¿Por qué Biden busca facilitar acceso al Ozempic para enfrentar la ...

5 horas atrás
Ozempic

Estos medicamentos funcionan haciendo que las personas se sientan llenas por más tiempo, lo que ayuda a reducir el hambre y, en consecuencia, el peso. Este beneficio ha llevado a muchas personas a buscar el Ozempic incluso si no tienen diabetes, lo que ha generado problemas de desabastecimiento y posibles riesgos para quienes lo usan sin supervisión médica.

Uso del Ozempic y efectos secundarios

El uso del Ozempic puede desencadenar efectos secundarios que van desde molestias digestivas hasta complicaciones graves. Entre los más comunes, que afectan a aproximadamente 1 de cada 10 personas, se encuentran el vómito, diarrea y náuseas, pero también dolor abdominal, estreñimiento o acidez estomacal.

No obstante, existen efectos secundarios más serios que requieren atención médica inmediata:
1. Pancreatitis: Dolor abdominal intenso que puede irradiarse hacia la espalda, con o sin vómitos.
2. Hipoglucemia: Riesgo elevado en combinación con otros medicamentos para la diabetes. Los síntomas incluyen mareos, sudoración, confusión y temblores.
3. Insuficiencia renal: La deshidratación causada por vómitos o diarrea puede agravar problemas renales preexistentes.
4. Problemas de vesícula biliar: Dolor abdominal superior, ictericia y heces de color claro pueden ser señales de complicaciones.
5. Reacciones alérgicas graves: Hinchazón facial, dificultad para respirar y sarpullido severo requieren atención médica inmediata.
6. Cambios en la vista: Especialmente en personas con retinopatía diabética preexistente.

Además, la FDA, el organismo que regula los medicamentos en Estados Unidos, ha advertido sobre un posible vínculo entre este tipo de fármacos y un tipo raro de cáncer de tiroides. Aunque no hay pruebas definitivas en humanos, la alerta sigue siendo una precaución basada en estudios con animales.

Expertos han advertido que el acceso indiscriminado a este tipo de medicamentos puede promover trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Un informe de The Journal of Eating Disorders señaló que el uso de fármacos para bajar de peso, sin acompañamiento psicológico y médico, puede fomentar conductas restrictivas o la dependencia emocional hacia el medicamento, en lugar de abordar los hábitos de vida que subyacen al problema.

La obesidad, un problema de salud pública en Estados Unidos

La obesidad es uno de los principales desafíos de salud pública en Estados Unidos, afectando a más del 42% de los adultos y al 20% de los niños y adolescentes, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Pero no solo representa un desafío de salud pública, sino que también está vinculada a otras enfermedades crónicas graves. Según los últimos datos del CDC, el 58% de los adultos con obesidad en Estados Unidos padecen presión arterial alta, un factor de riesgo importante para enfermedades cardíacas.

Mientras que aproximadamente el 23% de los adultos con obesidad tienen diabetes tipo 2, una de las principales causas de complicaciones metabólicas.

El impacto económico de la obesidad es significativo tanto para los pacientes como para el sistema de salud. En 2019, los costos médicos anuales para adultos con obesidad fueron $1,861 más altos por persona en comparación con aquellos con un peso saludable. En casos de obesidad severa, estos costos se elevaron a $3,097 adicionales por persona, acumulando un gasto total cercano a los 173 mil millones de dólares en atención médica solo en ese año.

Ante esta crisis, el presidente Joe Biden ha puesto sobre la mesa un enfoque dual: garantizar el acceso a medicamentos como el Ozempic , mientras impulsa una estrategia integral de prevención para abordar las causas estructurales de la obesidad.

¿De donde viene el problema?

La obesidad también es una condición profundamente influenciada por desigualdades sociales y económicas. El acceso limitado a alimentos saludables, la inseguridad alimentaria y el predominio de alimentos ultraprocesados baratos pero calóricos son factores determinantes.

Por ejemplo, diversos comportamientos de salud y condiciones médicas contribuyen al aumento de peso y la obesidad. Un estilo de vida sedentario, caracterizado por la falta de actividad física y el exceso de tiempo frente a pantallas como televisores, computadoras y videojuegos, es uno de los factores principales.

A esto se suman patrones de alimentación poco saludables, que incluyen un consumo excesivo de alimentos ultraprocesados y azúcares añadidos, como las bebidas azucaradas, así como una baja ingesta de fibra, frutas y verduras.

Además, ciertas condiciones médicas están asociadas al aumento de peso, como el síndrome de Cushing, el síndrome de ovario poliquístico o el hipotiroidismo. Algunos medicamentos, como los antipsicóticos, antidepresivos, anticonceptivos hormonales y esteroides, también pueden provocar aumento de peso al alterar las señales cerebrales relacionadas con el hambre o mediante otros mecanismos.

El Centro también señala que las condiciones económicas y sociales, como la inestabilidad económica, la falta de transporte seguro o una vivienda inadecuada, limitan las opciones saludables para muchas personas. Estos elementos subrayan la complejidad de la obesidad, que no depende únicamente de decisiones individuales, sino que requiere un enfoque integral con soluciones que abarquen los niveles personal, comunitario y político.

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