Día del Médico: las consultas más extrañas de los pacientes y cuál ...
La relación médico-paciente no es la misma que era. Hoy los profesionales de la salud reciben en sus consultas a personas que, muchas veces, ya consultaron en internet acerca de los síntomas que padecen. También están los que investigan sobre los resultados de los estudios que el especialista les había indicado y llegan al consultorio habiéndose “auto diagnosticado”.
El mayor acceso a la información es un hecho, y las personas hacen uso de este recurso en todas las esferas de su vida. Y si bien desde un punto puede verse como positivo el hecho de que las personas tomen las riendas de su salud y se preocupen por informarse acerca de lo que les sucede, muchas veces buscan gestionar su enfermedad y su tratamiento, y tienen dificultades para interpretar críticamente la información a la que acceden.
Tanto es así, que se suele decir que alguien consultó a “doctor Google” cuando busca información médica en línea y le otorga un valor de verdad tal, que muchas veces reemplaza la consulta con el profesional. En el Día del Médico, Infobae analizó el fenómeno con especialistas.
“Internet se convirtió gradualmente en una parte de la vida humana. A raíz de esto, los pacientes optan por obtener información de salud en línea, y así satisfacer sus propias necesidades”. Así comenzó a analizar consultado por este medio, el médico clínico Ramiro Heredia (MN 117.882), del departamento de Medicina Interna del Hospital de Clínicas José de San Martín de la Ciudad de Buenos Aires. Para él, “los servicios de información sanitaria online se han vuelto cada vez más atractivos, y activos. La calidad de esta información es desigual, y tiene un impacto importante en los pacientes; sin embargo, se calcula que sólo el 10 % de las búsquedas en salud caen en sitios serios”.
Marianela Aguirre Ackermann es médica especialista en Medicina Interna y Nutrición (MN 151.867), y coordinadora del Grupo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), y tras reflexionar acerca de que “hoy en día la relación médico-paciente es transversal y eso es muy bueno porque el protagonista, y el que va a llevar adelante el tratamiento es el paciente”, destacó que “ya no se trata de una relación ‘paternalista’ donde el médico da las órdenes y el paciente debe obedecerlas; hoy el paciente decide sobre sí mismo, y también sobre su enfermedad”.
En este punto, la especialista observó: “Mucha gente opina en redes sociales acerca de la salud, hay una ‘infoxicación’ (intoxicación de información) donde cualquier persona sin ser médico ni especialista opina y habla de salud. Cualquiera puede opinar, por supuesto. Pero, los pacientes no tienen herramientas para identificar cuáles son fuentes confiables de información, y diferenciarla de opiniones que cualquiera puede verter, pero que no constituyen una información suficiente para tomar decisiones y acciones”.
Para el médico cardiólogo y jefe de la Unidad Coronaria e Internación del ICBA Instituto Cardiovascular Juan Pablo Costabel (MN 119.403), “definitivamente la gente está mucho más informada que antes, porque el acceso a la información es mucho más sencillo”, y desde su mirada “eso es un aspecto muy positivo”.
“Hay algunas personas en particular que son aprensivas, en quienes ese cúmulo de información puede funcionar negativamente e incluso generarle síntomas y miedos, pero lo que yo hago, entendiendo que esto existe, es utilizarlo positivamente ya que de ese modo es más fácil explicarle al paciente lo que le sucede, o bien preguntarle cuáles son sus dudas y hasta directamente recomendar sitios donde pueda leer información confiable”, agregó el experto.
En ese sentido, el cardiólogo también les explica a sus pacientes que “en algunas patologías, si googlean, lo más frecuente que van a encontrar va a ser probablemente los casos más graves y con peor pronóstico, porque en general es lo que genera más este movimiento en la red”.
Con sus colegas coincidió el médico obstetra Ignacio Pérez Tomasone (MN 114408), quien, del mismo modo, observa que “hoy las pacientes vienen a la consulta con más información, en el sentido de haber leído sobre embarazo en foros, en grupos, más allá de Internet en sí; cuentan con más información, concurren más informadas y se interesan por obtener esa información mucho más que años atrás”.
