Qué significa ser maestro hoy: un concepto que trasciende el aula

11 Sep 2023

11 de septiembre: Día del Maestro. Esta fecha sagrada del calendario escolar celebra cada año al maestro y a la maestra, al educador que transita las aulas, pero también a otras personas, experiencias o autores que tejen vínculos profundos con otros y construyen lazos de acercamiento al saber. Ser maestro, coinciden los expertos, es un concepto amplio que trasciende las aulas y se expande al mundo.

Dia del profesor - Figure 1
Foto La Voz del Interior

En esta línea, entonces, aparecen preguntas: ¿Qué es ser maestra o maestro? ¿Quien enseña? ¿El que instruye? ¿Aquel que se entrega con un trato amoroso? ¿El que recibió formación docente? ¿O también es maestro o maestra un padre, una madre, un libro o un autor? ¿Es un oficio, una profesión o una vocación? ¿Es un concepto unívoco o el mundo es un enorme magisterio, como dice la escritora cordobesa María Teresa Andruetto?

Algunas de estas respuestas aparecen en el libro Voces Maestras, de editorial Comunicarte, de la autora Susana Asselle, destacada educadora, licenciada en Filosofía y Trabajo Social. En un libro delicioso, con tintes intimistas y emotivos, Asselle entrevista a 12 maestros y maestras de reconocida trayectoria, titulados o no, todos de entre 60 y 90 años, con el deseo de desentrañar los sentidos en torno a la palabra “maestro”.

Así, Andruetto, Lucía Garay, Silvana Sandri de Méndez, Lucía Robledo, Raquel Rodríguez, Elena Fugante, Mónica Zidarich, Nancy Tortone, Analía Mayorga, Alicia Carranza, Virginia Bettini y Giovanni Quiroga reflexionan sobre el tema desde la singularidad de su experiencia personal enlazada a la historia colectiva, social, política y cultural, donde se advierte desde un primer momento que la educación trasciende la adquisición de habilidades. Los testimonios hablan de distintas expresiones artísticas, de lo que cada uno hizo con su historia de formación.

“No podría hablar de un profesor que haya sido el gran maestro, ni alguien en la vida que haya sido mi gran único maestro, sino una sucesión de maestros. Es como haber encontrado maestros circunstanciales diría, en distintos momentos de la vida. De modo que en esa actitud mía de tan fuerte deseo de aprender, he ido transitando la vida como un gran magisterio”, refiere Andruetto.

Asselle considera que maestro es quien deja huellas. Y la antropóloga francesa Michele Petit, en la contratapa del libro, remarca que las expresiones recogidas en la publicación enlazan al maestro con “un vínculo humano que marca y da un empujón para avanzar hacia una vida mejor”.

Función. Para Lucía Garay, ser maestro es saber mediar entre el sujeto y el saber. (La Voz)

“A veces no se designa una figura maestra, sino una situación, un escenario, lecturas, autores, libros, experiencias en los que se destacan gestos maestros. La potencialidad de las puestas en escena para configurar experiencias de formación”, se explaya Petit.

Virginia Bettini, psicopedagoga y artista visual sostiene que si un maestro no emociona, nada pasa. “Lo intelectual no va desligado de lo emotivo”, piensa. Un maestro, cree, deja una huella permanente, una inscripción. “A medida que pasa el tiempo uno va teniendo distintos maestros (...) Me parece que uno ha tenido maestros de la vida, por ejemplo, y ellos ni lo saben”, remarca.

No se trata de un maestro académico, explica. “Me parece que un verdadero maestro no tendría que tener la intención de ser maestro, porque tener la intención es creer que lo que yo tengo te va a interesar. Y puede que no sea así”, detalla.

Pensar y hacer

Alicia Carranza, licenciada en Pedagogía y en Psicopedagogía, cuenta que la escuela José Martí, de barrio Juniors, donde fue maestra de primer grado le dejó una gran marca.

Dia del profesor - Figure 2
Foto La Voz del Interior

La institución era pequeña y funcionaba en una casa de familia cuando Alicia comenzó. “Daba clases en el garaje y era tan pequeño, que cuando los chicos me querían mostrar el cuaderno tenían que subirse a la mesa porque no había cómo pasar”, dice.

