Los dueños buscan consejo en compañías aéreas antes que en los ...

3 día atrás
Perro

En cuanto al uso de productos calmantes o para el manejo del estrés, un total de 76,7 % de los participantes no utilizó ningún tipo de producto

Juan Pedro | jueves, 4 de julio de 2024, 00:00 CET

Los viajes con mascotas han aumentado un 19 % en la última década, y se estima que 2 millones de animales domésticos viajan en vuelos comerciales cada año sólo en los EE. UU. Además, el 6 % de las mascotas en los EE. UU. montan en un avión cada año, y se ha informado que los perros representan el 58 % de las mascotas que viajan en todo el mundo.

Teniendo en cuenta estas grandes cifras, en general hay pocos datos disponibles sobre los viajes en avión de los perros y, específicamente, sobre cómo los perros afrontan los viajes en avión, y sólo ha habido unas pocas publicaciones que analicen los viajes en avión y el estrés en los perros.

Los estudios en otras especies muestran que los caballos experimentan un fuerte aumento en la frecuencia cardíaca y cambios en las actividades de comportamiento durante el transporte aéreo, especialmente durante las etapas de transición, como el ascenso y descenso del avión.

En cuanto a las muertes, lesiones o pérdidas de animales en vuelos, los datos solo son fácilmente accesibles desde el Departamento de Transporte de EE. UU. El Informe del Consumidor de Viajes Aéreos del Departamento de Transporte de EE. UU. para 2022 muestra 7 muertes de animales, lesiones a otro animal y 1 animal perdido, para un total de 9 incidentes.

En el año calendario 2022, las aerolíneas estadounidenses transportaron 188.223 animales, lo que representa una tasa de 0,48 incidentes por cada 10.000 animales transportados. En 2019, antes de la pandemia, se transportaron 404.556 animales, lo que supone una tasa de 0,47 incidentes por cada 10.000 animales transportados. Si bien esto parece una incidencia baja, es importante considerar que este informe se aplica solo a las aerolíneas estadounidenses, no es un reflejo de la situación global y que los incidentes que ocurren inmediatamente después de un vuelo, por ejemplo, en instalaciones de cuarentena, no se contabilizan.

ENCUESTA SOBRE 635 VIAJES EN AVIÓN

Ante estas lagunas, el propósito de un trabajo global ha sido recopilar algunos datos sobre los viajes aéreos internacionales de perros y obtener información sobre como los animales afrontan los viajes aéreos desde una perspectiva de salud física, mental y emocional.

Además, los autores se propusieron recopilar datos sobre cómo se preparaba a los perros para los viajes en avión y qué medidas se tomaban habitualmente para controlar su estrés durante los viajes en avión. La hipótesis de los autores es que la mayoría de los perros se adaptan bien a los viajes en avión y se recuperan rápidamente, pero que hay un cierto número que sufre consecuencias sobre la salud física, mental y emocional durante y después del viaje en avión.

También han planteado la hipótesis de que los dueños de perros se preocupan por sus perros si viajan en avión y que, actualmente, las prácticas de manejo del estrés para los perros están infrautilizadas o incluso desaconsejadas activamente.

Para llevar a cabo el estudio, distribuyeron globalmente un cuestionario de encuesta en línea a los dueños de mascotas cuyos perros habían viajado en avión en los últimos 12 meses, y se recopilaron y analizaron los resultados. Se recibieron un total de 771 encuestas; de ellos, 136 fueron descartados por no estar totalmente cumplimentados o por estar cumplimentados para otra especie (gato), y se analizaron estadísticamente un total de 635 cuestionarios.

Se recibió información sobre la demografía del perro y del dueño, la logística y la preparación para el viaje, así como la experiencia del perro en los viajes aéreos. Los datos sobre los animales recopilaron información sobre raza o edad, entre otros. En cuanto a las características del viaje, el motivo principal por el que los perros viajan en avión en esta encuesta fue la reubicación (43,5 %). Le siguió llevarse al perro de vacaciones. Además, el 8,5 % de los participantes recibió a su perro en transporte aéreo cuando era cachorro, el 7,9 % de los perros viajaron como perros de servicio y el 6,9 % de los perros viajaron a exposiciones o competiciones caninas.

