La PICANTE CHICANA de Leandro Santoro a Horacio Rodríguez ...

10 Jul 2023

Si no fuera porque es él, sería acusado de alta traición. Es que, en la Argentina, pasar del radicalismo al peronismo es básicamente como dejar de ser hincha de Boca para hacerse de River. Él lo hizo sin que ello supusiera una condena. Alto mérito para un político que juega el partido en un escenario violentamente polarizado.

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Foto TN - Todo Noticias

Leandro Santoro debe ser el adversario más querido por sus oponentes. Es que, rara vez, golpea debajo del cinturón. Suele hablar bien (y hasta con cariño) de aquellos a quienes pretende derrotar en las urnas. “Un montón”, dirían los jóvenes.

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“Leo” le dicen. Nació en Boedo, Ciudad de Buenos Aires, en enero de 1976. Egresado de colegio salesiano, estudió luego Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires. Hincha de San Lorenzo como el 99% de los vecinos del barrio, militó de pibe en la UCR, cuya Juventud presidió referenciándose en la figura de Raúl Alfonsín de quien fuera amigo personal.

La alianza de la UCR con el PRO en lo que fuera la conformación de Cambiemos terminó de sellar su salida definitiva del partido. Aunque en realidad hacía rato que se había sentido seducido por algunas banderas del kirchnerismo. En 2015, durante la segunda presidencia de Cristina Fernández fue Subsecretario para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia.

El diputado nacional Leandro Santoro encabeza la lista única de Unidos por la Ciudad. (Foto: TN / Agustina Ribó)

Rara avis en el mundo K. Santoro es dueño de una personalidad que, en iguales medidas, combina calidez con determinación. Es ese amigo que “putea” e inmediatamente se arrepiente y pide perdón por el exabrupto, sin desdecirse del contenido.

Se puede hablar con él más allá de las diferencias. Es por eso que la charla comienza directo “al hueso” hablando de algo que, para muchos, resulta incomprensible: la elección del candidato oficialista en un contexto de grave crisis macroeconómica.

- Hagamos un pacto de honestidad brutal, aunque duela. ¿Se anima?

- Siempre soy honesto, así que sí.

- Usted es politólogo. Imaginemos que estamos en la facultad por recibirnos y nos piden que simulemos una campaña política. El contexto es un país complejo que tiene 120 puntos de inflación por año, 6 de cada 10 pibes pobres, la tasa de inversión es muy baja. ¿Usted cree que sería astuto elegir al ministro de Economía de ese país como candidato a presidente?

- A mí me parecería astuto poner a la persona más preparada para gobernar y poner una persona que tenga pergaminos reconocidos por la sociedad. En ese contexto creo que lo primero que hay que hacer es justamente explicar el contexto. El contexto de una situación muy compleja que obviamente estuvo muy condicionada por una deuda externa agobiante que después se agravó mucho más con el tema de la pandemia. Hasta el día de hoy estamos padeciendo los coletazos de una sequía que afecta a las reservas del Banco Central. El trabajo de Sergio Massa, que es el ministro de Economía de ese país imaginario, es un trabajo que se tiene que valorar por las cosas que evitó y fundamentalmente por las intenciones que está poniendo a su gestión.

- Pero deberíamos ponernos en la cabeza del electorado. Hacemos un diagnóstico, contratamos una encuesta de opinión pública y vemos que entre el 60 y el 70 por ciento de la gente dice que el primer problema que tiene es la inflación. Desde esa óptica, ¿su análisis no estaría un poco alejado de lo que le pasa a la gente común?

- Yo creo que la gente sabe que Sergio Massa viene a resolver un problema que él no generó. Hasta los que no lo quieren a Sergio reconocen que hay un problema estructural. Alberto Fernández tomó el país con 54% de inflación, no con cero. A esto se agrega que Sergio es el ministro de Economía del último tramo del Gobierno. Yo creo que la gente sabe que la intención del ministro es quebrar la tendencia al alza de la tasa de inflación.

- Cuando uno habla con sus adversarios políticos primero se nota que lo quieren mucho. Y segundo, dicen que Ud. es una persona coherente. Desde esa coherencia le pregunto, ¿no hay mucha incoherencia en el cierre de listas de Unión Por la Patria? Uno ve lo que Massa decía de La Cámpora y es fuerte. Y ve lo que personas del kirchnerismo, como Taiana, decían de Massa, vinculándolo con el narcotráfico... ¿No no ve un ruido ahí?

