Manchester City no levanta cabeza: empató con Everton y puede ...

26/12/2024 08:37hs. Actualizado al 26/12/2024 11:52hs.

Pep Guardiola es como una película de Christopher Nolan. Siempre tiene guardado bajo la manga un último giro en la trama que deja bien parado al protagonista, que le permite cerrar el círculo narrativo, sorprender a la audiencia con un recurso extraordinario y recibir el aplauso ensordecedor del auditorio. Un jugador, un esquema, un cambio, un movimiento de fichas son suficientes para desarmar cualquier nudo en el guion. Pero, ¿y si realmente la película termina así, con los héroes sufriendo una y otra vez, sin encontrar una salida?

El Manchester City sigue sin ganar. A estar alturas, no es ninguna noticia. Tiene todo para jugar mejor, para hacer más goles, para ganar más partidos. Y, sin embargo, el pozo de su crisis es cada vez más profundo. ¿Hasta cuándo? En el Etihad Stadium, los Ciudadanos empataron 1-1 con el Everton, que pelea por no descender a la Championship, y quedaron aún más lejos de un Liverpool que desfila en la Premier League. Sus chances son ínfimas. ¿Pero se queda también sin la próxima Champions?

El partido había comenzado con viento en popa para el City. Con una actitud voraz, con mucha movilidad de sus mediocampistas, con una actitud implacable de sus defensores, los Ciudadanos pasaron por arriba a una Everton dócil, débil, reaccionario. A los 13', Bernardo Silva (con un poco de fortuna) firmó el 1-0 para los locales. No obstante, la falta de puntería de Jeremy Doku, Savinho y sobre todo de Erling Haaland terminó condenando a los de Guardiola.

Todo era del Manchester City. Todo. La pelota. El territorio. Las situaciones de gol. Y en su mejor momento, cuando el 2-0 era más lógico que el 1-1, una siesta defensiva de Rico Lewis permitió que Iliman Ndiaye, con una definición fenomenal, convirtiera un empate difícil de imaginar en los primeros minutos. Nuevamente, los fantasmas sobrevolaron el Etihad y les recordaron que ni en el Boxing Day iban a recibir un regalo por parte de los suyos.

La ejecución del penal errado por Haaland. (EFE)

La frutilla la puso ni más ni menos Haaland. Tantas veces héroe, hoy devenido a villano. Seria injusto afirmar que el delantero noruego no estuvo fino ante el Everton, cuando lo cierto es que el equipo generó numerosas situaciones de gol, pero que tuvieron a Erling lejos de ser el definidor. Aun así, cuando le tocó su turno, falló: en el mano a mano por la pena máxima, Jordan Pickford le adivinó la intención y le ahogó el grito. A él y a los 53.000 hinchas presentes.

Esto es fútbol, claro. Pero bajo ningún tipo de análisis estaba claro que el City se vaya a llevar los tres puntos. En otras circunstancias, era una cuestión de dos más dos: un cabezazo de Haaland, un zapatazo de De Bruyne o un tiro de media distancia de Rodri eran suficientes para salvar el día. Pero, en este Boxing Day, nada hacía parecer que la victoria en el alcance de la mano y los fanáticos se volvieron a sus casas con la decepción habitual de estos últimos meses.

¿Y ahora? Hay dos posibilidades. O Pep Guardiola se da el golpazo de su carrera, llevando a su equipo a tener que jugar la Europa League. O, por enésima vez, el galardonado entrenador le da en la tecla y logra la remontada más épica en la historia del fútbol de Inglaterra. Difícil, teniendo en cuenta el gran nivel de los Reds de Arne Slot. Y, sobre todo, si se considera el flojo nivel de este Manchester City, que apenas ganó uno de sus últimos 13 partidos. Luz. Cámara. ¡Acción!

El lamento de Pep Guardiola. (AP)

Las formaciones de Manchester City - Everton