Independiente se floreó ante Laferrere y avanzó en la Copa Argentina

22/03/2024 16:43hs. Actualizado al 22/03/2024 19:38hs.

No sólo hizo los deberes, sino que además se sacó un peso enorme de encima. En un partido sobrecargado de jugadas polémicas, Independiente despachó a Laferrere y avanzó a los 16avos de final de la Copa Argentina, instancia en la que deberá medirse con el ganador del cruce entre Deportivo Maipú y Juventud Unida. Para el Rojo fue un desahogo. El equipo, que venía golpeado tras la derrota ante Riestra (0-1) que lo dejó afuera de la zona de clasificación a los playoffs en la Copa de la Liga, cargaba sobre sus espaldas una pesada mochila llena de responsabilidades. Y cumplió. Justo en la antesala a La Noche del Rey, los nubarrones se despejaron y la Luna de Avellaneda mostró su cara más luminosa después de varios días de tormenta.

Independiente se hizo cargo y fue el dueño del partido desde el primer minuto. Asumió un rol protagónico, monopolizó el manejo de la pelota y administró los tiempos. En definitiva, hizo lo que tenía que hacer: transformarse en el dueño del partido, hacer valer y notar la lógica diferencia de jerarquía y categoría ante un adversario que marcha 19° en la Primera B. El Rojo fue más de principio a fin y lo ganó sin atenuantes para apagar un principio de incendio que generabba mucha preocupación. Se floreó a pesar del flojo arbitraje de Hernán Mastrángelo, quien le anuló mal un gol a Ruiz por sancionar una supuesta infracción previa de Ávalos sobre Morel que no existió. El juez además no sancionó cuatro agarrones de jugadores de Laferrere en el área: dos de ellos a Alexis Canelo, uno a Costa y otro a Ávalos. La tomas a la hora de marcar en los centros fueron una constante, casi un recurso para el Villero.

Tevez dejó archivado el sistema táctico 5-3-2 que había empleado en los últimos dos partidos y pasó a defender con línea de cuatro en el fondo. Fue una decisión lógica contemplando que el Rojo estaba obligado por historia y por la diferencia de categoría a tomar el papel protagónico en el partido. Ante Riestra, a Independiente le había sobrado un defensor y le faltaba un volante más para crear y asociarse en la zona de gestación. El equipo esta vez tuvo más recursos en materia ofensiva: Ávalos y Canelo no lograron convertir, pero fueron abastecidos y tuvieron situaciones claras de gol. Con Marcone ubicado como volante tapón, hubo tres futbolistas que rotaron posiciones para desconcertar a los marcadores del rival, hacer circular la pelota y fabricar el espacio: Mancuello, Luna y Ruiz. Los tres tuvieron una actuación destacada, generaron conexiones y construyeron fútbol.

Una vez que el partido se rompió con un golazo de Luna, el Rojo comenzó a tener muchos espacios. Aparecieron algunos lujos y afloraron buenas jugadas de elaboración colectiva. Laferrere amenazó con algunos contragolpes que encontraron siempre buenas respuestas de Rey o cierres importantes de Fedorco. Mancuello, de buen nivel, selló el segundo al ejecutar un penal que le cometieron a él mismo. Y Quiñónez definió con clase en el tercer penal para bajar la persiana.

El Rojo mostró su mejor cara. Pasó de ronda. Y dejó atrás lo que podría haber sido una crisis incipiente.