Margot Robbie cuenta todo sobre Barbie a Vogue

Margot Robbie no era fan de Barbie cuando era niña. Ni siquiera está segura de haber tenido una Barbie: ‘No creo que la tuviera’, me dice una mañana mientras desayunamos en Los Ángeles. ‘Sé que mi prima tenía un montón de Barbies, e iba a su casa a jugar con ellas’. Mientras crecía en la Costa Dorada de Australia, Robbie pasaba mucho tiempo al aire libre. Ella y su prima hacían pasteles de barro. Jugaban con camiones. Y jugaban con Barbies. Sobre todo, construían castillos. ‘Construir castillos era lo que hacíamos todo el día, todos los días’.

TOY STORY
Robbie lleva un vestido, guantes y zapatos de Valentino Haute Couture. Collar de Alessandra Rich.

Ethan James Green.

Estamos a un par de cuadras de un restaurante australiano, y le pregunté a Robbie qué la impulsó a producir y protagonizar una película de acción real de Barbie, cuyo estreno está previsto para julio. ‘No es que alguna vez quisiera interpretar a Barbie, o soñara con ser Barbie, ni nada por el estilo’, dice la actriz de 32 años. ‘Esto va a sonar estúpido, pero en realidad ni siquiera pensé en interpretar a Barbie hasta que llevábamos años desarrollando el proyecto’.

No parece una estupidez, pero sí un contrasentido que Margot Robbie, cuyo papel en El lobo de Wall Street fue descrito en el guión de esa película como ‘la rubia más sexy de la historia’, no se imaginara a sí misma en el papel de Barbie cuando solicitó los derechos cinematográficos a Mattel. Y, sin embargo, la persona sentada al otro lado de la mesa no es una rubia explosiva. Al menos, no en un sentido convencional.

Robbie va vestida con una camiseta vintage de manga larga de Harley-Davidson y un body corto, el tipo de prenda que un luchador adolescente se pondría para entrenar: ‘Me hace parecer un bebé gigante’, dice del body. (En los pies lleva unos tenis New Balance y unos calcetines de gimnasia de rayas que compró hace poco en Japón y que dicen ‘Are you city boy?’ en los tobillos. Lleva el cabello recogido en trenzas francesas dobles y luce unos pendientes dorados de sirena que compró en Ibiza. Aunque es increíblemente guapa, el aura de Robbie es un poco salvaje. Es fácil imaginar que acaba de salir de un circo ambulante.

Desde el primer momento se le nota un físico playero. Para esta entrevista, Margot Robbie quería ir a patinar. Supuse que eso significaba que alquilaríamos patines. Resulta que Robbie tiene los suyos, y que pensó que yo también tendría los míos. Ella se ofreció a prestarme su par (más tarde, cuando me pongo sus patines, descubro que no tienen frenos. ‘Espera, ¿dónde están los frenos?’, le pregunto. ‘Ohhhhhhhh’, dice soltando una carcajada. ‘Se me olvidaba. Le quité los frenos porque odio frenar’).

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El plan estaba cerrado. Después de desayunar iríamos a patinar al paseo marítimo y luego caminaríamos hasta la heladería favorita de Robbie, Salt & Straw. Me avisaron que Robbie tenía que salir a las dos en punto de la tarde. Tenía una reunión a las tres con el guionista de Cocaine Bear, Jimmy Warden, cuyo debut como director coproduce su compañía LuckyChap. Esa última combinación de detalles empieza a transmitir la personalidad de la Margot Robbie real: llegará con unos patines sin freno, y saldrá disparada a las dos.

LA VIDA ES UN RODEO
Robbie no recuerda haber tenido una Barbie de niña: ‘No creo que la tuviera. Mi prima tenía un montón’. Camisa y zapatos de Maison Margiela.

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ODISEA EN EL ESPACIO
‘Fue literalmente un juego imaginativo’, dice Gerwig sobre escribir el guión de Barbie con su pareja, Noah Baumbach. Robbie lleva un vestido de Proenza Schouler.