- Yo creo que todos los cierres de listas de todos los frentes tienen tensiones con la coherencia. Porque el sistema político se desarmó. El sistema de partidos es un sistema fragmentado, con dificultades para construir consensos. Podes hacer una lista de problemas en Unión por la Patria y vas a encontrar similitud y correspondencia con todos los otros frentes. Eso sucede porque no hay sistema de partidos políticos. Eso sucede porque no hay sistema de partidos políticos y las contradicciones se van acumulando.

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Foto TN - Todo Noticias

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- El tema es que las alianzas políticas a veces juegan al “vale todo” y pareciera que no hay reglas. Lo que le hicieron a Scioli, ¿no le parece fuerte?

- Yo creo que la política argentina tiene un problema con el sentido de la responsabilidad y es transversal también a todos los partidos. La dirigencia política está muy condicionada por la coyuntura, el corto plazo y por el impacto en redes sociales. Eso va en contra de la calidad democrática. La democracia profesional implica dirigentes políticos que son consecuentes con las consecuencias de sus acciones y creo que es un camino que tenemos que transitar.

- ¿Cuál fue el pecado de Scioli en ese aspecto?

- Creo que hubo un error de parte de muchos dirigentes del Frente de Todos en ese momento de creer que era posible una interna con el contexto inflacionario macroeconómico. Yo estuve durante tres meses diciendo que para mí era un error avanzar tanto con las PASO. Porque básicamente te toca gestionar la economía en un contexto de mucha fragilidad financiera. Una pelea en Juntos por el Cambio es un título en Clarín o en La Nación. Una pelea en medio de una PASO en la coalición de Gobierno puede significar una corrida cambiaria o bancaria. Hay que tener mucha conciencia de las condiciones en las que estás. Nosotros nos demoramos mucho en construir una lista única y yo vengo sosteniendo esto desde hace varios meses.

- Ud. es candidato a jefe de Gobierno... ¿Tiene miedo de que el costo de Alberto Fernández lo perjudique?

- Todos los candidatos estamos condicionados por el partido, por el frente al cual pertenecemos, para lo bueno y para lo malo. Yo creo que a Alberto le tocó gobernar en la pandemia y obviamente la expectativa que se había generado en 2019 está muy lejos de la realidad que nos toca vivir hoy. Pero entiendo que todo el mundo comprende las condiciones en las cuales eso sucedió. En la ciudad de Buenos Aires yo tengo un programa de gobierno propio, un equipo propio, un estilo de conducción y liderazgo político propio. Y espero que la gente, cuando vote piense cuáles son las propuestas que nosotros tenemos para resolver los problemas de la gente.

-¿Lo defraudó Alberto?

-No.

-Usted siempre es muy respetuoso del voto de la gente. ¿Cómo se hace campaña en la Ciudad de Buenos Aires contra el partido que gobierna desde hace 16 años y la gente lo ha ratificado?

-Primero, hay una conclusión que creo que todos debemos sacar que es que después de 16 años es necesaria una alternancia. Hay que ventilar, abrir los cajones, abrir la ventana. Cualquier gobierno después de 16 años se oxida, carece de ideas, se repite. En segundo lugar creo que se gobierna mejor si sentís que hay un espacio político que te puede reemplazar. Hoy al PRO le pasa algo significativo que es que ellos sienten que los errores no tienen costo. Estuvimos tres meses sin ministro de Seguridad en la Ciudad y no pasó nada. ¿Por qué no pasó nada? Básicamente porque tienen la sensación de que hagan lo que hagan la elección la van a ganar. Yo creo que hay un sector de la sociedad que entiende que no es bueno que el sistema político esté tan desequilibrado y que cuando hay mayorías absolutas pasan cosas malas como fue la sanción de un código urbanístico que está destruyendo la ciudad, por ponerte un ejemplo. O el intento de venta de Costa Salguero.

-¿Qué rescata del gobierno del PRO? ¿Qué le parece bueno de lo que hicieron estos 16 años?

-Creo que tienen una buena política, está bien direccionada la política de urbanización en barrios populares. Me parece que todo lo que tiene que ver con la desincentivación al uso del auto con la construcción de bicisendas fue muy importante. Logros… Te imaginas que un gobierno que logró ganar tantas elecciones en 16 años tiene muchos. Yo te diría que, por ejemplo, avanzaron con la construcción de bicisenda. Está bien eso. Ahora, detrás de la bicisenda siempre aparece un negocio. Hay bicisendas que han puesto en lugares donde no corresponde. Mi mamá vive sobre la calle Valle, a una cuadra de Avenida La Plata y la verdad es que cada vez que la tengo que bajar (tiene problemas de cadera) es un problema. No lo han pensado lo suficiente. Poner una bicisenda en una calle que tiene un solo carril -porque de un lado estacionan los coches y del otro lado van y vienen a contramano las bicicletas- es un problema enorme.

