Independiente ganó y gustó con sus jóvenes figuras, eliminó a ...

19 días atrás
Independiente

Por fin, Independiente se dio el gusto de brindarles a sus sufridos simpatizantes una actuación para el aplauso. Goleó 3-0 a Godoy Cruz en el estadio Mario Kempes por los octavos de final de la Copa Argentina luego de ejercer un dominio apabullante durante más de una hora de partido, tuvo varias actuaciones individuales muy destacadas y apenas pasó sustos atrás ante un rival que fue una pálida sombra de sí mismo.

Julio Vaccari decidió poner todas sus fichas sobre la mesa a estos ocho días de fútbol a pleno: pudo negarse a disputar un partido eliminatorio en medio de dos clásicos, pero aceptó el desafío para tomarlo como medida y diagnóstico final para saber en qué punto de evolución está el equipo que pretende armar. Y por el momento, la apuesta le va saliendo redonda.

El empate revestido de épica en el Cilindro ante Racing significó una dosis de confianza, y ante Godoy Cruz, que venía en una racha muy positiva, el Rojo redondeó la mejor labor en muchísimos meses. En busca de las semifinales, tendrá como adversario a Vélez.

Santi López escapa a la marca y avanza; el delantero anotó el segundo tanto del RojoFotobaires

La idea del técnico santafesino, más clara desde la incorporación de los refuerzos, comienza a vislumbrarse en la intención inicial de presionar bien arriba y buscar rápido por afuera que insinuó el Rojo, aunque en ese momento le durase apenas 5 minutos. Y sería más evidente a partir del cuarto de hora final del primer tiempo, cuando ganó definitivamente el control de la mitad de la cancha y fue arrinconando a Godoy Cruz.

Aquel prometedor lapso del arranque dejó un remate de Lucas González desde afuera sin inquietar a Roberto Ramírez y un caño cortito y lucido de Santiago López a Nicolás Fernández. La producción más prolongada y rica fue en el cierre de la etapa, con un número más alto de acciones coordinadas y de llegadas profundas.

Lucas González lucha por el balón con CingolaniFotobaires

Todo comenzó a los 29, cuando el Rojo logró juntar cinco pases de primera en mitad de cancha, con un disparo final de Santiago Montiel que se desvió al córner. El lanzamiento, con jugada preparada incluida, acabó con un cabezazo de Felipe Loyola que Ramírez desvió sobre la raya con una estirada fenomenal. Y tuvo su punto álgido a los 39, con otra combinación acertada por derecha en la que participaron Montiel y Loyola. El centro del chileno dejó solo a López de frente al arco y por el centro, pero el juvenil tiró el cuerpo muy atrás y su disparo se fue muy alto.

La evolución del chico de las inferiores amenaza con convertirse en un caso de estudio. Después de su aparición estelar en la selección Sub17, los hinchas lo subieron a un altar casi antes de verlo jugar. La negativa de Carlos Tevez en sumarlo al equipo fue un generador de disconformidad hacia su tarea, que se repite ante cada suplencia. Su reticencia a firmar la renovación de su contrato motivó un largo culebrón a principios de año, con algunas semanas de sanción interna. El último episodio tuvo lugar el domingo, luego del clásico: molesto por no haber participado ni un minuto, López subió a las redes un post con su foto y una canción de La Beriso de fondo en la que se oye la frase: “Vámonos a otro lugar”.

La realidad es que, cuando juega, sus prestaciones han estado hasta ahora muy por debajo de las expectativas. Empujar al arco vacío el centro bajo de Adrián Spörle para el 2-0 un segundo antes de ser sustituido lo salvó del aplazo en Córdoba, pero lo suyo fue muy deslucido. Acelerado y errático en las decisiones, distraído en la colocación para no caer en fuera de juego y desacertado en la gambeta, sus actuaciones avivan el debate en la tribuna y tal vez las dudas en el cuerpo técnico. Es un chico, tiene mucho margen de mejora, pero cabe preguntarse en qué medida se lo está apurando más de lo debido.

El lamento de Santi López tras una oportunidad desaprovechada; el delantero anotó, pero se mostró errático en varias ocasionesFotobaires

Al Rojo le costó abrir la lata. Lo consiguió con una contra afortunada que convirtió Montiel a los 11 del complemento, pero a partir de ahí, por esa misma vía fue alargando la diferencia, que pudo ser aún mayor con algo más de acierto en controles y definiciones, ante la llamativa pasividad de un conjunto mendocino absolutamente desconocido.

Vaccari aceptó el desafío de poner toda la carne en el asador en una semana muy caliente, y hasta acá la parrillada está en su punto justo. Independiente lleva cinco partidos sin perder ni recibir goles. Empató el clásico con dos jugadores menos y avanzó a cuartos en la Copa Argentina. El domingo frente a River llegará la prueba final para arriesgar un pronóstico más aproximado para el futuro.

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