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Entre bocados de tostada de aguacate, queso Halloumi a la plancha y tocino a la australiana –'Que quede crujiente', le pide amablemente al camarero–, Robbie cuenta que hubo intentos anteriores de hacer una película de Barbie. Incluso Amy Schumer estuvo vinculada en el proyecto en un momento dado. También Anne Hathaway. Pero esos proyectos nunca despegaron. Sin embargo, Robbie siguió de cerca la situación. Como productora, vio un enorme potencial en la propiedad intelectual de Barbie. ‘La palabra en sí es más reconocida a nivel mundial que prácticamente cualquier otra cosa que no sea Coca-Cola’.

En 2018, Robbie intuyó una posibilidad, así que tuvo una reunión con el nuevo CEO de Mattel, Ynon Kreiz, en el Polo Lounge. La reunión era para presentarle a Mattel la casa productora LuckyChap, que dirige con su amiga Josey McNamara y su marido, Tom Ackerley. ‘Somos LuckyChap’, dice. ‘Esta es nuestra empresa. Esto es lo que hacemos. Esto es lo que defendemos. Ésta es la razón por la que deberíamos ser los encargados de hacer una película de Barbie. Y así es como lo haríamos’.

LuckyChap no tenía un concepto específico en mente, pero sí tenían algo claro: ‘Por supuesto que queremos honrar el legado de 60 años que tiene esta marca’, dice Robbie. ‘Pero tenemos que reconocer que hay mucha gente que no es fan de Barbie. Y de hecho, no sólo son indiferentes a Barbie, sino que la odian activamente. Y tienen un verdadero problema con Barbie. Tenemos que encontrar la manera de reconocerlo’.

Hubo reuniones más importantes con Mattel, y luego con Warner Bros, donde LuckyChap tenía un acuerdo en ese momento. Al final, Robbie empezó a hablar con Greta Gerwig para escribir y dirigir. ‘Tenía mucho miedo de que me dijera que no’, dice Robbie. ‘En aquel momento era algo aterrador. Pero Gerwig dijo que sí, con la condición de que pudiera escribir el guión con su pareja, Noah Baumbach, 'me pareció una chispa de algún modo prometedora’, me cuenta Gerwig más tarde. ‘Fui yo quien dijo: Noah y yo haremos esto’.

SALE EL SOL
Top de Marni. Calzones de Norma Kamali. Lentes de sol de Bonnie Clyde.

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LuckyChap quería que Gerwig y Baumbach tuvieran plena libertad creativa: ‘Al mismo tiempo’, dice Robbie, ‘tenemos a dos empresas gigantescas muy nerviosas, Warner Bros. y Mattel, en plan: ¿Cuál es su estrategia? ¿Qué van a hacer? ¿De qué va a tratar? ¿Qué va a decir? Al final, LuckyChap encontró la manera de estructurar un acuerdo para que Gerwig y Baumbach pudieran escribir lo que quisieran, lo que fue bastante difícil de lograr’.

'Greta escribió un poema abstracto sobre Barbie. Y cuando digo 'abstracto', quiero decir que era súper abstracto', dice Robbie (Gerwig declina leerme el poema, pero ofrece que ‘comparte algunas similitudes con el Credo de los Apóstoles’). Nadie en LuckyChap, Mattel o Warner Bros. vio ninguna página del guión hasta que estuvo terminado.

Cuando les pido a Gerwig y Baumbach que describan su proceso de escritura de Barbie, las palabras ‘abierto’ y ‘libre’ se utilizan mucho. El proyecto parecía ‘abierto de par en par’, me dice Gerwig, ‘realmente había una especie de camino abierto que podíamos seguir construyendo libremente’, afirma Baumbach. En parte, tenía que ver con el hecho de que sus personajes fueran muñecos de juguete: ‘Es como si estuvieras jugando con muñecos cuando escribes algo, y en este caso, por supuesto, había una capa adicional, ya que sí eran muñecos’, dice Baumbach. ‘Era literalmente un juego imaginativo’, dice Gerwig. El hecho de que estuvieran escribiendo el guión durante el encierro de la pendemia también fue importante, dice Baumbach: ‘Estábamos en la pandemia, y todo el mundo tenía la sensación de no saber cómo iba a ser el mundo. Eso también contribuyó. Esa sensación de: Bueno, aquí no pasa nada’.

