33 años de escuelitas municipales de fútbol en Río Tercero

8 días atrás

En Río Tercero, la “Capital Nacional del Deportista”, se vive una realidad única gracias a las escuelitas de fútbol municipales. Desde hace 33 años, son un pilar fundamental en la vida de los niños y adolescentes de la ciudad.

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Foto La Voz del Interior

Nacidas de un programa que fomenta la solidaridad y el compañerismo, estas escuelas se han consolidado como un verdadero semillero de talentos y valores deportivos.

Las escuelitas municipales riotercerenses no son simplemente espacios de entrenamiento; son verdaderas instituciones donde se promueve el deporte como una herramienta de sociabilización e inclusión.

Coordinadas por profesores altamente capacitados, reciben a niños de diversos barrios, brindándoles la oportunidad de crecer de manera sana y contenida, quienes toman clases de manera gratuita y forjan desde pequeños las bases de la solidaridad y el respeto entre pares.

El fútbol, en este contexto, se presenta no solo como un deporte, sino como un proceso de maduración y desarrollo social. Los entrenadores, con su dedicación y profesionalismo, inculcan en los pequeños valores fundamentales como el respeto, la solidaridad y el trabajo en equipo.

Un proyecto comunitario

La ciudad de Río Tercero cuenta con más de 30 barrios, y un tercio de ellos albergan entrenamientos de fútbol dos veces por semana en las canchas de las plazas. Este despliegue logístico es posible gracias al trabajo conjunto de diversas áreas municipales y comisiones vecinales.

Cada entidad, desde su ámbito de competencia, aporta lo necesario para que estas escuelitas sigan funcionando y creciendo.

Este esfuerzo colectivo ha hecho posible que muchos niños formen sus primeras armas en el fútbol en nuestras escuelitas, para luego continuar sus carreras en clubes de la ciudad. El impacto de este programa no se limita al ámbito deportivo, sino que se extiende a toda la comunidad, generando un sentido de pertenencia y orgullo en cada barrio.

33 años de escuelitas municipales de fútbol en Río Tercero (Municipalidad de Río Tercero) Encuentros y torneos: la fiesta del fútbol infantil

Uno de los momentos más esperados por los niños que participan en las Escuelitas de Fútbol son los encuentros anuales que reúnen a todas las escuelitas de la ciudad. Estos eventos no solo son una oportunidad para demostrar lo aprendido, sino también para estrechar lazos con compañeros de otros barrios.

El 17 de junio se celebró un torneo amistoso en homenaje a Pipo Acoto, el creador de la primera escuelita barrial de fútbol que funciona en el barrio Monte Grande desde hace 33 años. Este evento no solo fue una fiesta del deporte, sino también un reconocimiento a quienes han dedicado su vida a promover el fútbol infantil en la ciudad.

Actualmente, Río Tercero cuenta con sedes de escuelitas de fútbol en los siguientes barrios: Acuña, Aeronáutico, Cerino, El Libertador, Mitre, Monte Grande, Magnasco, Parque Monte Grande, Sarmiento y Barrio Sur.

Cada una es un núcleo de actividad deportiva y social, donde los niños encuentran un espacio seguro y estimulante para desarrollarse.

Un futuro prometedor

Las Escuelitas de Fútbol de Río Tercero representan mucho más que un programa deportivo. Son un símbolo de lo que se puede lograr cuando una comunidad trabaja unida por el bienestar de sus jóvenes. Con 33 años de historia, continúan creciendo y evolucionando, adaptándose a las necesidades de cada nueva generación.

La apuesta por el deporte como herramienta de inclusión y desarrollo social es una inversión en el futuro de la ciudad.

Los valores y habilidades que los niños adquieren en estas escuelitas los acompañarán toda la vida, ayudándoles a convertirse en ciudadanos responsables y comprometidos. En Río Tercero, el fútbol infantil es mucho más que un juego. Es una forma de construir comunidad, de enseñar valores y de preparar a nuestros jóvenes para los desafíos del futuro.

Y todo esto es posible gracias al trabajo y la dedicación de todos los que forman parte de este hermoso proyecto.

El programa ha demostrado ser un modelo exitoso de intervención social a través del deporte. Las historias de éxito y los testimonios de quienes han participado en estas escuelitas son una prueba tangible de su impacto positivo. Los niños que pasaron por este programa no solo han mejorado sus habilidades deportivas, sino que también han desarrollado una mayor autoestima y una actitud positiva hacia la vida.

Estamos frente a un ejemplo de cómo el deporte puede ser una herramienta poderosa para el cambio social. A través del compromiso y la colaboración de la comunidad, se creó un entorno donde los niños pueden crecer y desarrollarse plenamente, aprendiendo valores.

Este programa no solo enriquece a los participantes, sino que también fortalece a la comunidad en su conjunto, creando un legado duradero de solidaridad y compañerismo.

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