Leandro Santoro en entrevista exclusiva con TN. (Foto: TN / Agustina Ribó)

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Foto TN - Todo Noticias

-Cuando pregunta en la Ciudad lo que a la gente le molesta, siempre sale el tema de los piquetes. ¿Qué va a hacer usted?

-Ordenar la Ciudad de Buenos Aires. A la gente no le molesta solamente el tema del piquete, le molesta el desorden y la suciedad. Hay muchas zonas que están preciosas y hay muchas zonas que están muy abandonadas. Se nota que hay un desorden por un montón de problemas. El descontrol en la venta ambulante, por ejemplo, hace que los vecinos de la calle Avellaneda estén muy preocupados. Eso también es una forma de desordenar el espacio público y de alterar la convivencia.

En relación con los piquetes creo que nosotros tenemos que tomar una decisión responsable. Hay que garantizar el derecho a circular y el derecho a la protesta, las dos cosas.

-Dos cosas que son difíciles de mezclar. Si usted está, por ejemplo, en la puerta de su casa y de repente tiene un episodio de salud, hay que llamar a una ambulancia y en la puerta de su casa hay un piquete. Y usted no llega al hospital y tiene una consecuencia fatal. ¿No hay que pensar en esos casos?

-Sí, claro.

-¿Entonces qué hacemos con el piquete?

Bueno, hay que regular la protesta social y regular el uso del espacio público. Pero esta es una demanda a Larreta, no a mí. Hace 16 años que gobiernan y no lo pudieron resolver. Tampoco pudieron resolver los manteros de Avellaneda ni la ocupación del espacio público de parte de algunos bares. No están pensando en la gente. Lo que digo yo en el caso puntual de los piquetes, para no esquivar a tu pregunta, lo que hay que construir acá es un sistema que permita generar un instituto parecido al de la conciliación obligatoria. El uso de la fuerza pública es el último recurso.

- ¿Ud invitaría a su Gobierno a gente de Juntos por el Cambio?

- A algunos sí.

- ¿A quién por ejemplo?

- Hay dirigentes que valoro. Tengo muy buena valoración de Facundo Manes. Creo que la gente que trabaja con María Migliore (la ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad) es muy buena. Enrique Avogadro (el ministro de Cultura de la Ciudad) me parece que es una persona que funciona bien. No estoy de acuerdo con la gestión de salud, pero entiendo que el ministro de Salud, Fernán Quirós es una buena persona… A ver, yo propuse como personalidad ilustre de la ciudad al director del SAME, Alberto Crescenti.

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- Hagamos un juego… Valorar a los adversarios y criticar a los amigos. Vamos a arrancar por los adversarios. Le pido que me cuente cuál es para usted una virtud de Horacio Rodríguez Larreta.

- Me parece que es un obsesivo del trabajo.

- ¿Una virtud de Diego Santilli?

- Es un hombre con diálogo democrático.

- ¿Una virtud de Patricia Bullrich?

- Me parece que es una persona con decisión política.

- ¿Una virtud de Mauricio Macri?

- Creo que es un tipo inteligente.

- ¿Una virtud de Jorge Macri?

- Es un tipo formado.

- ¿Una virtud de Martín Lousteau?

- Me parece que es una persona que conecta con una sensibilidad parecida a la mía.

- Ahora vamos a buscarle defectos o cosas para criticar sanamente a los amigos, ¿qué le critica a Alberto Fernández?

-Creo que no tiene teoría del poder.

- Amplíe…

-Una comprensión acerca de cómo se construye el poder. Voy a corregirlo porque capaz puede ser muy fuerte. Creo que le falta vocación de poder.

- ¿Qué defecto le encuentra a Cristina Kirchner?

- Yo creo que debería hablar más con un sector de la sociedad que no la valora. Debería hacer el esfuerzo para hablar más con ese sector de la sociedad que no la escucha.

- ¿Qué defecto le encuentra a Sergio Massa?

- Es muy ansioso.

- Escuché que le preguntaban por su cercanía con el peronismo viniendo de la Unión Cívica Radical y calificó a Cristina de “mamá adoptiva”…

-Me preguntaron “si usted es un hijo adoptivo del peronismo, quién sería su madre y quién sería su padre”. Supuse, la mamá adoptiva debería ser Cristina.

- ¿No es un poco mucho?