Carranza recuerda en especial a la directora de aquel entonces, Alberta Sarrat Saumell, que lejos de ser una burócrata, creía en sus estudiantes y estaba cerca de ellos. “Hay una famosa anécdota de Alberta que sin saber nadar llevaba a los alumnos al río Primero a un lugar donde todavía se podía nadar, allá por Argüello. Ponía los chicos en una orilla y ella se ponía en la otra, los chicos se largaban y ella los recogía”, relata.

Susana Asselle recuperó en su libro "Voces maestras" historias y saberes de maestros. (Pedro Castillo / La Voz)

A Analía Mayorga, licenciada en Psicopedagogía, la palabra maestro le resuena como alguien que ayuda a pensar cosas nuevas, que desestructura al otro.

“Para mí un maestro tiene que saber dar y negar, no tiene que ser un dador universal o un positivo. Un maestro tiene que estar muy atento y saber dar y saber quitar para que el otro piense, patalee, genere autonomía, genere anticuerpos”, piensa. Analía está convencida de que el lugar de maestro lo da el otro; un maestro no se puede auto investir.

Dar y recibir

“La maestra no debe ser soberbia”, asegura Nanzi Tortone, profesora de piano, danzas folklóricas y traductora de inglés. Y dice que los alumnos obligan a los maestros a estudiar porque el enseñar está totalmente ligado al aprender.

“Muchas cosas aprendo de mis alumnos. La vida es una simetría (...) Yo nunca puedo estar por sobre mis alumnos. Doy y me dan; yo recibo y te doy con la oreja y los ojos abiertos, que esa es la mejor universidad”, opina.

Elena Fugante, maestra y profesora de Filosofía, dice que para enseñar no sólo hay que llenarse de conocimientos, sino también estudiar qué tipo de población escolar se tiene para transmitir mejor.

“Uno se pregunta ¿cómo puedo entrar a ellos?, ¿cómo hago para que a esto que estoy transmitiendo, lo puedan captar? Si no tengo en cuenta todo eso, es muy difícil enseñar”, piensa. “Hubo momentos en que me encontré con la dificultad de no saber qué y cómo enseñar”, admite la docente.

Cuando se le pregunta cómo transmitir ciertos valores que contribuyan con el desarrollo de la personalidad de sus alumnos, sostiene: “Se trata de poder mostrar que algo se puede realizar de una forma o de otra; orientar al alumno en el respeto a los demás, la solidaridad. Son cosas que surgen en el transcurso de la tarea, por ejemplo, al decirles “ayudá al compañero en esta tarea”, estás transmitiendo algo. No se trata de la clase de solidaridad, ni la del mejor amigo, ni la del mejor alumno. Se trata simplemente de una manera de vivir el ser solidario y el conocimiento”.

¿Maestro o docente?

Lucía Garay, licenciada en Pedagogía y Psicopedagogía, cree que “ser docente es un trabajo y ser maestro es una función”. Antiguamente, explica, se llamaba maestro a todo el mundo. Mientras que el concepto de docente aparece a mediados del siglo XX, ligado a la idea de trabajo.

Dia del profesor - Figure 3
Foto La Voz del Interior

En esta línea argumental dice que ser maestro como función está unido a la idea de lo pedagógico, mientras que el ser docente no necesariamente lo está. “Alguien puede ser docente y no necesariamente ser un maestro y esto también tiene que ver con la masificación de la carrera, del trabajo docente, habida cuenta de que el trabajo docente es el sector más numerario en la Argentina y en el mundo entero”, remarca.

En el momento en que el trabajo docente se hace masivo y al definirse como trabajo –subraya– queda tocado por las lógicas sociales del empleo y la economía. “Produce un distanciamiento; esa escisión entre el ser maestro y ser docente, que en términos objetivos –u objetivables– está relacionado con que también las prácticas de enseñanza se hacen masivas, en instituciones de gran escala, instituciones muy grandes. Por lo tanto, ser maestro como función, no es tan sencillo de visualizar”, apunta.

Cuando Garay afirma que alguien puede ser docente y no maestro se refiere a que el ser maestro está muy ligado a la presencia del otro. “Ser maestro tiene que ver con la función de enseñante y la función pedagógica. Pero esa función pedagógica está en el reconocimiento de la existencia del otro”, plantea. Es decir que no cualquiera es un maestro. “Para ser un maestro de otro, el otro tiene que autorizarlo a uno a ser su enseñante”, sostiene.

