Los aplausos de los hinchas de River a Iker Muniain y su reacción ...
En la previa, se sabía que el duelo por la fecha 24 de la Liga Profesional iba a ser especial para Iker Muniain. El mediocampista español, de 31 años, supo confesar en el pasado su amor por River Plate. De hecho, coqueteó con el desembarco en Núñez en el último mercado de pases, pero el que aceleró fue San Lorenzo. Y, en su primera visita al Monumental, el vasco fue gran protagonista de la noche. Primero, porque el público local reconoció los gestos del pasado con un estruendoso aplauso. Luego, porque anotó de penal el 1-1 y su festejo también fue tema de debate en las redes.
Cuando en el flamante cartel electrónico del estadio apareció el nombre del volante y también fue anunciado por altoparlantes, los hinchas del Millonario lo premiaron con aplausos. El contraste con los demás futbolistas, que recibían los habituales silbidos a los contrincantes (antes de él fue nombrado Ezequiel Cerutti) resultó notorio. Ya iniciado el partido, el dominio territorial del conjunto dirigido por Marcelo Gallardo fue marcado, aunque no se tradujo en gran cantidad de situaciones de gol. En ese contexto, el ex Athletic Bilbao resultó, junto a Remedi, el hombre que buscó ser eje para tener la pelota, y también para ganar infracciones y salir del acoso.
River amagó con romper el cero con la chance que Manu Lanzini tiró por encima del parante y logró su cometido a los 13 minutos del segundo tiempo, con el remate que Maxi Meza ubicó cerca del travesaño desde la medialuna del área. Sin embargo, ocho minutos después, Leandro González Pirez amplió volumen con su brazo ante un intento visitante, el VAR lo detectó y llamó al árbitro Carlos Gariano a revisar en la pantalla y el juez no dudó: penal.
Muniain se hizo cargo de la responsabilidad. Y ejecutó con aplomo: engañó a Franco Armani con el cuerpo y abrió el pie para colocar el balón junto al palo izquierdo del arco del dueño de casa. Por respeto, no gritó la conquista, se quedó parado a la espera del abrazo colectivo. Luego, ya cobijado por sus compañeros, fue más efusivo, soltó un “¡vamos!” y regaló varias sonrisas.
Con la igualdad, San Lorenzo se sintió más cómodo en el desarrollo, más allá de un par de acciones en las que pasó zozobra, como la mediavuelta de Borja, que se fue desviada. En ese tren, Muniain se dedicó a manejar los tiempos con sapiencia, buscando socios a un toque o enfriando el cotejo. Tras una falta que le cometieron y en la que se quedó en el césped un largo rato, provocó la reacción de Gallardo, quien meneó la cabeza un par de veces.
“Manejamos la mayor parte del partido, pero justo cuando nos pusimos 1-0, quizá el desgaste que hicimos para alcanzar la ventaja nos costó después”, analizó Meza, autor de la primera conquista. Muniain aportó la astucia para detectar las vulnerabilidades de River. Su aporte se dio luego de una semana agitada en el Ciclón, por la crisis económica, que derivó en un planteo de los referentes al presidente Marcelo Moretti por sueldos y premios atrasados. Iker, aunque no es el que tiene la deuda más abultada, se puso al frente del reclamo como una de las figuras del equipo.
Y en el Monumental dio la cara de la forma que mejor sabe: con la pelota en los pies. Cuando se retiró del campo, a cinco minutos de terminar el tiempo adicionado (lo reemplazó Daniel Herrera) se escucharon silbidos, pero parecieron estar más vinculados al momento del partido y al ardid de los cambios de San Lorenzo para enfriar el partido.
* Las principales alternativas del duelo por la Liga Profesional