“Es el ámbito de la consulta médica en el que luego de evaluar al paciente integralmente y evaluar opciones se deben tomar decisiones, dar indicaciones, prescribir acciones -comenzó a analizar Aguirre Ackermann en este punto-. Es en la consulta del paciente con su médico, en un vínculo de confianza en el profesional, por su expertise en el tema, por su trayectoria, en el que se van a tomar las decisiones basadas a la vez en la mejor evidencia disponible y adaptadas a la persona que consulta”.
Es así que, para ella, “el médico se transforma en un guía para que el paciente pueda decidir con información válida”.
En la mirada de Costabel, “lo que estos cambios en el rol del paciente acarrea es que los médicos los hacen parte de las decisiones, no porque se le transfiera al paciente la responsabilidad de decidir qué es lo mejor, sino porque se tienen muy en cuenta sus preferencias a la hora de tomar las decisiones”.
A veces, explicó el experto, hay una decisión que definitivamente se puede tomar y otras que no y entonces ahí no hay mucha discusión. “Pero en otros casos, basándonos en datos estadísticos, que tienen que ver con chances de complicación de uno u otro tipo, clasificamos la gravedad de las complicaciones desde el punto de vista médico pero a veces los pacientes clasifican la gravedad de las complicaciones de otra manera -ejemplificó al cardiólogo-. Por ejemplo, para los pacientes es mucho más grave muchas veces que la complicación sea un accidente cerebrovascular que la complicación sea una arritmia o la complicación sea una internación o la complicación tenga que ser una transfusión. Entonces muchas veces dejamos de asumir cuál es la importancia de las complicaciones, se las mencionamos, y de acuerdo a cómo cada uno considere esos riesgos y beneficios se puede hacer una intervención u otra, y compartimos la decisión”.
“Es un concepto que en inglés se llama share decision, que es cada vez más frecuente y creo que es muy saludable que así sea”, consideró Cortabel, quien destacó que “así como hay cada vez más personas que se involucran en su salud y quieren estar informadas, hay pacientes que todavía siguen queriendo ir al médico y que el médico tenga esa actitud paternalista, que toma decisiones y no le consulta ni explica nada, y hay también quienes no quieren saber nada e incluso muchas veces darles información puede hacerles mal, por eso hay que evaluar bien cada caso y actuar con cada persona de manera individualizada atendiendo qué es lo mejor en cada caso”.
Al respecto, Aguirre Ackermann sumó: “El rol del médico hoy también debería incluir comunicar, porque podemos adelantar información. Comunicar novedades médicas relevantes en nuestras disciplinas puede ayudar a las personas a tener información confiable previa a las consultas. Medios de comunicación, redes sociales, son canales en los que los médicos podemos aportar para brindar información de calidad, también teniendo como objetivo ayudar a desterrar prácticas no adecuadas y/o tratamientos mágicos”.
Para ella, “lo más importante para tomar decisiones sobre la salud de una persona no es sólo conocer los tratamientos actuales sino evaluar a la persona/paciente de manera adecuada, hacer un diagnóstico adecuado, valorar las opciones de tratamiento de manera personalizada teniendo en cuenta beneficios y riesgos de aplicar los tratamientos, y eso solamente puede hacerlo un profesional especializado, que sepa trabajar en equipo con otros profesionales de la salud, con la experiencia suficiente, y actualizado”.
“Hoy el paciente participa activamente en el tratamiento -señaló-. La consulta médica es una reunión entre dos expertos, uno es experto en la ‘ciencia’ y el otro es experto ‘en sí mismo’. Los médicos debemos escuchar, brindar información de calidad, valorar lo que el paciente está dispuesto a hacer y acordar con él su tratamiento. Eso generará mayor aceptación, mayor adherencia, y mejores resultados”.
