La mujer de Guillermo Vilas y una conmovedora foto sobre su ...
Como hace un mes, Phiangphathu Khumueang, la pareja del ex tenista argentino Guillermo Vilas, usó sus redes sociales para dedicarle un mensaje amoroso. Esta vez no hay beso, como en abril. Ni se festeja el cumpleaños de Guillermo Jr., como ocurrió el 3 del mes pasado y el Poeta se vistió con una remera de Súperman para la ocasión. Esta vez, Phiang y el hombre que revolucionó el tenis argentino miran a la cámara. Hay un corazón blanco. Y una frase: “Porque sos mi todo”. Nada más.
Al igual que en las publicaciones de abril, este nuevo posteo de la mujer es un bálsamo para los seguidores de Vilas, ávidos por noticias del ídolo. Son conocidos los problemas de salud del deportista que marcó una era en los 70 y los 80 y que hoy vive en Montecarlo. Su familia es su sostén y, en este sentido, Phiang es la persona que más lo conoce. En la foto publicada hoy se ve el rostro completo de su compañero, al natural.
A comienzos de abril, y con motivo del sexto cumpleaños de Guillermito, su único hijo varón, se lee el mensaje: “Feliz cumpleaños mi (emoji de un corazón). Superman Súper padre”. El texto breve está acompañado por una foto conmovedora de Guillermito junto con su padre. En la imagen no se le ve el rostro al extenista de 70 años, pero sí su mano izquierda, la misma con la que empuñó la raqueta durante décadas y que lo convirtió en una figura fulgurante del circuito.
“Feliz cumpleaños mi amor”, escribió Phiang en otra publicación en Instagram, acompañada por una foto de Guillermito, luciendo camisa y saco, durante su visita a Guillermo (padre). En otra foto, conmovedora, se lo ve al chico abrazando a su padre con mucho afecto. Las imágenes generaron inmediata reacción en las redes sociales: se multiplicaron los mensajes cariñosos.
Phiang y Vilas se casaron por civil y en una ceremonia religiosa en mayo de 2016, dieciséis años después de haberse conocido -ya habían contraído matrimonio una década antes, pero en el Consulado de Tailandia-. “Tuve muchísima suerte en conocerla”, dijo Vilas aquel día, con los ojos humedecidos tras una ceremonia íntima en la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes, en el barrio de Belgrano.
Guillermo Jr. nació el 3 de abril de 2017 a las 11.30 de Mónaco y pesó 4.260 kg. “Phiang está perfecta! Todo salió bien. La familia feliz!”, se publicó en aquel momento en la cuenta de Vilas. “Está conmovido, extremadamente feliz. Lo toma como otro regalo de la vida”, le comentaron a LA NACION, en su momento, gente del círculo íntimo del zurdo. Guillermo Jr. es el cuarto y último hijo de la pareja. La mayor es Andanin, que nació en París el 15 de noviembre de 2003. Le siguen Lalindao, nacida en Miami el 6 de enero de 2010, e Intila, nacida en Buenos Aires el 23 de diciembre de 2010.
El 17 de agosto del año pasado, Vilas cumplió 70 años. El ganador de 62 títulos inspiró a una generación que miraba de lejos a las figuras. “Nos hizo creer que los sueños eran posibles”, confesó, en un informe de LA NACION, el ecuatoriano Andrés Gómez, campeón de Roland Garros 1990, logro que lo convirtió en el primer latinoamericano ganador de un Grand Slam después de la era Vilas.
Roland Garros 2017: la última entrevista de Vilas, junto con Phiang, presentando en sociedad a Guillermito, que tenía apenas un mesClaudio CerviñoSu legado, más allá de cualquier capricho del ranking, lo hizo cruzar fronteras. Vilas despertó el fuego en la Argentina, pero también en la región. Fue un estímulo y un modelo a -intentar- seguir para una amplia generación de jugadores latinoamericanos que, en los 70 (y también los 80), observaba con distancia a las figuras europeas y estadounidenses.
La disciplina, la obsesión (tantas veces extrema) por el entrenamiento y el perfeccionamiento de los golpes, la planificación y las decisiones estratégicas fueron algunas de las características con las que Vilas construyó su mito en los courts. “Ninguno de los jugadores que tuve en mi vida tenía la disposición para entrenar que tuvo Vilas”, le confió a este diario, una tarde de junio de 2012, en París, Ion Tiriac, el hombre que transformó el tenis como coach, manager y promotor. Andrés Gómez coincide con el rumano de bigote cóncavo. En la misma línea se posicionan otros destacados protagonistas del tenis sudamericano, inspirados por Vilas y consultados por LA NACION, como el paraguayo Víctor Pecci, el chileno Hans Gildemeister, el peruano Pablo Arraya, el uruguayo Diego Pérez y el brasileño Cassio Motta.
“Guillermo nos enseñó a trabajar. Cuando practicábamos en el BALTC, llegabas a las 7 de la mañana y él ya estaba desayunando yogur con frutas en la cancha. Yo muchas veces era uno de los siete u ocho jugadores que iban a entrenarse con él en el mismo día; pasábamos uno tras otro -sonríe Arraya, 29° del ranking en 1984-. Tenía una gran intensidad y no salía de la cancha hasta la noche. Fue un guía. En el torneo que estaba, tratábamos de pelotear con él. Siempre fue muy amable, nos marcó a todos. ¡Hasta el peinado le copiábamos! Era un Dios con piernas al que teníamos cerca”.
LA NACION
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