Día de los Inocentes, una festividad marcada por la matanza de ...
En la actualidad, el Día de los Inocentes es sinónimo de risas y bromas. En plena efervescencia de las festividades de fin de año, esta jornada se teje entre la Navidad y el Año Nuevo. Sin embargo, más allá del espíritu lúdico de esta fecha conmemorativa, es pertinente mencionar que el Día de los Santos Inocentes tiene un trasfondo bíblico.
En los textos sagrados del Nuevo Testamento, un pasaje sombrío se despliega en las páginas del Evangelio de San Mateo y se erige como origen del Día de los Inocentes. Al leer el texto, uno puede conocer sobre el mandato despiadado de Herodes el Grande de exterminar a todos los infantes menores de dos años en Belén, un acto dictado por el pánico ante la posible usurpación de su trono por el recién nacido Jesús, señalado por las profecías como el heredero al título de rey de Israel.
Te puede interesar: Día de los Inocentes: en qué consiste la tragedia santa y por qué se celebra cada 28 de diciembre
La narración bíblica retrata a unos Magos de Oriente que, guiados por una estrella, buscan al mesías para adorarlo. Herodes, con la astucia de un depredador, intentó valerse de los magos para hallar al niño Jesús; sin embargo, ellos, alertados en sueños sobre la malicia del rey, eligen un camino de silencio y prudencia.
Con el transcurrir del tiempo, este episodio, que antiguamente convocaba duelos, ha mutado a manifestarse en una jornada teñida de humor y picardía. El actual Día de los Inocentes parece distanciarse de su matriz luctuosa, convirtiéndose en una fecha sinónimo de jovialidad y engaños amistosos. Ahora se presta tanto para la rememoración como para el regocijo, contrastando la solemnidad de su origen con la ligereza de su práctica moderna, un tejido de historia y transformación que continúa sorprendiendo y convocando a la reflexión.
Envuelto en el misterio de las escrituras, el episodio bíblico conocido como la ‘Matanza de los Inocentes’ permanece como uno de los relatos más controvertidos y oscuros. Herodes el Grande, embargado por el miedo a ser destronado, ordena la ejecución de todos los niños menores de dos años en Belén.
Estas estimaciones gigantescas contrastan con las valoraciones de historiadores actuales, quienes, atendiendo al tamaño modesto del Belén de aquel entonces, reducen el número a apenas unas pocas vidas, quizá entre seis y veinte. Esta considerable diferencia pone en evidencia no solo la evolución de las interpretaciones históricas sino también las limitaciones de los métodos antiguos para consignar sucesos.
Te puede interesar: Día de los inocentes: estas son las bromas más virales en redes sociales
Según el relato sagrado, en un acto providencial, un ángel alerta a José en sueños, lo que permite la fuga de su familia hacia Egipto, sorteando la orden despiadada de Herodes. Esta fuga es celebrada en la fe cristiana como una intervención divina que preservó la vida del niño Jesús que cambiaría la historia.
A lo largo de los siglos, la comunidad cristiana ha elevado a los pequeños mártires de Belén al rango de ‘Santos Inocentes’, integrándolos en el calendario litúrgico como símbolos de inocencia y sufrimiento inmerecido. A pesar de que la veracidad histórica del evento es tema de discusión, su impacto en la memoria colectiva es incuestionable.
El Día de los Inocentes y sus jocosas tradiciones tienen un origen que sorprende por su contraste. Pese a recordar una tragedia bíblica, el paso del tiempo ha transformado este día en una jornada de risas y travesuras.
Te puede interesar: ¿Cuándo se celebra el Día de los Inocentes 2023 en Perú? Conoce el aterrador origen de su conmemoración
Según Gustavo Ludeña, destacado investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, es un enigma cómo se pasó de la solemnidad al humor en esta fecha. Esta curiosa transición se abordó en una entrevista otorgada a National Geographic, en la cual Ludeña señala la falta de claridad sobre este cambio de perspectiva respecto al Día de los Inocentes.
Hoy, las risas se entrelazan con la memoria histórica y religiosa cada 28 de diciembre. La festividad tiene raíces que se hunden en la narrativa cristiana, en un acto de astucia para proteger al infante Jesús, y en estrategias desesperadas de familias evitando una cruel sentencia.
La tradición del Día de los Inocentes se entrelaza también con el eco festivo de ancestrales celebraciones paganas como la ‘Fiesta de los Locos’, que durante la Edad Media hacía vibrar Francia con una explosión de danzas, cánticos y disfraces que subvertían el orden establecido. Según un artículo de Britannica, esta conmemoración tenía lugar en torno al 1 de enero, y consistía en designar un falso obispo o papa, momento en el cual se invertían los roles sociales y se parodiaban los rituales eclesiásticos, en un desbordante y jocoso caos ceremonial.
Estos acontecimientos se perfilan como una versión reinterpretada por el cristianismo de las saturnales romanas, una fusión que da cuenta de la adaptabilidad y sincretismo religioso.