En este sentido, subraya, el maestro puede estar en la escuela, en el barrio o en cualquier lugar, hasta en un viaje. En realidad, opina Lucía, el gran desafío de ser maestro, tiene que ver con la relación con el saber, con lograr que el otro se relacione con el saber. “Ser maestro es ser un mediador significativo entre el sujeto y el saber”, remarca Garay, para quien sus maestros han sido los autores.

La monja que transformó la sacristía en fuente de saber

El actor, director, escenógrafo y docente teatral Giovanni Quiroga (Héctor Julián Quiroga) dice que su referente principal como maestra fue la hermana María Luisa D’ Piero, una monja del colegio al que asistía y que tenía “su aula aparte”, la sacristía: un universo que compartía con muchos niños.

Quiroga recuerda las enseñanzas de la hermana María Luisa D’Piero. (Pedro Castillo / La Voz)

“Todo en ese lugar era motivo de enseñanza, era motivo de aprender y de reflexionar (...) En ese lugar por ejemplo había un camposanto, un huerto donde se ponían flores y una especie de galpón lleno de armarios, cada armario era una caja de sorpresas”, recuerda.

Un día, cuenta en Voces Maestras, había un pajarito debajo del armario y otro día un gato negro que se había filtrado y otro, estaba todo preparado como para dibujar jarrones; masa para preparar las hostias, semillas para clasificar o yeso para hacer angelitos.

La idea fuerte, recuerda Quiroga, era que siempre había trabajo por hacer. “Llegué a descubrir estrategias de cómo ella te escuchaba porque te escuchaba como si vos le estuvieras enseñando o contando una novedad”, asegura, y recuerda:

“Ella te decía:

–Mirá cómo va girando el sol.

–Hermana, el sol no gira, somos nosotros.

–No, ¡no te puedo creer! No debe ser así, el sol sale por allá y se va por allá. Yo veo eso todos los días.

–Sin embargo somos nosotros los que nos movemos.

–No, no te puedo creer”.

“En ese momento, yo ya iba al secundario y, cuando me hacía este planteo, yo dudaba: ‘bueno, puede ser que la Hermana todavía no sepa…’”, cuenta Quiroga a Asselle.

Y sigue: “Todo era importante: limpiar, acomodar, ordenar. En la misma categoría estaba divertirse, sembrar, regar, esperar. A veces estaba todo preparado y otras no. Era como una maestra de catequesis donde no avanzábamos en contenidos. Yo todavía no sabía ni leer ni escribir, pero desde ahí nunca más dejé de visitarla y de buscarla para todo”.

Quiroga, que integra el grupo Los Delincuentes del teatro independiente La Cochera y el elenco oficial de La Comedia Cordobesa. cree que aquella monja le hizo ver que un maestro te recibe como diciendo: “Acá te espera un regalo”.

Testimonios en “Voces maestras”

Raquel Rodríguez: “Con les niñes, salíamos de la escuela a visitar la casa de los vecinos con una consigna tomada de la canción que canta la Negra Sosa “¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Y les niñes explicaban a los vecinos, que a eso iban, a ofrecer el corazón y ofrecer el corazón era ayudar, era escuchar, que es parte fundamental de leer, por eso “leer es poder”.

Lucía Robledo: “Les leía cuentos y poemas casi a diario y a los que podía movilizar en silla de ruedas, los llevaba a la plaza que está al frente del hospital. Una vez, con cierto disgusto de la directora, los llevé un poco más lejos, hasta el zoológico. La maestra de música, improvisando con algunos instrumentos, formó una orquesta que tocó en el saloncito de actos”.

María Teresa Andruetto: “(Tenía) ¡Una apetencia por todas las historias, el mundo como un enorme magisterio! Todo, la revista de crímenes Así, que me daba el carnicero, las fotonovelas que compraba la mamá de mi amiga Rosa, los prospectos médicos que me daba una vecina que ponía inyecciones. Yo leía todo eso sin ninguna categorización, como una pasión por las letras, las palabras, las historias.

Lucía Garay: “En realidad, para mí el gran desafío de ser maestro, tiene que ver con la relación con el saber, con lograr que el otro se relacione con el saber. Ser maestro es ser un mediador significativo entre el sujeto y el saber”.

Leer más
Noticias similares
Los noticias más populares esta semana