DATOS SOBRE LA PREPARACIÓN DEL VUELO

La mayoría de los vuelos se originaron (52,8 %) y terminaron (44,4 %) en América del Norte, el 22 % se originaron y el 31 % terminaron en Europa, el 9,1 % se originaron y el 10,1 % terminaron en Medio Oriente/África y el 8,5 % se originaron y el 5,4 % terminaron en Asia.

Asimismo, se preguntó a los participantes dónde cuidaban a sus perros durante las diferentes etapas del vuelo y se les encuestó específicamente sobre las salas de espera para animales de los aeropuertos.

Un total de 51,2 % de los perros viajaron en la bodega del avión, y el 48,5 % de los perros viajaron en cabina, bien con correa o en transportín y bien con el participante u otro acompañante.

La mayoría de los participantes (21,6 %) comenzaron a preparar a sus perros para viajar en avión entre 1 y 4 semanas antes de la fecha del viaje, y el segundo grupo más grande (18,1 %) comenzó la preparación entre 1 y 3 meses antes del viaje.

Más de la mitad de los participantes (55,3 %) afirmaron que no buscaron ningún consejo de profesionales y el 6,5 % utilizó su propia experiencia previa para preparar a sus perros para viajar en avión.

De los participantes que buscaron consejo en profesionales, el 39,5 % lo hizo en compañías aéreas, el 37,3 % en IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo), el 31,8 % en libros, el 29,8 % en veterinarios, el 24,9 % en Internet y el 15,9 % en empresas de transporte de mascotas.

Cuando se les preguntó sobre la preparación de su perro para viajar en avión, el 67,4 % de los participantes entrenaron a sus perros en jaulas antes del viaje en avión, el 74,8 % visitó a un veterinario para realizar un examen físico a su perro y el 79,2 % visitó a un veterinario para realizar las vacunas correspondientes, análisis de sangre, implantación de microchips o tratamientos parasitarios antes de viajar en avión.

UN 76,7% DE LOS PARTICIPANTES NO UTILIZÓ NINGÚN TIPO DE PRODUCTO CALMANTE

En cuanto al uso de productos calmantes o para el manejo del estrés, el 13,4 % de los participantes usó medicamentos ansiolíticos, el 12,8 % usó suplementos calmantes, el 9,8 % usó productos de feromonas y el 2 % usó una dieta calmante. Un total del 5,8 % de los participantes utilizó productos de CBD/cáñamo y el 3,1 % utilizó productos de aromaterapia.

Un total de 76,7 % de los participantes no utilizó ningún tipo de producto para el control del estrés (medicamentos, feromonas, suplementos y dietas), y a siete participantes se les recomendó de forma proactiva que no utilizaran ningún tipo de producto calmante o ansiolítico antes o durante un viaje aéreo.

Analizando el uso de medicamentos, los autores comprobaron que se utilizaron distintos medicamentos ansiolíticos o suplementos. Por ejemplo, 49 participantes usaron trazodona, 34 usaron gabapentina, 11 usaron alfa-casozepina, y 10 usaron benzodiazepinas, entre otros.

Sobre los síntomas de estrés demostrados por los perros, en total, el 70,1 % de los perros mostraron al menos un síntoma en el momento de la entrega antes del vuelo, el 72,4 % de los perros mostraron estrés durante el vuelo y el 32 % de los perros mostraron estrés a la llegada/entrega después del vuelo.

Además, un total del 13,8 % de los participantes afirmó que su perro desarrolló un problema de conducta dentro de los 3 meses posteriores al vuelo.

Por otro lado, la mayoría de los perros (83,6 %) no recibieron atención de un veterinario inmediatamente después del viaje en avión. De los perros que recibieron atención después del vuelo, 83 perros (13,1 %) recibieron un examen veterinario de rutina, 18 perros fueron atendidos sin relación con un viaje en avión (por ejemplo, para reponer medicación regular), 8 perros fueron atendidos para tratar una enfermedad importante, y hubo dos perros fallecidos.

Los perros fallecidos fueron una hembra de galgo de entre 4 y 6 años, y un macho de bulldog francés de entre 4 y 6 años.

Ante estos datos, los autores han concluido que la mayoría de los perros domésticos que viajan en avión “se enfrentan y se recuperan bien del viaje en avión”. También subrayan que “la mayoría de los perros no recibieron productos para el manejo del estrés, como medicamentos ansiolíticos, suplementos o feromonas, y se disuadió activamente a algunos dueños de usarlos”. 

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