El fin del pacto de silencio y una llamada clave: los indicios en el ...
Pasaron más de 13 años desde que María Cash fue vista por última vez deambulando por una ruta de Salta y aún nada se sabe de ella. La investigación por su desaparición se estancó tras varias hipótesis sin fundamento, denuncias falsas y la falta de elementos probatorios. Ahora, el caso comienza a tener sus primeros avances tras la detención de Héctor Romero, la última persona en ver a la joven aquel 8 de julio de 2011. El testimonio de su hermano y las inconsistencias en sus declaraciones fueron clave para que la Fiscalía avanzara en el expediente.
El caso estuvo en pausa por años, hasta que el fiscal general Eduardo Villalba ordenó revisar todas las hipótesis y testimonios del expediente. Así, descartaron las pistas falsas, algunas motivadas por la recompensa que emitió el Ministerio de Seguridad, y pusieron el foco en el día de la desaparición. En total, se registraron 4000 alertas de personas que dijeron haberla visto, entre ellas la del abogado Carlos Cuellar y su hijo Hugo, que alegaron verla en la Difunta Correa.
De esta manera, comenzaron a citar nuevamente a todas las personas involucradas. Entre ellos, dos empleados de una estación de servicio, quienes aseguraron que la joven les habría dicho: “No estoy perdida”, justo antes de que no se tuviera más rastro de ella. Poco a poco, la investigación volvió a apuntar contra Romero.
En un primer momento, el hombre no colaboró con la investigación; por el contrario, fue citado a declarar tras el testimonio de un testigo que vio a María subir al camión Mercedes Benz blanco con acoplado y la inscripción “Catita”. En consecuencia, Romero declaró en cinco oportunidades y en todas identificaron una serie de inconsistencias en los horarios.
El camionero aseguró haber llevado a la joven desde la rotonda de Trozalito hasta la gruta de la Difunta Correa, sobre la ruta 34, y luego continuó hacia Joaquín V. González. Los peritajes realizados por los investigadores concluyeron que “es casi imposible realizar la maniobra descrita por el camionero en ese lugar”. De acuerdo con lo determinado, “no hay tiempo de frenado para un camión con la carga que llevaba”.
Otra de las cosas que llamó la atención de los investigadores es que el hombre describió a la joven “desde abajo hacia arriba”. Tal como él mismo precisó, no recordaba cómo vestía la joven en la parte superior, ni su rostro, ya que alegó que “estaba despeinada y el pelo suelto le tapaba la cara”. Las últimas imágenes que se tienen de ella la muestran con el cabello recogido.
Con esto, la Fiscalía no podía establecer que Romero haya tenido algo que ver con la desaparición de María Cash, pero todo cambió con una llamada.
Las sospechas contra el camionero no hicieron más que crecer desde que se abrió nuevamente el expediente. De hecho, cuando se reactivó la causa, Héctor Romero y su hermano David mantuvieron una conversación que despertó interés en el marco de la investigación.
Según las fuentes a las que tuvo acceso Infobae, David le preguntó a Héctor: “¿Ha visto el quilombo otra vez de la hija de puta esa que se ha perdido?”. El chofer respondió que estaba pensando en el tema porque era 8 de julio, es decir, el aniversario del día en que “supuestamente” había levantado a “esa” mujer en la ruta.
Durante el intercambio, David le sugirió a Héctor cómo actuar si fuera citado a declarar. “Tenés que declarar lo mismo que has declarado”, afirmó. No obstante, Héctor tomó distancia: “Yo nunca dije que era ella”.
Meses después, a mediados de noviembre, David fue citado por la Justicia y reveló que su hermano “se mandó una cagada”. “Que se haga cargo”, afirmó luego. Así complicó aún más la situación de Héctor.
La detención del camionero fue ordenada por el Juzgado Federal de Garantías N°2 de Salta, a cargo de la jueza Mariela Giménez. Fue localizado durante la tarde en una vivienda familiar del barrio Pereyra Rozas, en la ciudad de Salta.
Tal como pudo saber Infobae, al momento de su detención el camionero mostró una “actitud vencida”, pero pensó que la presencia de las fuerzas de seguridad se debía a una notificación judicial. Luego de que se le leyera la orden de captura, Romero guardó silencio y fue trasladado a la sede de la Delegación Salta de la Policía Federal Argentina, donde quedó incomunicado. Según lo previsto, el sospechoso será indagado en la mañana de hoy.
Con esta nueva actualización, la desaparición de la joven tuvo sus primeros avances tras años de varias teorías respecto a qué sucedió con ella. Los días previos a su desaparición fueron erráticos, por lo que los investigadores no podían descartar ninguna hipótesis.
En línea con la reconstrucción de los hechos, se sabe que la diseñadora de 29 años salió de su casa ubicada en el barrio de Constitución, con destino a Jujuy, impulsada por su rechazo al ritmo de la vida en la ciudad. Fue un amigo de ella, Juan Pablo Dumón, quien le ofreció un proyecto para vender la ropa que diseñaba y un taller donde confeccionarla en el norte del país.
El martes 5 de julio se bajó de forma inesperada del micro en San Martín de Tucumán porque había gente que “no le gustaba en el colectivo”. Ese mismo día se tomó un nuevo micro hacia la capital jujeña.
Sin embargo, la joven volvió a descender en Rosario de la Frontera, Salta. Desde allí, un camionero la llevó al sur de la capital de Santiago del Estero. El miércoles 6 de julio María volvió a emprender viaje hacia San Salvador de Jujuy. Al llegar, se acercó a un taller mecánico para cargar el celular, luego deambuló por la ciudad y, finalmente, se tomó un taxi para ir a la casa de su amigo.
Esa tarde fue divisada por testigos haciendo dedo en el pueblo Pampa Blanca y horas después se comunicó con su familia. Según el relato de la madre, la joven dijo que quería volver justo antes de que se corte la comunicación. En consecuencia, radicaron la denuncia en una brigada de Salta.
Por la noche, llegó al peaje AUNOR de la capital salteña y, al otro día, se presentó en el hospital San Bernardo, lugar que abandonó al poco tiempo. Durante el resto de la jornada, deambuló sin rumbo fijo.
El día de su desaparición, María tocó la puerta de una casa en la que solicitó asilo, pero la familia se lo negó. Luego, relataron que la joven había mencionado que no quería ingresar a un lugar que se encontraba frente a la vivienda. Se trataba de un prostíbulo. Cerca de las 10 de la mañana, envió un mail desde Salta a su familia y, horas después, sus padres y sus hermanos partieron desde Buenos Aires para buscarla.
En simultáneo, María regresó al peaje AUNOR. La joven hizo dedo y la familia Causarano la llevó hasta la Rotonda Güemes en la caja de su camioneta. En ese lugar, fue donde la recogió Romero. Lo que sucedió luego es lo que intenta esclarecer la Justicia.
Mientras tanto, la familia continúa con la búsqueda de la joven. Su padre, Federico, la buscó hasta el final. El hombre murió en un accidente vial en La Pampa y llevaba consigo folletos que rezaban y aún rezan: “Seguimos buscando a María Cash. Si sabés algo, llamá al (011) 15 3390 6267″.