Antes de seguir, Heredia agregó que “algunas personas buscan en internet antes de ir al médico, para aclarar dudas, aunque en realidad suman en la mayoría de los casos, y otras lo hacen después, para contrastar con la búsqueda lo que les dijo el profesional en la consulta, y en algunos casos, las respuestas halladas en la web llevan a la automedicación, sin llegar a una consulta médica”.
En ese sentido, destacó un estudio realizado por investigadores chinos, quienes examinaron el impacto de la búsqueda online de información sobre la salud, en la relación médico-paciente en ese país. “Los resultados mostraron que el hecho de buscar información médica online, tiene un impacto en la psicología de los pacientes, en el comportamiento y en la evaluación de los médicos. En la mayoría de los estudios analizados en esta revisión se concluyó que la búsqueda de información médica online por parte de los pacientes, podría ayudar en la relación médico paciente”.
Por eso, para él, los médicos siempre tienen que recomendar a los pacientes que si van a hacer una búsqueda, “busquen información dirigida a pacientes, y de sitios reconocidos, como sociedades científicas, ministerios, y Organización Mundial de la Salud, por citar algunos ejemplos”.
Sobre las consultas más extrañas o frecuentes que recibe, destacó que “en el consultorio de clínica médica, al abarcar muchos aspectos de la salud física y mental, la variedad de consultas parece no tener límites”.
“Es difícil identificar alguna consulta en particular, ya que hasta la más difícil, o que pudiera sonar extraordinaria o poco común nos lleva a tratar investigar y a ahondar en una respuesta científica al problema, muchas veces apoyados, no sólo en la bibliografía (y en la web), sino también en el conocimiento de otros colegas”, reconoció.
Según Pérez Tomasone, “el gran grupo mayoritario de preguntas siempre va en cuanto a la alimentación, qué pueden comer y qué no las mujeres embarazadas, acerca de qué actividad física pueden hacer, si pueden hacer ejercicio de fuerza, qué pueden o no pueden hacerse en la peluquería, tratamientos estéticos, etc.”.
Asimismo, apuntó que “para muchas preguntas que surgen hoy no se tiene demasiada respuesta ya que tienen que ver con el consumo de suplementos de colágeno o suplementos nutricionales, que años atrás no existían y todavía no se tiene demasiada evidencia científica sobre si se pueden utilizar o no y en ese sentido todavía no se los puede recomendar”.
“Ahora que se acerca el verano muchas dudas tienen que ver con la exposición al sol, y la respuesta es siempre que el sol al embarazo o al bebé no le afecta en nada, sino que la piel de la mujer está más sensible por lo que sí o sí exponerse con protector solar”, descató.
Por su parte, la nutricionista observó que “muchos pacientes cuando inician un tratamiento tienen preconceptos basados en la información que ven en redes sociales (tik tok, Instagram, youtube) y eso dificulta en ocasiones indicar los tratamientos apropiados”.
“En el área de la obesidad, mucha gente dice ‘lo que hay que hacer’ para bajar de peso por el sólo hecho de haber bajado de peso -destacó-. Y estos ‘tratamientos’, más allá de lo que pase con el peso, muchas veces obsesionan a las personas con la balanza o con la comida, y pueden ocasionar o perpetuar trastornos en la salud. A veces esos mensajes inducen a la desconfianza hacia los tratamientos médicos, como si el interés que nos moviera a los médicos no fuera justamente aliviar, curar, acompañar, el motivo por el que elegimos esta profesión”.
Y tras asegurar que “es muy común también que en la consulta pidan hacer el tratamiento que algún influencer o famoso hizo”, Aguirre Ackermann sostuvo que “si bien por supuesto que la opinión del paciente es valiosa y siempre se la tiene en cuenta, los especialistas tienen información sobre las indicaciones, contraindicaciones, efectos positivos y negativos de cada tratamiento y todo eso debe tenerse en cuenta cuando se evalúa qué opciones son adecuadas para cada persona”.