El jugador de Barcelona Iñigo Martínez se enfrentó con hinchas que ...
Una situación muy tensa se vivió esta semana a la salida del entrenamiento del Barcelona Iñigo Martínez se cansó de que un aficionado le insultara y se bajó del auto para decirle algunas palabras cara a cara.
"Escúchame, tú si que eres tonto", comenzó. "La última vez que me llamas tonto. La última vez. ¿Has oido? La última ¿eh? La última que me insultas. Tú y tu amigo lo mismo. La última vez que me insultas".
Al mismo tiempo, se oyen las voces de otras personas pidiendo a los adolescentes que provocan al jugador que se controlen. "¡Pero no hagáis estas cosas!", o: "Pero, ¿qué haces?", dicen, mientras un niño pide una foto con el futbolista.
La curiosidad es que esta situación se da en un buen momento del club, al menos a nivel resultados. Barcelona ganó el último fin de semana ante Las Palmas y llega con buen rendimiento al duelo contra el Paris Saint Germain por los cuarto de final de la Champions League.
IÑIGO MRTINEZ.webp
Iñigo Martínez suele recibir insultos de los hinchas.
X
Al inicio de la temporada, Joao Cancelo había sufrido un problema similar, con los aficionados que se hacen presentes habitualmente en el entrenamiento del club: "En primer lugar, no son aficionados, son 'chavales' de 20 años que están ahí todos los días, ya sea en la puerta del centro de entrenamiento o cuando estoy con mi hija en el parque o en una simple cena con mi novia", escribió el portugués en ese momento.
La indignación de Iñigo Martínez está más que justificada, pues él y sus compañeros se ven obligados a soportar situaciones similares día tras día. A las puertas de la Joan Gamper, además de periodistas y reporteros gráficos llevando a cabo su labor informativa, se congregan aficionados que buscan una foto, un saludo o una firma de sus ídolos. Y, también, gente que se aprovecha e intentan realizar negocio con imágenes y autógrafos de los jugadores.
Estos últimos, en ocasiones han llegado a golpear los coches, o incluso se han lanzado sobre el capó de los vehículos para obligar a los jugadores que se detengan, provocando algún altercado. Y si no logran su objetivo se encaran con ellos y, como fue el caso, los insultan hasta provocar una situación desagradable.