Robbie y Ackerley leyeron el guión de Barbie al mismo tiempo. Un chiste de la primera página los dejó con a boca abierta: ‘Nos miramos el uno al otro, con cara de pánico", recuerda Robbie, ’y dijimos: Maldición'. Cuando Robbie terminó de leerlo: 'Creo que lo primero que le dije a Tom fue: Esto es una genialidad. Es una pena que nunca vayamos a poder hacer esta película" .

LuckyChap hizo la película, por supuesto, y es en gran medida la que Gerwig y Baumbach escribieron. (Por desgracia, el chiste de la primera página ya no existe.) Si viste el tráiler que se estrenó en diciembre, habrás visto el comienzo de la película. Es una parodia de la secuencia de 2001: Odiea en el Espacio. Pero en lugar de simios descubriendo herramientas en presencia de un monolito, niñas pequeñas destrozan sus muñecas bebés en presencia de una Barbie gigantesca. Robbie (en su papel como Barbie) aparece con un traje de baño retro en blanco y negro y tacones altísimos. Se baja lentamente unos lentes de sol blancas y guiña un ojo.

Vi más de la película una mañana en el estacionamiento de Warner Bros. Después de la parodia de Kubrick, nos adentramos en Barbieland, ‘una loca fantasía de belleza’, como diría más tarde Sarah Greenwood, la escenógrafa de la película. Barbie se despierta en su Casa de los Sueños y se embarca en el Día Perfecto, acompañada por una canción original que sirve de banda sonora. (No me permiten decir quién la canta.) Todo está impregnado de rosa: ‘En toda mi carrera, jamás había tenido que sumergirme más en el color rosa’, dice Greenwood. El mundo de Barbie, perfectamente falso y saturado de color, conserva muchas de las peculiaridades y limitaciones físicas de la versión de juguete. Su entorno no siempre es tridimensional, y la escala de todo está un poco fuera de lugar. Barbie es demasiado grande para su casa y su coche. Cuando se baña, no hay agua. Sus pies descalzos permanecen arqueados.

El ambiente de la película es ‘una loca fantasía de belleza’, dice la diseñadora de decorados de Barbie, Sarah Greenwood. Robbie lleva un vestido de Carolina Herrera. Zapatos Paris Texas. Pendientes de Chopard.

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El traje de baño que Robbie lleva en la secuencia del Amanecer de la Mujer es una réplica del que lució la primera muñeca Barbie en 1959. En el transcurso del Día Perfecto, Barbie cambia de ropa constantemente. La progresión –falda con un look disco– es representativo de un estudio de la moda de Barbie a lo largo del tiempo, dice Jacqueline Durran, diseñadora de vestuario de la película. (Sabiamente, la historia no incluye los atuendos más retrógrados del pasado de Barbie, como el conjunto de pijamada de 1965, que venía con una pequeña báscula de baño ajustada a 110 libras y un libro titulado Cómo adelgazar que aconsejaba: ‘No comas’).

‘La clave de Barbie es que se viste con intención’, me dice Durran, ‘Barbie no se viste para el día, se viste para la tarea que tiene que hacer en ese momento’. Esta puede consistir en una actividad de ocio o un empleo. Una escena se burla del modo en que el universo Barbie parece difuminar estas distinciones: ‘Mi trabajo es sólo playa’, explica Ken.

