Mauricio Macri, con sombrero nuevo: la foto en sepia del partido ...

Es un clásico meme de Twitter. Frente a la góndola de Stacy Malibú en la juguetería, ante una horda de niñas deseosas de comprar la nueva muñeca, Lisa Simpson se planta y acusa: "¡No se dejen engañar! Es la misma tonta Stacy Malibú con un sombrero distinto, sigue teniendo todos los horrendos estereotipos de antes". Smithers, el asistente del señor Burns y coleccionista de esa barbie versión amarilla, retruca: "Pero el sombrero es nuevo". Las niñas se abalanzan para no quedarse sin su muñeca.

Mauricio Macri mostró este jueves en La Boca, bastión dentro del bastión del PRO, la nueva versión del partido que fundó. Entre un puñado de caras nuevas, de fondo, se veía el macrismo de siempre. Aquel que no logró su reelección en 2019 y todavía tiene la sangre en el ojo. Por ahora, la emoción consumista de un electorado anti-K prefiere comprar el producto de la empresa libertaria de Javier Milei.

El año 2019 fue, según filosofaron en el escenario Macri y sus antecesores, el comienzo de una ola que terminó llevando al anarcocapitalista a la Casa Rosada. Fueron las plazas del "Sí, se puede", aunque al final la reelección no se pudo, pero estuvo cerca. Porque -analizan en el PRO- había confianza en Macri, el líder que podía frenar al "populismo", pero no en el equipo que no logró frenar la inflación ni el aumento de la pobreza, la vara con la que había pedido que se juzgara su gestión.

Con la excepción de Patricia Bullrich, que quedó liberada y firmó su pase, es el mismo equipo que Macri le ofrece a Milei, mientras señala la falta de experiencia que tiene el team del Presidente (en realidad, la acusación es contra Karina Milei y Santiago Caputo). A la cita en La Boca no faltó Nicolás Dujovne, por ejemplo, el exministro de Economía que pedía no volver al FMI y corrió a tocarle el timbre.

Al acto con toda la estética PRO de sus inicios, sólo le faltaron los globos. No es momento de celebrar. En cambio, estuvo el histórico Mago sin Dientes para certificar quue se trataba de un evento 100% macrista.

Hubo caras nuevas. La intendenta Soledad Martínez, que tomó la posta de Jorge Macri en Vicente López, y Nacho Torres, el gobernador de Chubut que fue senador, se entremezclaban con intendentes, legisladores y viejos conocidos como Hernán Lombardi, Fernando De Andreis, Alfredo De Angeli, María Eugenia VIdal, Eugenio Burzaco, Cristian Ritondo, Jorge Triaca, Hernán Lacunza, Rogelio Frigerio y un largo etcétera.

Eso, precisamente, se encargó de mostrar el PRO: el etcétera que refleja su amplitud territorial, para plantarse ante La Libertad Avanza (LLA) porque, de cara a 2025, ambos espacios están pescando en la misma pecera. En la cancha hay un equipo amarillo con experiencia de gestión. Macri, claro, evita recordar que es el mismo team con el que JxC pensaba que tenía el 2023 ganado antes de empezar el partido, hasta que se sorprendió al ver a Milei con el camino hacia la Casa Rosada allanado sin gobernar siquiera un municipio.

Experiencia es un sinónimo sutil de viejo. Arriba del escenario, antes de que hablara el ingeniero, el primo Jorge realizó un racconto del PRO desde la derrota porteña en 2003, hace dos décadas. Entre las mil personas que seguían el streaming oficial (un número bajo para las estadísticas libertarias), apareció un mensaje en el chat con tono troll: "Atrasa eso, Milei es lo nuevo, el PRO ya lo intentó y fracasó". El debate en la caja de comentarios se dividió, como le pasa al propio electorado de la segunda vuelta.

El nuevo PRO del Macri presidente es como la Stacy Malibú. Sólo hay que ver si con el nuevo sombrero le alcanza.