Un flojo Independiente empató con Argentinos y sigue fuera de la ...

22/09/2024 13:47hs. Actualizado al 22/09/2024 22:54hs.

Va a ser muy difícil para Independiente cumplir el objetivo de meterse en zona de clasificación a la Copa Sudamericana si juega como lo hizo frente a Argentinos Juniors. Hay una examen que el equipo de Julio Vaccari todavía no logró aprobar: hacerse cargo de los partidos y dar la talla, asumir con naturalidad un papel protagónico, llevar sobre sus espaldas la mochila de la responsabilidad sin que el peso propio de esa carga le impida subir los peldaños y superar las pruebas que tiene que pasar.

El Rojo lleva ocho partidos sin perder entre Liga y Copa Argentina, pero está estancado: suma cuatro empates consecutivos por el torneo y no mostró el crecimiento que se esperaba. No evolucionó y eso, de por sí, es dar un paso atrás.

Independiente reprobó ante el Bicho porque no supo cómo dar el salto de calidad que necesitaba. No tuvo fútbol. La primera y única situación de gol clara que generó fue recién en la agonía del partido, con un cabezazo de Federico Mancuello que se estrelló en el travesaño.

En partidos anteriores el equipo ya aprobó en el rubro de mostrar temperamento para sobreponerse a situaciones adversas y sacar adelante tres clásicos en los que terminó jugando varios minutos con diez hombres. Pero hasta ahora se vio asfixiado por la presión cuando la coyuntura lo obligó a tener que exhibir recursos que le permitan aspirar a algo un poco más auspicioso que la mera subsistencia.

Argentinos, con la solidez de su defensa, el equilibrio que le aporta Mac Allister y con la inteligencia para comprender que el negocio estaba en atacar por izquierda mediante las proyecciones de Vega, complicó al local desde el arranque. Si no terminó el primer tiempo en ventaja fue porque a Verón le anularon dos goles por offside, uno de ellos milimétrico y de VAR. El Bicho, con el empate, permanece en zona de copas.

Independiente no logra solucionar su déficit: la falta de fluidez, la escasa generación, los pocos recursos para abastecer a un Ávalos que fue un plateista VIP en el área. Para seducir, además del temple y sacrificio que el equipo ya tiene, hacen falta muchas más virtudes. El equipo se mostró predecible porque no tuvo ningún as bajo la manga. Y fue castigado con silbidos.