Ken es interpretado por Ryan Gosling, ‘la mejor versión de Ryan Gosling jamás vista en la pantalla’, opina Robbie. (Gosling dice: ‘Ken no estaba realmente en mi lista de deseos. Pero, para ser justos, no tengo una lista de cosas que hacer antes de morir. Así que pensé en intentarlo’). En Barbieland, Ken es básicamente otro accesorio de moda. ‘Barbie tiene un gran día todos los días’, nos dice en voz en off Helen Mirren. ‘Ken sólo tiene un gran día si Barbie le mira’. Mattel presentó el primer muñeco Ken en 1961, en respuesta a las cartas que pedían que Barbie tuviera novio: ‘Barbie se inventó primero’, señala Gerwig, 'Ken se inventó después de Barbie, para pulir la posición de Barbie ante nuestros ojos. De alguna manera, el mito de la creación de Barbie es lo contrario del mito de la creación del Génesis'.

Al igual que a Barbie la diseñaron con un busto grande pero sin pezones, a Ken le dieron un suave ‘bulto’, como Mattel se refirió a él en su momento. Juntos, su peculiar anatomía insinúa un mundo de cosas de adultos ocultas a la vista. Gerwig: ‘Sientes que hay algo ahí, que es parte del encanto'. No está claro cómo funciona todo esto. Esta vaga sensación de misterio queda plasmada en un cómico intercambio de palabras entre Ken y Barbie delante de la Casa de los Sueños: ‘He pensado quedarme a dormir esta noche’, dice Ken. ‘¿Por qué?’, pregunta Barbie. ‘Porque somos novios’, dice Ken. ‘¿Para hacer qué?’, pregunta Barbie. ‘En realidad, no estoy seguro’, dice Ken.

ESPERA MIS LLAMADAS
‘La clave de Barbie es que se viste con intención'. dice Jacqueline Durran, la diseñadora de vestuario de la película. Blazer, top, falda, cinturón, zapatos y medias, todo Saint Laurent de Anthony Vaccarello.

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CHOCA ESOS CINCO
Vestido de Alta Costura de Chanel. Pulsera y anillo de Chanel Fine Jewelry.

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Barbie fue adquiriendo amigos a lo largo de los años. Primero fue Midge, su mejor amiga de toda la vida, y más tarde Christie, una de sus primeras amigas de color. (Mattel no presentó una Barbie negra hasta 1980, y un documental de próxima publicación, Black Barbie, explora esta historia). Cuando Gerwig se dio una vuelta por Mattel, se enteró de que la inmensa mayoría de las muñecas de su línea Barbie se llaman Barbie: ‘Ahora todas las muñecas son Barbie y Barbie es todo el mundo. Filosóficamente, pensé: ’Ok, eso es interesante'. Cuanto más pensaba en ello, más le sugería la multiplicidad de Barbies, "una idea expansiva del yo de la que todos podríamos aprender".

Durante el proceso de casting, Gerwig y Robbie buscaron la ‘energía Barbie’, una cierta combinación de belleza y exuberancia que concluyeron que encarna Gal Gadot. Robbie: 'Gal Gadot es la energía de Barbie: es increíblemente bella pero no la odias por serlo porque es genuinamente sincera y amable. Pero Gadot no estaba disponible, así que encontraron a sus Barbies en Issa Rae, Hari Nef, Emma Mackey, Dua Lipa, Sharon Rooney, Ana Cruz Kayne, Alexandra Shipp, Kate McKinnon y otras actrices famosas. (En esta colección, Rae es la Barbie Presidenta. Robbie es la Barbie estereotipada).

LA MEJOR CANDIDATA
Detalle del vestido de Alta Costura de Chanel.

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Antes de empezar el rodaje en Londres, Gerwig organizó una pijamada para las Barbies en el hotel Claridge. Los Kens fueron invitados, pero no a quedarse a dormir. (Gosling no pudo llegar, así que envió un telegrama cantado como un anciano escocés con falda escocesa que tocaba la gaita y pronunciaba el discurso de Braveheart). Una vez en marcha la producción, LuckyChap organizó proyecciones semanales en el Electric Cinema de Notting Hill. Cada domingo por la mañana, se invitaba al reparto y al equipo a ver una película que sirviera de referencia para Barbie. Lo llamaban ‘la iglesia del cine’.

