Se cumplen 31 años de la roja más valiosa de España

20 horas atrás
España fc

Dinamarca se ha vuelto a cruzar en el camino de España. Y todas las alertas nostálgicas han saltado, como siempre que 'La Roja' se mide a este combinado nórdico que, hace justo 31 años, protagonizó uno de los capítulos más gloriosos de la selección. Ocurrió en Sevilla y fue determinante para la clasificación española en el Mundial de 1994 que se disputó en Estados Unidos, aquel para el que el conjunto que entonces entrenaba Javier Clemente se clasificó precisamente a costa de la que entonces era campeona de Europa, la misma Dinamarca.

Para comprender la dimensión de aquel partido disputado en Sevilla un 17 de noviembre de 1993 hay que hacer un poco de pedagogía del recuerdo. Por entonces, España no era la España actual, que ha llegado al último parón de selecciones de 2024 como campeona de Europa y ya clasificada para la final de la Nations League. Los de Luis de la Fuente son, según los pronósticos de Betfair, favoritos a llevarse este torneo (23% de probabilidades implícitas) e incluso su segundo Mundial (15% de probabilidades implícitas).

Sin Euro y casi sin Mundial

Entonces, en 1994, no era así ni de lejos. El equipo venía de no haberse clasificado para la última Eurocopa. Tampoco Dinamarca lo había conseguido, pero el equipo que comandaban los hermanos Laudrup (Michael y Bryan) se metió de rebote por la eliminación de Yugoslavia a causa de la Guerra de los Balcanes. La sanción de UEFA repescó a los daneses cuando muchos estaban ya de vacaciones en la playa. Y de ahí, a ser los campeones en una gesta nunca más repetida.

Quiso la fortuna que España se colara en el grupo de clasificación para el Mundial con ese ogro. La bella y la bestia con claro favoritismo para los daneses. Sin embargo, fue España la que se llevó el gato al agua, clasificándose con mucha dosis del ingrediente que antes servía de mayor gasolina para la Selección: la famosa 'Furia Roja'.

Con el grupo en máxima igualdad se llegó a la última jornada, que midió a España y Dinamarca en Sevilla, la que entonces solía ser sede fija de 'La Roja'. Los partidos se repartían entre el Villamarín y el Pizjuán. Esta vez le tocó el turno al estadio del Sevilla.

Error y roja de Zubizarreta

Con una expectación y presión atroz (quedarse fuera también del Mundial habría sido durísimo mazazo) se jugó un partido que comenzó muy mal para España. En el minuto 10, Zubizarreta, entonces portero titular de España y del FC Barcelona, la pifió, le regaló el balón a Laudrup y al intentar pararlo, cometió una falta fuera del área por la que vio la roja. Con sólo dos cambios por equipo, Camarasa, un defensa central, le tuvo que dejar su puesto a Cañizares, portero suplente que entonces jugaba en el Celta, aunque era propiedad del Real Madrid.

Más de uno vaticinó que, con semejante revés, España lo tendría crudo para ganar y clasificarse. La victoria era el único resultado que le valía al equipo de Clemente. No parecía posible ganar a Dinamarca jugando con uno menos y encima con el portero suplente entre palos. El desarrollo del partido invitaba a pensar que así sería. Dinamarca asedió la meta de Cañizares con una fruición nunca vista. Fue ahí donde emergió el heroísmo de las grandes ocasiones.

De la épica de Cañizares, al fallo de Schmeichel

Cañizares, que hasta entonces había demostrado ser un buen portero, pero sin más, se sacó una actuación épica en su debut con España que repelió una y otra vez los ataques de Dinamarca. Paradón tras paradón, el de Puertollano se convirtió en un muro infranqueable. Y con cada parada, Sevilla empezó a calentar las gargantas en un gorgoteo de festejo constante que, en ocasiones, llegó a sonar como cualquier alarido de gol. Muchas de esas intervenciones fueron, para España, más importantes que cualquier tanto.

Fue así como España sobrevivió al descanso (0-0) y se armó poco a poco de valentía. En el 63', Fernando Hierro completó la machada en un saque de esquina en el que, casualidades del karma, el fallo del habitante de la otra portería habilitó su cabezazo en solitario. Peter Schmeichel, padre del actual portero de Dinamarca Kasper Schmeichel, salió en falso, golpeó con los puños una atmósfera vacía y facilitó la épica de España, que todavía tuvo que resistir media hora más de asedio. Lo consiguió. El triunfo fue para España que, junto con EIRE, se clasificó para el Mundial dejando fuera a la que era vigente campeona de Europa. Y todo comenzó con una roja. La más importante de la historia de España.

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