Copa de la Liga: llegó la hora de la verdad y los cordobeses ...
Desde el jueves, y a todo vértigo, empezará a jugarse la Copa de la Liga Profesional. Como lo señala la historia, siempre serán grandes candidatos River Plate y Boca Juniors, mientras que el resto de los equipos intentarán sacarles ese eventual protagonismo con propuestas ceñidas a planteles más limitados por presupuestos de menor calibre.
Las preguntas se suceden: ¿algún equipo se “cortará” como gran candidato y tendrá todos las fichas para ser campeón como pasó con River en una parte de la temporada anterior? ¿o el declive “millonario” en el último tramo del año pasado permite suponer más paridad en los juegos y en los resultados y más incertidumbre sobre quién dará la vuelta olímpica? A propósito, si esto se produce, ¿habrá algún campeón “sorpresa”?
En orden a los títulos conseguidos en casi un siglo de profesionalismo, Independiente y San Lorenzo, aun con sus crisis económicas a cuestas, más Racing de Avellaneda, tratarán de hacer valer sus pergaminos, aunque el pasado poco cuente cuando sus equipos salgan a la cancha.
Es sabido que el fútbol argentino es de una sostenida paridad, entre la cual se cuela la citada escapada inalcanzable de River, pero que deja márgenes de atracción como para ver campeón a un Rosario Central armado para sobrevivir en medio de inocultables problemas financieros, o que ha permitido coronarse en los últimos tiempos a Patronato de Paraná en una Copa Argentina. O a asomarse a Talleres, a Godoy Cruz y a Defensa y Justicia a un lugar cada más cercano del logro anhelado, y que en las dos últimas décadas ha mostrado la cara feliz de hinchas de Lanús y Banfield, por ejemplo, como campeones nacionales.
En ese fragor hasta a veces extenuante para el mismo espectador se desarrollan los partidos en Argentina. Más allá de disposiciones tácticas, el hostigamiento y la presión para evitar la creación de juego del rival es una constante que expanden los entrenadores. La creatividad debe ser anulada es la consigna que se materializa vía los jugadores, muchos de los cuales terminan acalambrados o al borde de la extenuación.
La “T”, la “B” y la Gloria, en la eliteEn ese colectivo de dura convivencia y hasta impiadoso en sus formas y en sus propósitos, vuelven a estar subidos como pasajeros de elite Talleres, Belgrano e Instituto.
Sus objetivos primarios es no salir por la puesta de atrás, desalojados por malas actuaciones e iguales resultados. Sus ubicaciones en 2023, de mitad de tabla para arriba, los habilitan a pensar en mejores rendimientos o a lograr, por qué no, arrimar sus ambiciones al podio, tal como lo hizo Talleres recientemente o Belgrano, cuando fue dirigido por Ricardo Zielinski.
Algo común a los tres equipos cordobeses es que han sostenido una gran parte de la estructura del certamen anterior, y han tratado, en la medida de sus posibilidades, de enriquecerlos con nuevos aportes. Talleres tendrá la difícil y a la vez enriquecedora experiencia de hacer un buen papel como representante argentino en la Copa Libertadores; lo mismo le ocurrirá a Belgrano por jugar en la Copa Sudamericana. Instituto tratará de afilar sus uñas para aferrarse con fuerza al manto que cubre a los privilegiados de jugar en primera división.
Además de este buen momento deportivo, los tres clubes han dado señales claras de una evolución permanente para adecuarse a las exigencias del súper profesionalismo. El fútbol de Córdoba, en ese sentido, cada vez tiene menos deudas y reduce diferencias con respecto a Buenos Aires y a Rosario. Su infraestructura deportiva es óptima y promete mejorar; no hay indicios de que sus dirigencias no sostengan equilibradamente las finanzas y el motor principal de ese universo, la simiente desde la cual nace toda la pasión y el amor por sus colores, el hincha, sigue apoyando, aun con bolsillos raídos por la escasez en estos malos tiempos.
El jueves Instituto recibirá a Deportivo Riestra. Un día después Talleres será anfitrión de Gimnasia y Esgrima La Plata. El domingo Belgrano visitará a Estudiantes en La Plata. Campana de largada. Sería una muestra más de su sostenida evolución, que los de esta tierra lleguen entre los primeros a la meta.