Gerwig tenía la sensación de que Barbie se guiaba por los viejos musicales en Technicolor, así que vieron un montón de ellos, sobre todo Las zapatillas rojas y Los paraguas de Cherburgo: ‘Tienen un nivel tan alto de lo que llegamos a llamar auténtica artificialidad’, dice Gerwig: ‘Tienes un cielo pintado en el fondo. Es una ilusión, pero también está ahí de verdad. El telón de fondo pintado está ahí de verdad’. Su director de fotografía, Rodrigo Prieto, que rodó El lobo de Wall Street, Babel, Argo y Brokeback Mountain, creó una plantilla de color especial para Barbie con esta idea en mente. Gerwig la llamó Techni-Barbie.

Todo protagonista debe emprender un viaje de héroe, y la Barbie Estereotipada no es una excepción. La primera señal de problemas surge durante un número de baile en grupo. De repente, se vuelve hacia las otras Barbies y pregunta: ‘¿Alguna vez han pensado en la muerte?’ Más tarde se despierta y descubre que sus pies ya no están arqueados: ‘No tengo contexto para esto, pero mis talones están en el suelo’, dice. ‘Estás funcionando mal’, le dice otra Barbie.

Al final, la Barbie Estereotipada se va al ‘mundo real’. No sé por qué la llaman a esta aventura en particular porque sólo me permitieron ver los primeros 20 minutos de la película y algunas escenas aisladas. Lo que sí sé es que Ken va con ella. Si viste las imágenes de Robbie y Gosling patinando por Los Ángeles el verano pasado vestidos de neón –las fotos que desataron la tendencia #Barbiecore en rosa intenso en TikTok y en pasarelas reales–, habrás sido testigo del aterrizaje extraterrestre de Barbie y Ken en el ‘mundo real’.

Después de desayunar, Robbie y yo patinamos hasta el paseo marítimo. Como era de esperar, Robbie se siente súper cómoda con los patines. Se aficionó después de hacer un montón de patinaje sobre hielo en Yo, Tonya, la película biográfica de LuckyChap sobre Tonya Harding, y por eso desde entonces no le gustan los frenos. ‘Nunca los tuve en los patines de hielo, así que aprendí a patinar sin ellos y ahora me molestan’.

HAT TRICK
Camisa Maison Margiela. Sombrero Kelsey Randall. Cinturón Kate Cate.

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Pasamos por el lugar donde grabó las escenas del mundo real el año pasado, luego hacemos una pausa en el parque de baile sobre patines y vemos a los bailarines dar vueltas. ‘Estuve allí una vez’, dice Robbie cuando le pregunto. ‘En Babylon, una de las extras del fondo es como una patinadora muy famosa de Instagram, y hablamos sobre patinaje. Le dije: ’¿Quieres enseñarme algunos trucos el fin de semana? Y ella contestó, ‘Sí, claro’. Así que me enseñó a bailar con los patines'.

A lo largo del día, le pregunto a Robbie qué le pareció su personaje de Barbie. Más tarde, a través de entrevistas con el resto del reparto, empiezo a comprender que, en una obra así de compleja, ningún personaje existe aparte de los demás. Como explica Ana Cruz Kayne, se trata de encontrar el propio espacio dentro del grupo: ‘Como pregunta el niño más pequeño en Pascua: ¿Qué hace que esta noche sea diferente a las demás? Es como: ¿Qué hace a esta Barbie diferente de otras Barbies?’.

Hari Nef tomó una decisión personal sobre quién era el dueño de su Barbie: ‘Un coleccionista de muñecas’, me cuenta, ‘un hombre gay de unos 50 años que vive en un departamento en Nueva York’, y se inspiró en su vestuario: ‘Me dieron los disfraces más exagerados y locos’. Además , su Barbie parecía muy bien conservada: ‘Creo que cada semana llega a casa con sus dos o tres amigos, quizá se siente un poco solo, y les enseña mi nuevo traje. Y yo me quedo en mi caja’.

