Preservación de la tortuga marina, a paso lento
/ miércoles 9 de octubre de 2024
Gerardo León / El Sol de México
San José del Cabo.- “Desde que tengo uso de razón, conozco a la tortuga marina; existe un vínculo muy especial entre ella y yo”, dice Carlos Villalobos, quien actualmente trabaja para el hotel Pueblo Bonito y es representante del Programa de Protección a la Tortuga Marina de San José del Cabo.
En una visita a esta región de Baja California Sur, pudimos descubrir los secretos que guardan estas especies, su origen y la forma en que enfrentan el reto de la supervivencia, tanto en su entorno, como al estar cerca de la presencia del hombre.
“Yo soy de Oaxaca. Recuerdo que mi papá tenía un rancho allá y en ese entonces no estaba prohibido el consumo de huevo de tortuga. Un día se levantó a la seis de la mañana, y fue por el nido, cuando lo trajo a casa, le dijo a mi mamá cómo debía prepararlos.
“Yo no conocía a las tortugas, pero un día como a las 11 de la mañana, de pronto todos comenzaron a gritar en la casa que una tortuga acababa de salir del mar, y en ese instante todo cambió para mí, pues comenzó a surgir un vínculo muy especial con ellas que tiene que ver con el respeto a su vida y su conservación, cuenta Villalobos.
La misión de Carlos radica en ser un guardián día y noche de las playas de Los Cabos, donde habita actualmente. Su responsabilidad ha sido adquirida a lo largo del tiempo, gracias a su pasión por la investigación sobre la vida e historia de las tortugas que lo ha llevado a recorrer varios países, donde a través de cursos y capacitaciones constantes logra cumplir con su importante encomienda.
“Costa Rica es un país representativo a nivel mundial en cuanto al cuidado y protección de las tortugas. La verdad es que cuando uno habla de ese país tan pequeñito, no nos imaginamos que tiene el programa más estructurado de conservación; tiene los mejores programas con mucho potencial, yo estuve ahí en 2008, como parte del Programa Tortuga Verde.
Puedes leer: Sin tiburones, el mar sería un lugar menos saludable
“Allá aprendí muchas cosas que no sabía sobre las tortugas. Pienso que México todavía está muy limitado en estos temas, sobre todo en cuestión de capacitación; Costa Rica recibe apoyo de organizaciones internacionales y estas son las que han sacado adelante las acciones para salvaguardar esta y otras especies marinas”.
Costa Rica es un país representativo a nivel mundial en cuanto al cuidado y protección de las tortugas. Cuando uno habla de ese país tan pequeño, no imagina que tienen el programa más estructurado de conservación del mundo
El especialista narra cómo fue su primer encuentro con sus mejores amigas.
“Primero conocí a la tortuga golfina, que es la que cuidamos aquí en Los Cabos; después a la laúd que es la más grande del mundo, después a la prieta, la cual es un poco más grande que la golfina, después a la carey y después a la caguama. En Baja California Sur tenemos cinco especies, sólo tres anidan, que son la golfina, la prieta y la laúd; a las que alimentamos aquí, son a la carey y a la caguama, de hecho la caguama es japonesa, no mexicana, la corriente del mar la trae para acá y aquí se alimenta, después de 20 años cuando siente la necesidad de reproducirse, nada de regreso a su lugar de origen”, explica.
Don Carlos describe con orgullo los casos de éxito a favor de los reptiles anfibios y de otras especies, destacando su contribución en el cuidado del medio ambiente.
“De los huevos que ponía la tortuga golfina rescatábamos de 150 a 300 por año, de ahí no pasaba, pero después de 10 años y de varios trabajos de protección, actualmente tenemos protegidos mil 600 kilos en el vivero y todavía nos queda este mes de octubre y la temporada de septiembre a diciembre”.
De acuerdo con un estudio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), actualmente la golfina se encuentra en peligro de extinción. Llegar a la madurez sexual le toma varias décadas y el tiempo que transcurre desde la fase de huevo hasta que alcanzan la fase adulta puede ser desde los 10 a los 50 años (Frazier, 1999).
El cortejo y la cópula ocurren en el mar, generalmente a no más de 1 kilómetro de distancia de la playa de anidación. En general las hembras no se reproducen cada año, la duración entre un periodo y otro depende del intervalo de remigración que va en un rango de 1 a 9 años dependiendo de la especie (Lutz y Musick, 1997). Esta especie es de hábitos de anidación nocturnos, aunque ocasionalmente lo hace de día.
