Iker Muniain ficha por San Lorenzo y cumple su objetivo de vivir la ...
Entre Iker Muniain (Pamplona, 31 años) y Ángel Zubieta (Galdakao, fallecido en 1985) hay un evidente paralelismo. El centrocampista navarro le arrebató al vizcaíno el título de ser el futbolista más joven en debutar con la camiseta del Athletic. Lo hizo con 16 años; Zubieta se había vestido de rojiblanco apenas cumplidos los 17. Después sus carreras se bifurcan, porque Muniain siguió en el club bilbaíno hasta que en abril levantó como capitán la Copa del Rey y dijo adiós al acabar la Liga, mientras que Zubieta, con la Guerra Civil de por medio, se exilió en México y después en Argentina. Volvió a España en 1946, en una gira en la que su equipo maravilló en los campos españoles. Su madre y su hermana, que no le veían desde una década antes, le esperaban al pie de la escalerilla del avión en Barajas.
Ahí regresa el paralelismo, porque el vizcaíno triunfó en el viejo Gasómetro, derruido en 1979 para levantar un Carrefour, vistiendo los colores de San Lorenzo de Almagro, y el vizcaíno fichó el viernes por el histórico club de Boedo, así que jugará en el Nuevo Gasómetro, por lo menos hasta diciembre de 2025.
Será el décimo jugador español que luzca los colores azul y rojo de la camiseta elegida por un sacerdote, el padre Massa, inspirados en el manto de la Virgen María Auxiliadora, para el equipo del Papa Francisco. Antes de Muniain pasaron por el Ciclón Isidro Lángara (1939-1943), que debutó marcando cuatro goles y consiguió 110 en cuatro temporadas, el inolvidable Ángel Zubieta (1939-1952), que disputó más de 500 partidos, Ignacio Santamaría (1962-1966), José Iraragorri (1939-1940), el autor del primer gol de España en un Mundial, Emilín Alonso (1940), nacido en Getxo, que jugó en el Arenas y triunfó en el Real Madrid, Fernando García Lorenzo (1941), Antonio García Ameijenda (1967-1975), Javier Artero (1999) y Gonzalo Bozzoni (2011-2012).
Muniain estuvo en Buenos Aires hace dos semanas. Su ilusión era fichar por el River Plate, el equipo por el que escapó de una concentración con el Athletic para verle jugar la final de la Copa Libertadores en el Bernabéu, disfrazado con una peluca, unas gafas, una gorra y una bufanda. Pero el fichaje no se concretó, aunque durante su estancia recibió una llamada del presidente de San Lorenzo y charló también con el entrenador, Leandro Romagnoli. Le ofrecieron un contrato. Se dio una semana para responder, y al final decidió enrolarse en el equipo bonaerense, después de 560 partidos, 76 goles y 70 asistencias en el Athletic. El jueves pasó la revisión médica y el viernes por la tarde, el club anunció su fichaje.
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