El Independiente de Vaccari sigue carreteando: empató con ...
Cuando tenía que despegar para meterse en zona de Copa Sudamericana, el Independiente de Julio Vaccari siguió carreteando y no pasó del empate sin goles contra un Argentinos que es un rival directo en la puja por clasificar a alguna competencia internacional y que se mostró cómodo cuidando el punto. Ni el tiro del fina le salió al Rojo en Avellaneda, con ese cabezazo de Federico Mancuello que dio en el travesaño en el último minuto. Así, recolectó la cuarta igualdad consecutiva en el torneo local y se fue silbado.
Parece cosa e' mandinga. Independiente siempre se queda rengo en el arranque de los partidos. Si no es por una tarjeta roja prematura, es una lesión. Sus últimos partidos vio alterada su planificación inicial por algún contratiempo fuera de órbita. Después de las expulsiones ante Racing y River y de la lesión de Lucas González contra Belgrano, le volvió a pasar en el Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini por un esguince de tobillo que obligó a abandonar la cancha a Federico Vera a los 10 minutos.
Eso generó que Vaccari debiera mover algunas piezas: metió a Jhonny Quiñónez para ocupar el medio y así bajar a Felipe Loyola al hueco vacante del lateral derecho. Fue un cambio sorpresivo, incluso para los propios hinchas locales ya que el técnico decidió sacar del freezer al ecuatoriano que había llegado de la mano de Carlos Tevez después varios partidos. Hizo una buena semana en las prácticas y por eso lo prefirió sobre la opción de Tata Martínez.
Sin embargo, no hubo conexiones exitosas en el medio rojo. No se encontraron con Saltita González y poco se produjo de mitad para adelante. De hecho, los Santiagos López y Montiel rotaban constantemente de extremo para buscar variantes y el factor sorpresa, aunque no se contabilizaron llegadas claras sobre el arco de Diego Rodríguez en una primera parte muy pareja en la que Argentinos se mostró más punzante en los contragolpes.
Dos goles hizo el equipo del interino Cristian Zermatten, pero ambas conquistas fueron bien anuladas por posiciones adelantadas correctamente señaladas en cada jugada. De todos modos, fueron avisos de alerta para un Independiente sostenido solamente por la firmeza de Kevin Lomónaco.
La visita no se la hizo fácil porque no se regaló nunca. Tomó sus recaudos Argentinos cubriendo cada sector del campo. Si hasta hacía retroceder a Alan Lescano, que inició suelto, a la altura de Francis Mac Allister en el círculo central para cerrar filas y no dejar pasar a los volantes del Diablo. Y cuando vio la oportunidad, se mandó y buscó el arco de Rodrigo Rey, como en el remate de Gastón Verón que sacó con los puños el arquero.
El partido se iba poniendo más gris que a tarde. Sin emociones sobre el césped, la gente perdía la paciencia de a ratos y se escuchaba el “¡Movete, Rojo, movete!” en señal de reclamo. Quiñónez nunca se halló en el campo y Vaccari no dudó en sacarlo para poner a Martínez, algo que había hecho con el pibe Millán la semana pasada. El error fue del DT, que optó por un futbolista sin ritmo de juego. Desilusionado, Quiñónez terminó a puro llanto en el banco.
Con más ímpetu que fútbol, Independiente apretó en el final y casi se lleva el triunfo de no ser por el travesaño, que le impidió al cabezazo de Mancuello terminar adentro.