“En el momento en que el humano mete la mano a un entorno natural, causa un terrible impacto, como en este caso es el de mover o extraer los huevos de tortugas. Éstas han habitado el planeta por alrededor de 160 millones de años y durante todo este tiempo han logrado sobrevivir a sus depredadores, pero el más peligroso de todos, son los espectadores que nunca prestan atención a las normas.
Cuando el humano mete la mano a un entorno natural causa un terrible impacto, como sucede al mover o extraer los huevos de las tortugas, quienes durante unos 160 millones de años han logrado sobrevivir a sus depredadores
“Actualmente existe un peligro inminente por la contaminación de los mares, que pone en riesgo a todas las especies, pero más aún a la tortuga Laúd, ya que se alimenta particularmente de las medusas, las cuales confunde con las bolsas de plástico y muere”.
Villalobos dice que existen programas como el del permiso del Ayuntamiento de Los Cabos, el cual se formó en 2003, y consiste, entre otros objetivos, en invitar a los hoteles a participar en las acciones a favor de la fauna marina, en esta colaboración el hotel Pueblo Bonito fue uno de los pioneros, y hasta la fecha continúa con su labor”.
Sobre la falta de apoyos y recursos, Carlos dice: “Cada vez hay más trabajo que hacer, y por lo tanto se requieren más recursos, más equipo, material etcétera... Pero sobre todo, se necesita personal que esté por completo entregado a esta misión, pues hay muchos voluntarios que están presentes sólo algunos días y después dicen que están cansados y desertan”.
El castigo a los cazadoresCarlos es un experto en detectar a cazadores o invasores de nidos de tortugas, siempre está en vigilia y conoce las leyes al pie de la letra para poder advertir a quienes osen acercarse con la intención de consumir, vender o atacar de alguna forma a cualquier tipo de especie.
“Hay una pena de nueve años por un solo huevo que puedas extraer de un nido. Para poder hacer el trabajo de conservación, debes tener el permiso del gobierno federal, pero este es muy exigente a la hora de tramitarlo. Tienes que investigar para ver si en verdad eres candidato a algún tipo de programa”.
Finalmente, envía un mensaje a las nuevas generaciones: “Debemos valorar y entender que la naturaleza nos da todas las oportunidades que tenemos en la vida para poder convivir con las otras especies; tenemos que entender que la naturaleza es parte de nosotros, entonces para conservar el medio ambiente, los océanos y toda la fauna, tenemos que tener conciencia, que investigar, que saber la riqueza que tiene nuestro país México, un país megadiverso, con increíble vida, que no cualquier país tiene y que fuimos el país de las tortugas, debemos volver a serlo, por lo tanto tenemos que cuidarlas, tenemos que valorar y que apoyar los programas de conservación para que toda esta diversidad siga adelante y las tortugas tengan una oportunidad de vivir en armonía con nosotros”.
¿Las tortugas lloran al desovar?Cuando una tortuga termina de cavar el nido, comienza a poner sus huevos, dejando por lo regular, de dos en dos. El tamaño medio de una puesta suele variar entre 80 y 120 huevos, dependiendo de la especie.
Como los huevos son flexibles, no se rompen cuando caen dentro del nido. Dicha flexibilidad también permite que la hembra y el nido puedan soportar mayor cantidad de huevos.
Las hembras anidadoras sueltan una lágrima mientras ponen sus huevos, pero lo que realmente están haciendo es excretar la sal que se les acumula en el cuerpo. Además, se dice que mientras ponen sus huevos, entran en una especie de trance del cual no pueden ser molestadas.
Una tortuga tendrá menos posibilidades de abandonar el nido cuando esté poniendo sus huevos, pero algunas han abortado su proceso natural por ser molestadas o al sentirse amenazadas. Por dicha razón, es muy importante que no se les moleste mientras están anidando.
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Una vez que se han depositado todos los huevos en el nido, la hembra usará sus aletas traseras para cubrir el hueco, compactando la arena gradualmente para, cubrir y camuflar el nido lanzando más arena con las aletas delanteras.
Al lanzar arena en todas direcciones, será mucho más difícil para los depredadores encontrar los huevos. Después de que el nido está bien escondido, la hembra inicia su camino de vuelta al mar para descansar un poco antes de volver a anidar más tarde durante la temporada o bien antes de iniciar de nuevo su migración hacia las zonas de alimentación. Una vez que la hembra deja el nido, jamás regresará a cuidarlo.