- Bueno, claro, este es el problema del juego, la descontextualización. Y espero que esto quede porque cuando uno descontextualiza las cosas puede parecer descolgado. Un riesgo que estoy tomando al hacer esta nota con vos, cuando me decís calificá bien a tus adversarios. veinte segundos hablando bien de Patricia Bullrich. ¿Qué crees que va a pasar?

- Lo van a castigar.

-Exactamente.

- ¿Puede contar a la gente como se compró su primer departamento?

- Te encanta esta historia.

- Me encanta porque después viene la repregunta.

-Mi vieja se ganó el bingo acumulado en el año 2002. Fue al Bingo Caballito con dos pesitos. Me llama por teléfono llorando. Yo estaba almorzando con Alejandro Todesca en un bodegón en Boedo. Y me dijo “venime a buscar, me gané el bingo acumulado”. Si hoy me das un palo verde no me cambia la vida lo que me cambiaron esos 80 mil dólares. Yo venía ahorrando para comprarle un departamento a ella.

-¿Dónde vivían?

- En Caballito.

- Alquilaban…

- Obvio. Yo juntaba un manguito y lo guardaba. Me cambió la vida Gonzalo.

-Va la repregunta… ¿Qué le pasa cuando ve la obscenidad de la política, en términos de dinero, de lujuria?

- Yo conozco lo que no se ve. Además, tengo buena relación con todos. A mi Alfonsín me enseñó siempre… Él me decía: “la política la hacen los hombres, no los ángeles. Vos tenés que dar cuenta de lo tuyo. Después tratá de mantenerte siempre en la misma senda, pero no te pongas demasiado estricto en el tipo de vínculo, porque sino te transformas en un resentido.

Santoro respondió cuáles son las virtudes y defectos de sus adversarios y amigos. (Foto: TN / Agustina Ribó)

- Usted piensa en su mamá y lo que significó poder comprarse un departamento en ese momento. Y hay gente que compra un departamento como quien compra un paquete de galletitas. Le soy completamente honesto… Me cuesta mucho ver cómo personas como Ud. tienen tan buena relación con personas como Cristina Kirchner, por las historias que se han conocido de corrupción, enriquecimiento ilícito…

- ¿Pero vos de verdad pensás que tiene una bandera política?

- Por eso hablo de todos.

-También tengo buen diálogo con gente de Juntos por el Cambio que sé que no pueden explicar dónde viven ni cómo viven, ni los aviones privados que toman. Yo trato de construir un vínculo directo con la gente. De alguna manera soy medio outsider. Estoy adentro pero estoy afuera. Recién tu productora me decía “no tenés séquito”... Vine manejando mi coche, voy en subte, vengo sin custodia, sin chofer, sin fotógrafo. Hago la mía. Y creo que ese vínculo con la sociedad ayuda a la política. Después… Vos sos politólogo, tenés doctorado, ¿no?

- Maestría.

- Maestría… Sabés perfectamente que pasa lo mismo en Italia, en Estados Unidos. No solo acá. Y la gente también sabe que esto es así y elige a algunas personas que son diferentes para comunicarse y confiar.

-Una cosa que la ciencia política marca es la carencia de empatía en la dirigencia política actual. Y cuando uno analiza cuáles son las variables que determinan esa carencia una de ellas es la incapacidad de pedir perdón. ¿Se anima a pedir perdón por algo?

-Todo el tiempo.

-Pero públicamente.

-Le pedí disculpas una vez a Patricia Bullrich. Salió un video cuando ella dijo que “el que quiera andar armado…”. Ahí tuve un exabrupto con ella. Después de eso me la crucé en este canal y ella tuvo una buena actitud conmigo, casi maternal. Dijo: “yo lo respeto a Leandro, le recomendaría que se fije que quizá puede lastimar”. Y después le dije “tenés razón”. Me pasa mucho con los libertarios y digo “estos tipos no se dan cuenta”. Milei un día me dijo “sos un ladrón” y le dije “Javier cómo me vas a decir eso, me está mirando mi vieja”. Él no me lo decía en términos personales, decía que como el Estado cobra impuestos, quien defiende al estado de bienestar está defendiendo la expropiación del capital a un acto involuntario que es el de pagar impuestos. Así son los estados liberales, la democracia moderna. Me di cuenta que ese Javier Milei que recién arrancaba podía estar lastimando a alguien sin darse cuenta. Con el correr del tiempo me fui cuidando mucho más a la hora de cometer errores, hacer descalificaciones personales y ese tipo de cosas.

-Gracias.

Créditos

Producción audiovisual: TN Videolab Edición de video: Tamara Ferro

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