Gosling se desentiende cuando le pregunto qué le pareció su personaje. ‘Sería muy poco Ken de mi parte hablar de Ken’, pero sí dice que Robbie hizo cosas para ayudar: ‘Dejó un regalo rosa con un lazo rosa, de Barbie a Ken, cada día mientras rodábamos. El trabajo de Ken es sólo playa. Nunca he llegado a entender lo que eso significa. Pero sentí que ella intentaba ayudar a Ken a entenderlo a través de estos regalos que le hacía’.

SOBRE RUEDAS
Top y calzoncillos Miu Miu. Brasier Fleur du Mal. Patines Larroudé.

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La Barbie Estereotipada era un hueso duro de roer. Por lo general, Robbie encuentra útil algo llamado ‘trabajo con animales’. Para Tonya era un pit bull en la vida y un mustang sobre el hielo. Nellie, el personaje de Robbie en Babylon, era un pulpo y un tejón. Un pulpo porque son supervivientes, tienen muchas terminaciones nerviosas, son fluidos y cambian de aspecto. Un tejón de la miel porque tienen la espalda cuadrada y la piel gruesa. ‘Son unos animales tan locos’, dice Robbie.

Con Barbie, el trabajo con animales no servía. Robbie lo intentó con un flamenco, pero no llegó a ninguna parte. Llegó un momento en que la estaba pasando realmente mal: ‘Yo decía: Greta, necesito hacer todo este viaje de personaje. Y Greta me dijo: ’Tengo un podcast muy bueno para ti'. Gerwig le envió a Robbie un episodio de This American Life, sobre una mujer que no hace introspección. ‘¿Sabes que tienes una voz en la cabeza todo el tiempo?’, dice Robbie. ‘Pues esta mujer no tiene esa voz en la cabeza’.

Para resolver la cuestión de la sensualidad, Robbie tuvo que desmenuzarla: ‘Sí, es una muñeca de plástico. No tiene órganos. Si no tiene órganos, no tiene órganos reproductores. Si no tiene órganos reproductores, ¿sentiría deseo sexual? No, no creo que pudiera’. Por lo tanto: ‘Está sexualizada. Pero nunca debería ser sexy. Por lo tanto: ’Sí, puede llevar una falda corta, pero porque es divertida y rosa. No porque quiera que la veas'.

Sobre el resto de Barbie sí he podido averiguar algunos detalles . El arco argumental está parcialmente inspirado en algo que Gerwig leyó cuando era niña, en el bestseller de 1994 Reviving Ophelia: ‘Mi madre sacaba libros de la biblioteca sobre paternidad, y luego yo los leía’, dice Gerwig. El libro describe un cambio brusco que se produce en las niñas estadounidenses cuando llegan a la adolescencia y empiezan a sentir las expectativas externas: ‘Son divertidas, descaradas y seguras de sí mismas, y luego simplemente dejan de serlo’, dice Gerwig. Este recuerdo surgió al principio de la escritura y a Gerwig le resultó obvio que la historia tenía que ir por ahí: ‘¿Cómo puede ser este viaje lo mismo que siente una adolescente? De repente, lo entiende. La protagonista empieza a pensar: ’No soy lo bastante buena'.

VÍA LIBRE
Vestido de Bottega Veneta.

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Hay una plantilla de colores completamente diferente para el mundo real, menciona Prieto cuando hablamos. Techni-Barbie es sólo para el mundo de Barbie. ‘Queríamos crear un aspecto distintivo para Barbie, para su mundo, en contraposición al mundo real’, dice Prieto.

Además, la forma en la que Robbie habla cambia. Lo menciona al describir el ‘no acento’ de Barbie. Al principio de la película, Barbie habla en un registro más alto y: ‘Todo está muy definido. No hay segundas intenciones. Más adelanta en la película podemos notar que su voz baja y hay más pausas’.

