Giorgia Meloni concede la nacionalidad italiana a Javier Milei

Además de grandes amigos, Javier Milei y Giorgia Meloni también son compatriotas. El presidente argentino, de visita en Roma, ha obtenido el pasaporte del país transalpino gracias a un antepasado de origen calabrés, el “nonno Ciccio”, en virtud de una ley que facilita mucho la concesión de pasaportes a familiares de emigrantes. El anarcocapitalista, que lleva un año en la Casa Rosada, ha viajado por segunda vez a la capital italiana. El viernes, en el patio del palacio Chigi, sede del Gobierno italiano, se acercó a la líder italiana sin ocultar su entusiasmo: “¿Cómo estás, mi amiga?”. Hace menos de un mes, en Buenos Aires, ambos se asomaron al balcón de la plaza de Mayo para mostrar su sintonía.

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Foto La Vanguardia

El presidente argentino fue invitado ayer al festival político de Hermanos de Italia, el partido de Meloni, que cada año lleva al escenario a personajes como Abascal, Musk o Bannon.

Giorgetti, el ministro de Economía italiano, es seguidor de Milei, cuya visión del Estado difiere de la de Meloni

La afinidad personal y política entre ambos ha suscitado expectativas sobre una posible alianza soberanista que incluiría a los EE.UU. de Trump y el Israel de Netanyahu. Pero sus visiones sobre economía son muy diferentes. Mientras que Milei busca “destruir el Estado desde dentro”, como declaró el viernes en Roma, Meloni proviene de una tradición que defiende el papel del sector público, especialmente en apoyo a las clases más desfavorecidas, y se opone tanto a las políticas de austeridad de Bruselas como a la liberalización extrema del mercado. 

Hermanos de Italia insiste en que los pocos recursos disponibles deben destinarse a los sectores más desfavorecidos de la población. Otro aspecto en el que los dos líderes, al menos por ahora, están en desacuerdo es el tratado comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Italia, junto con Francia, quiere frenar su entrada en vigor, en tanto Milei intenta convencer a Meloni de que lo apoye.

Son contradicciones que Meloni, por el momento, logra gestionar con ese espíritu “camaleónico” que la revista Politico reconoció en ella por saber adaptarse a casi cualquier interlocutor. De hecho, apenas una hora antes de reunirse con el filoisraelí Milei, había recibido en el palacio Chigi al líder palestino Mahmud Abas.

La concesión de la nacionalidad italiana a Milei y a su hermana Karina, principal asesora del presidente, provocó las protestas de la oposición: “¿Por qué este trámite acelerado para Milei, cuando otros que solicitan la ciudadanía con los mismos requisitos esperan años?”, pregunta el líder de los Verdes, Angelo Bonelli.

El personaje de Milei está ganando popularidad en ciertos círculos italianos, no solo entre los simpatizantes de la extrema derecha. El problema para Meloni es que uno de los seguidores del presidente argentino es el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, un moderado de la Liga más cercano al ex primer ministro Mario Draghi que al secretario de su partido, Matteo Salvini. Según Il Corriere della Sera , Giorgetti habría llevado al Consejo de Ministros una pequeña estatua de Milei, lo que habría generado cierta preocupación entre sus colegas durante el debate sobre la ley de Presupuestos. Meloni lo habría detenido con una sonrisa: “Giancarlo, estamos en Roma, no en Buenos Aires...”.No es la hora de la motosierra para la economía italiana.

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