San José del Cabo.- “Desde que tengo uso de razón, conozco a la tortuga marina; existe un vínculo muy especial entre ella y yo”, dice Carlos Villalobos, quien actualmente trabaja para el hotel Pueblo Bonito y es representante del Programa de Protección a la Tortuga Marina de San José del Cabo.
En una visita a esta región de Baja California Sur, pudimos descubrir los secretos que guardan estas especies, su origen y la forma en que enfrentan el reto de la supervivencia, tanto en su entorno, como al estar cerca de la presencia del hombre.
“Yo soy de Oaxaca. Recuerdo que mi papá tenía un rancho allá y en ese entonces no estaba prohibido el consumo de huevo de tortuga. Un día se levantó a la seis de la mañana, y fue por el nido, cuando lo trajo a casa, le dijo a mi mamá cómo debía prepararlos.
“Yo no conocía a las tortugas, pero un día como a las 11 de la mañana, de pronto todos comenzaron a gritar en la casa que una tortuga acababa de salir del mar, y en ese instante todo cambió para mí, pues comenzó a surgir un vínculo muy especial con ellas que tiene que ver con el respeto a su vida y su conservación, cuenta Villalobos.
La misión de Carlos radica en ser un guardián día y noche de las playas de Los Cabos, donde habita actualmente. Su responsabilidad ha sido adquirida a lo largo del tiempo, gracias a su pasión por la investigación sobre la vida e historia de las tortugas que lo ha llevado a recorrer varios países, donde a través de cursos y capacitaciones constantes logra cumplir con su importante encomienda.
“Costa Rica es un país representativo a nivel mundial en cuanto al cuidado y protección de las tortugas. La verdad es que cuando uno habla de ese país tan pequeñito, no nos imaginamos que tiene el programa más estructurado de conservación; tiene los mejores programas con mucho potencial, yo estuve ahí en 2008, como parte del Programa Tortuga Verde.
Puedes leer: Sin tiburones, el mar sería un lugar menos saludable
“Allá aprendí muchas cosas que no sabía sobre las tortugas. Pienso que México todavía está muy limitado en estos temas, sobre todo en cuestión de capacitación; Costa Rica recibe apoyo de organizaciones internacionales y estas son las que han sacado adelante las acciones para salvaguardar esta y otras especies marinas”.
Costa Rica es un país representativo a nivel mundial en cuanto al cuidado y protección de las tortugas. Cuando uno habla de ese país tan pequeño, no imagina que tienen el programa más estructurado de conservación del mundo
El especialista narra cómo fue su primer encuentro con sus mejores amigas.
“Primero conocí a la tortuga golfina, que es la que cuidamos aquí en Los Cabos; después a la laúd que es la más grande del mundo, después a la prieta, la cual es un poco más grande que la golfina, después a la carey y después a la caguama. En Baja California Sur tenemos cinco especies, sólo tres anidan, que son la golfina, la prieta y la laúd; a las que alimentamos aquí, son a la carey y a la caguama, de hecho la caguama es japonesa, no mexicana, la corriente del mar la trae para acá y aquí se alimenta, después de 20 años cuando siente la necesidad de reproducirse, nada de regreso a su lugar de origen”, explica.
Don Carlos describe con orgullo los casos de éxito a favor de los reptiles anfibios y de otras especies, destacando su contribución en el cuidado del medio ambiente.
“De los huevos que ponía la tortuga golfina rescatábamos de 150 a 300 por año, de ahí no pasaba, pero después de 10 años y de varios trabajos de protección, actualmente tenemos protegidos mil 600 kilos en el vivero y todavía nos queda este mes de octubre y la temporada de septiembre a diciembre”.
De acuerdo con un estudio de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), actualmente la golfina se encuentra en peligro de extinción. Llegar a la madurez sexual le toma varias décadas y el tiempo que transcurre desde la fase de huevo hasta que alcanzan la fase adulta puede ser desde los 10 a los 50 años (Frazier, 1999).
El cortejo y la cópula ocurren en el mar, generalmente a no más de 1 kilómetro de distancia de la playa de anidación. En general las hembras no se reproducen cada año, la duración entre un periodo y otro depende del intervalo de remigración que va en un rango de 1 a 9 años dependiendo de la especie (Lutz y Musick, 1997). Esta especie es de hábitos de anidación nocturnos, aunque ocasionalmente lo hace de día.