Parece que a los Kens les ocurre algo importante. Cuando le pregunto a Gerwig cómo definieron ella y Robbie la energía de Ken, no puede formular una respuesta sin reírse: ‘Los Ken tienen un viaje por delante’, dice finalmente. ‘Al principio de la película, nadie piensa en Ken. Nadie se preocupa por Ken. No tiene casa. Ni coche. Ni trabajo. Ni poder. Y eso va a ser algo insostenible’.

Se introducen nuevos personajes en el mundo real. Uno es el director ejecutivo de Mattel, interpretado por Will Ferrell. Robbie describe a este personaje como: ‘Descarriado, pero de forma inocente. Otro es Gloria, interpretada por America Ferrera. No está claro quién es Gloria, pero definitivamente no es una Barbie: ’Creo que puedo decir que mi personaje tiene una conexión muy fuerte con Barbie', me dice Ferrera. En las fotos que se hicieron virales hay algunas de Robbie y Ferrera patinando una al lado de la otra, tomadas de la mano. Robbie lleva un conjunto de mezclilla rosa.

LLÉVAME
Vestido de Marc Jacobs. Zapatos de Christian Louboutin. Juego de maletas de SteamLine Luggage.

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Cuando Robbie estaba por terminar la preparatoria, tuvo que llenar un cuestionario sobre sus sueños y esperanzas. Hace poco encontró sus respuestas y las saca de su teléfono cuando le pregunto cómo empezó a actuar. Volvemos de Salt & Straw, con nuestros conos de helado de caramelo y sal en la mano. Robbie lee con la voz aguda de cuando era más joven: ‘Intereses: Salir con los amigos. Futuro trabajo soñado: actriz de Hollywood, directora de eventos, propietaria de un hotel’. La combinación la hace reír: ‘Sí, soy una actriz de Hollywood multifacética, propietaria de un hotel y directora de eventos’.

Una forma de trazar la carrera de Robbie es como una serie de movimientos valientes. En su audición para El lobo de Wall Street, se salió del guión y abofeteó a Leonardo DiCaprio. No conocía a Quentin Tarantino cuando le escribió para decirle cuánto deseaba trabajar con él, y poco después interpretaba a Sharon Tate en Érase una vez en Hollywood. Cuando rodó Babylon, volvió a salirse del guión y besó a Brad Pitt. Tal vez Gosling lo exprese mejor: ‘Tiene un tipo de audacia que sólo se consigue, literalmente, nadando en aguas infestadas de tiburones’.

Robbie tiene una larga lista de directores con los que le gustaría trabajar como actriz y como productora. Greta estuvo en esa lista durante mucho tiempo. ‘Damien estuvo en esa lista durante mucho tiempo’, dice, refiriéndose a Damien Chazelle, de Babylon. Y recientemente, Robbie ha conseguido trabajar con otro de ellos: Wes Anderson. Tiene un pequeño papel en Asteroid City. ‘PTA es uno de los que me faltan’, dice, refiriéndose a Paul Thomas Anderson. ‘¿Está al tanto?’, le pregunto. ‘Está al tanto’, responde.

CORTO Y DULCE
Vestido de Versace.

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Cuando Robbie no está trabajando, suele consultar las páginas web de las compañías ferroviarias de todo el mundo: ‘Lo único que quiero es vivir en un tren’, dice. El Orient Express estaba en su lista de deseos desde hacía mucho tiempo, y ella y Ackerley por fin lo cumplieron el año pasado. Empezaron en Londres en el British Pullman –Wes Anderson decoró uno de los vagones y Robbie quiso viajar en él– y luego tomaron el Orient Express durante la noche de París a Venecia. ‘Estuve viendo la versión de Sidney Lumet de Asesinato en el Orient Express mientras estaba a bordo, sólo por diversión’, dice Robbie. Por la mañana se despertaron en Suiza: ‘Literalmente te despiertas y abres la ventana y parece Sonrisas y Lágrimas’ .

