El inesperado regreso de Joni Mitchell: de volver a aprender a ...

5 Feb 2024
Joni Mitchell

Este domingo (madrugada del lunes en España), Joni Mitchell (Fort Macleod, Alberta, Canada; 1943) actuó por primera vez en su dilatada carrera en los Grammy. La cantautora que AllMusic definió como “la artista musical más importante e influyente de la segunda mitad del siglo XX” debutó en la ceremonia de entrega de los premios más importantes de la música –sí que había recibido antes un total de nueve galardones (diez con el que se acaba de llevar) y un reconocimiento a toda su trayectoria en 2002– a sus 80 años.

Protagonizó uno de los momentos más esperados de la noche, que es doblemente especial si le sumamos el calvario que ha pasado la artista en los últimos años: en 2015 sufrió un aneurisma cerebral que casi le cuesta la vida y, aunque sobrevivió, tuvo que someterse a una muy larga rehabilitación para volver a hablar, caminar y tocar la guitarra.

Cinco años después, en una entrevista con el director y periodista musical Cameron Crowe en 2020 todavía decía “que voy mejorando poco a poco, pero sigo hacia delante… el aneurisma me quitó mucho, mi capacidad de hablar, de andar… Lo de hablar lo recuperé relativamente rápido, pero todavía tengo dificultades para caminar. Pero soy una luchadora, tengo sangre irlandesa”.

En 2021, la canadiense recibió de manos del presidente Joe Biden el Kennedy Center Honor, el galardón más importante del mundo del arte en Estados Unidos y que se concede cada año a cinco artistas que han ha hecho contribuciones sobresalientes a las artes escénicas en una ceremonia que se retransmite por televisión.

En esa ocasión Mitchell volvió a hablar brevemente para agradecer el premio y se refirió de nuevo a las secuelas del aneurisma: “He tenido que volver varias veces de cosas que me han pasado y esto último fue una auténtica locura. Y ahora todavía cojeo, pero estoy todo lo bien que puedo estar… siempre pensé que la polio fue un ensayo para el resto de mi vida”.

Como ella misma indica, lo de los problemas de salud no es ni mucho menos algo nuevo para Joni. Con solo nueve años estuvo bastante tiempo hospitalizada por la polio, una enfermedad que podía causar una parálisis irreversible, pero la superó y de hecho comenzó entonces a interesarse por la música, aunque al principio la pintura le despertaba una mayor pasión.

Apenas aterrizada en la adolescencia, quiso aprender a tocar la guitarra, para disgusto de su madre que la veía como un instrumento poco refinado y prefería que su hija se dedicase al piano clásico. Llegaron a un acuerdo a medio camino con el ukelele, pero Mitchell se empeñó en que lo suyo era la guitarra y se guió por el modelo del cantautor protesta Pete Seeger para aprender a tocarla, algo que no fue fácil para ella ya que tenía la mano izquierda bastante debilitada por la polio, lo que le obligó a probar con afinamientos alternativos que quizá contribuyeron a diferenciarla como artista en la incipiente escena folk.

A finales de los años 60 empezó a triunfar, gracias en parte al apoyo, la producción y los contactos del recientemente fallecido David Crosby, quien se quedó ensimismado al verla tocar en un club de Florida. Crosby, miembro fundador de The Byrds y de Crosby, Stills, Nash and Young, fue también su pareja hasta que ella rompió con él a través de una canción (That Song About the Midway), pero él, un año antes de morir, seguía diciendo que “nadie lo había hecho mejor que ella en la música”, según confesó en una entrevista radiofónica a Howard Stern. “Últimamente se ha hablado mucho de Blue porque hace 50 años que lo compuso, creo que es el mejor disco de un compositor o de una compositora que se haya hecho nunca, mucho mejor que todo lo que yo he hecho en mi carrera”.

El éxito y el reconocimiento la acompañaron a lo largo de toda su trayectoria, pero a principios de siglo se despidió de los escenarios y en 2007 lanzó su último disco de estudio, Shine. En 2009 anunciaba su retiro de la industria musical, en parte por su desencanto con ella y también por sufrir la enfermedad de Morgellons, una afección que lleva al enfermo a considerar que tiene una infección causada por un agente externo y que lleva a la aparición de lesiones cutáneas (y que hoy en día la comunidad médica lo relaciona con un trastorno de la salud mental).

En la primera mitad de la década pasada, antes de sufrir el aneurisma, Mitchell se concentró en su pasión de juventud previa a la música, la pintura, aunque sin ánimo de exponer o vender lo que creaba; y sus apariciones públicas las dedicó casi exclusivamente al activismo medioambiental en lugar de a tocar la guitarra y cantar en directo.

Curiosamente, ha sido su susto de salud lo que la ha animado a recuperar contra todo pronóstico su carrera musical: durante su rehabilitación, recibió asiduamente en su casa de California las visitas de otros artistas que la admiran como Annie Lennox, Marcus Mumford o Brandi Carlile, y con el tiempo empezó a tocar con ellos en sesiones privadas, siempre regadas de vino, que le ayudaron a recuperar la movilidad y la alegría de vivir.

Hasta tal punto que –y gracias al empujón fundamental de Carlile, que se ha convertido en su gran apoyo en esta última etapa de su vida– en 2022 recreó uno de esos sets por sorpresa (eso sí, cantando sentada en un sillón) en el icónico Festival de Folk de Newport. Recuperó, muy bien acompañada por una banda de músicos y buenas amistades bautizada como The Joni Jam, algunos de sus grandes éxitos como Big Yellow Taxi, Both Sides Now o A Case Of You.

Y el año pasado hizo lo propio en el Gorge Amphitheatre del estado de Washington, esta vez en un concierto que había sido previamente anunciado –el primero que daba oficialmente en más de dos décadas– y en el que permaneció alrededor de tres horas en el escenario. Casi al final del mismo se animó incluso a tocar la guitarra en la canción Just Like This Train and If, un instrumento que la hizo tan famosa como su peculiar voz (no en vano, la revista Rolling Stone la colocó en 2003 como la mujer en el puesto más alto en su lista de los mejores guitarristas de la historia), pero que tuvo que volver a aprender a tocar en los últimos tiempos viendo viejos vídeos de YouTube.

Joni Mitchell estaba nominada este año al Grammy al mejor álbum de folk precisamente por su disco en directo, Joni Mitchell at Newport, que recoge la actuación completa de su inesperado regreso a un escenario. Y se llevó el galardón, que fue uno de los muchos que no se vieron en directo durante la retransmisión televisiva. Aunque eso fue lo de menos, porque el gran triunfo fue verla actuar luego, acompañada una vez más de Brandi Carlile (además de otros músicos de The Joni Jam como Allison Russell, Jacob Collier, Lucius, Sista Strings and Blake Mills), quien se deshizo en elogios hacia su ídolo y amiga para introducirla:

“Lo sepamos o no, cualquiera de nosotros que ha soñado alguna vez en convertirse en un compositor, lo ha hecho siguiendo la estela de Joni Mitchell: Joni es una de las creadores más influyentes y emocionalmente generosas de la historia de la historia de la humanidad”, dijo Brandi. “Ha aprendido a andar tres veces y acaba de cumplir 80 años, pero todos sabemos que ella es eterna. Si tenemos suerte de que la historia nos recuerde, seremos recordados por haber vivido en la era de Joni Mitchell”.

A continuación, la canadiense cantó, una vez más, Both Sides Now, una de sus canciones inmortales para poner en pie al auditorio (y la fiesta seguirá, porque para este otoño ya ha anunciado tres conciertos en el icónico Hollywood Bowl).

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