fassi les dijo: “…quedarán con el culo al aire”. Al menos está claro lo que no es Toviggino: un intelectual.

Pero Toviggino no es Tapia, no fue elegido por el voto de nadie; tampoco somete su gestión al escrutinio público y escapa de la exposición (en su cuenta de X dice El prestigio de Dios está en que se hace ver muy poco”). Opera en las sombras sostenido por su cercanía con Sergio Massa y Daniel Angelici, y desde la impunidad que implica postear en las redes sociales.

Esa virtual clandestinidad del dirigente más influyente de la AFA es la que define el clima actual del fútbol argentino: un territorio de desconfianzas y sospechas.

En ese clima se plantea el debate más importante de los últimos años. El de la posible transformación de los clubes en Sociedades Anónimas Deportivas. Desde quienes impulsan un cambio, la incipiente discusión tiene dos voceros: Andrés Fassi y Juan Sebastián Verón. Ambos, con matices, empujan la incorporación de inversores privados en los clubes como una manera de fortalecerlos. Y desde ese cambio en los clubes escalar hasta una transformación en la AFA.

Dice Verón: “Cada club tiene que dar su discusión y encontrar su esquema. No es lo mismo River o Boca que Vélez, Banfield o Estudiantes”.

Dice Fassi: “Hay que generar un torneo que se pueda vender a nivel internacional”.

¿Y el resto? ¿Boca, River, Independiente, Racing…? Los clubes grandes no discuten aún la posibilidad de ir hacia las SAD, pero todos acuerdan en una crítica a la organización del fútbol y a que el formato actual, con 28 equipos en Primera División y 38 en la Primera Nacional, una Copa de la Liga y una Liga Profesional, exige un cambio urgente.

Quieren que el fútbol argentino cambie, sin cambiar a los clubes. Al menos sus clubes. Y sobre todo sin generar controversias públicas. Es decir, sin costos. Así difícil que algo pase.

El Gobierno, por su parte, deja trascender que tiene a los inversores listos y esperando la bandera verde para copar los clubes y generar una revolución. Pero el entusiasmo es tan grande como la falta de precisiones.

Una última ficha apareció sobre el tablero sorpresivamente. “Cuándo se conozca el proyecto que prepara la AFA quedarán todos con el culo al aire”, amenazó con su estilo Toviggino el sábado.

¿De qué hablaba? Algunos dirigentes confiaron que la AFA prepara el marco legal para permitir el ingreso de aportes privados a los clubes sin necesidad de modificar los estatutos ni su condición de Sociedades Civiles.

Vale preguntarse si se tratará de un cambio real, o acaso de una manera de frenarlo disfrazada de transformación.

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