Su reciente viaje a Japón fue en parte para montar en el Seven Stars, un tren de siete vagones que atraviesa la isla de Kyushu. También pasaron tiempo en Tokio y Kioto buscando restaurantes de fideos sobre los que Robbie había leído en blogs gastronómicos. Hicieron fila durante tres horas y media en un lugar de Tokio para probar un udon carbonara, que sonaba a sacrilegio pero resultó ser ‘lo mejor que me ha pasado’: los fideos eran gruesos y sedosos, y venían acompañados de pimienta molida, un trozo de mantequilla, un montoncito de parmesano, un huevo crudo y cebollín. ‘Y luego tenían un trozo gigante de tocino en tempura que era como así de grande’, Robbie hace un gesto para indicar el tamaño del tocino. ‘Era como un sándwich de metro y medio de Subway’ (antes de conseguir un papel importante en una telenovela australiana, Robbie trabajó en un Subway de Melbourne).

Dua Lipa en poster de la película Barbie

El interés de Robbie por la comida no llega a la cocina: ‘En nuestro grupo de amigos de Los Ángeles y Londres, todos los chicos cocinan. Les encanta cocinar y se les da muy bien’, dice, ‘y ninguna de las chicas cocina. A nosotras nos encanta beber, y se nos da muy bien’. A Robbie cocinar le resulta estresante. Se distrae con facilidad: ‘Todo se incendia en la cocina. A estas alturas ya he prendido fuego a tres jamones de Navidad. La última vez fue porque el jamón cocido no estaba lo suficientemente crujiente. Ackerley tiene un montón de artilugios de cocina por ahí, incluido un soplete. Así que me dije: Genial, voy a sopletearlo’, dice Robbie. ‘Al final lo estropeé. Se me cayó toda la parte de arriba. El líquido del mechero me cayó en la mano. Todo el mundo gritaba. Extrañamente, no me quemé ni me hice daño’. Se frota una mano con la otra, haciendo la mímica de cómo apagó el fuego. ‘Fue como un truco de magia’.

Veo a Robbie un par de semanas después en la grabación de un video para una campaña de belleza de Chanel. (El rodaje tiene lugar en un estudio de East Hollywood. El equipo de Robbie está reunido alrededor de un gran monitor que muestra las imágenes que se están grabando en otra sala. La Robbie que aparece en pantalla parece estar en una sala de cine. Lleva lentes de sol Chanel y labial rojo, y su cara ocupa la mayor parte del encuadre. Parece que estamos viendo a Robbie viendo una película. La luz de la película imaginaria le ilumina la cara.

VIDA FANTÁSTICA
Vestido de Christopher John Rogers. Zapatos Miu Miu.

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Cuando la sesión se interrumpe para comer me reúno con Robbie en su camerino. Lleva una blusa negra de gasa con lunares, pantalones a juego y botines negros de charol. Ahora estoy tan impregnada de todo lo relacionado con Barbie que lo único que puedo pensar cuando la veo es: ‘Barbie Chanel’. ‘Has cambiado’, le digo mientras nos sentamos. ‘Es una versión muy diferente’, responde ella. El concepto de la campaña es abstracto, dice Robbie, ‘es algo así como: Estoy en un coche. Estoy en un club. Estoy en una habitación. ¿Es un hotel? No lo sé. Estoy en un cine. Estoy viendo lo que filmamos. Y ahora, vuelvo a pintarme los labios’.

Entre rodaje de la película y el rodaje de Chanel, Robbie está en modo productora. LuckyChap está trabajando en Saltburn, la segunda película de Emerald Fennell, guionista y directora de Promising Young Woman (Fennell interpreta a Midge en Barbie). Aún les quedan tres días de fotografía adicional y mucho trabajo: todavía están preparando el segundo tráiler. Luego tendrán que resolver el resto de la estrategia de marketing y lanzamiento'. El lanzamiento llenará la agenda de Robbie en verano. ‘Por ahora soy toda Barbie, al menos de aquí hasta el estreno de la película’.

Artículo publicado originalmente en Vogue US, vogue.com

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