“En el momento en que el humano mete la mano a un entorno natural, causa un terrible impacto, como en este caso es el de mover o extraer los huevos de tortugas. Éstas han habitado el planeta por alrededor de 160 millones de años y durante todo este tiempo han logrado sobrevivir a sus depredadores, pero el más peligroso de todos, son los espectadores que nunca prestan atención a las normas.
Cuando el humano mete la mano a un entorno natural causa un terrible impacto, como sucede al mover o extraer los huevos de las tortugas, quienes durante unos 160 millones de años han logrado sobrevivir a sus depredadores
“Actualmente existe un peligro inminente por la contaminación de los mares, que pone en riesgo a todas las especies, pero más aún a la tortuga Laúd, ya que se alimenta particularmente de las medusas, las cuales confunde con las bolsas de plástico y muere”.
Villalobos dice que existen programas como el del permiso del Ayuntamiento de Los Cabos, el cual se formó en 2003, y consiste, entre otros objetivos, en invitar a los hoteles a participar en las acciones a favor de la fauna marina, en esta colaboración el hotel Pueblo Bonito fue uno de los pioneros, y hasta la fecha continúa con su labor”.
Sobre la falta de apoyos y recursos, Carlos dice: “Cada vez hay más trabajo que hacer, y por lo tanto se requieren más recursos, más equipo, material etcétera... Pero sobre todo, se necesita personal que esté por completo entregado a esta misión, pues hay muchos voluntarios que están presentes sólo algunos días y después dicen que están cansados y desertan”.
El castigo a los cazadoresCarlos es un experto en detectar a cazadores o invasores de nidos de tortugas, siempre está en vigilia y conoce las leyes al pie de la letra para poder advertir a quienes osen acercarse con la intención de consumir, vender o atacar de alguna forma a cualquier tipo de especie.
“Hay una pena de nueve años por un solo huevo que puedas extraer de un nido. Para poder hacer el trabajo de conservación, debes tener el permiso del gobierno federal, pero este es muy exigente a la hora de tramitarlo. Tienes que investigar para ver si en verdad eres candidato a algún tipo de programa”.
Finalmente, envía un mensaje a las nuevas generaciones: “Debemos valorar y entender que la naturaleza nos da todas las oportunidades que tenemos en la vida para poder convivir con las otras especies; tenemos que entender que la naturaleza es parte de nosotros, entonces para conservar el medio ambiente, los océanos y toda la fauna, tenemos que tener conciencia, que investigar, que saber la riqueza que tiene nuestro país México, un país megadiverso, con increíble vida, que no cualquier país tiene y que fuimos el país de las tortugas, debemos volver a serlo, por lo tanto tenemos que cuidarlas, tenemos que valorar y que apoyar los programas de conservación para que toda esta diversidad siga adelante y las tortugas tengan una oportunidad de vivir en armonía con nosotros”.
¿Las tortugas lloran al desovar?Cuando una tortuga termina de cavar el nido, comienza a poner sus huevos, dejando por lo regular, de dos en dos. El tamaño medio de una puesta suele variar entre 80 y 120 huevos, dependiendo de la especie.
Como los huevos son flexibles, no se rompen cuando caen dentro del nido. Dicha flexibilidad también permite que la hembra y el nido puedan soportar mayor cantidad de huevos.
Las hembras anidadoras sueltan una lágrima mientras ponen sus huevos, pero lo que realmente están haciendo es excretar la sal que se les acumula en el cuerpo. Además, se dice que mientras ponen sus huevos, entran en una especie de trance del cual no pueden ser molestadas.
Una tortuga tendrá menos posibilidades de abandonar el nido cuando esté poniendo sus huevos, pero algunas han abortado su proceso natural por ser molestadas o al sentirse amenazadas. Por dicha razón, es muy importante que no se les moleste mientras están anidando.
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Una vez que se han depositado todos los huevos en el nido, la hembra usará sus aletas traseras para cubrir el hueco, compactando la arena gradualmente para, cubrir y camuflar el nido lanzando más arena con las aletas delanteras.
Al lanzar arena en todas direcciones, será mucho más difícil para los depredadores encontrar los huevos. Después de que el nido está bien escondido, la hembra inicia su camino de vuelta al mar para descansar un poco antes de volver a anidar más tarde durante la temporada o bien antes de iniciar de nuevo su migración hacia las zonas de alimentación. Una vez que la hembra deja el nido, jamás regresará a cuidarlo.
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