"Cucurella come paella, bebe Estrella..."

Marc Cucurella nunca se cortará sus melenas. Le haría una faena a los aficionados del Chelsea que al poco de ver subir por el lateral al catalán le cantaron su canción: “Cucurella, cucurella, he eats paella, he drinks Estrella...” (come paella, bebe Estrella (cerveza). Y continúa con “su pelo es jodidamente enorme...”. El Chelsea pagó 65 millones de euros por el socio de Nico Williams en la selección española, por el futbolista que facilitó que el pequeño de los Williams firmara un partido de mega-crack, de esos que dejan tu cláusula de rescisión de 56 millones de euros en calderilla porque todo lo hace distinto.

El lema del jugador del Chelsea es “la intensidad es innegociable”

Pero volvamos a Cucu. Tiene un lema el lateral: “la intensidad es innegociable”. Y esa máxima que acompaña al futbolista cada segundo de su vida lo firma el seleccionador Luis de la Fuente y lo refuerza escogiendo para su selección a jugadores que no sólo impresionan por su calidad y que son capaces de enamorar con un fútbol entretenido, de control, pleno de detalles, además son futbolistas que se dejan la vida, que se sacrifican, que corren, que presionan, que sufren, que luchan, que emocionan.

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Cucurella nació en El Masnou, como Ricky Rubio. Estudió en el Bergantí, el cole que está justo al lado del pabellón donde empezó Ricky a deslumbrar y con 6 años se fue con su familia a vivir en el pueblo de al lado, Alella. A Cucurella le encantaba jugar a futbol sala. Es muy conocido el torneo de verano de Teià, en La Palma, ahora recuperado, y de la calle lo fichó el Espanyol donde coincidió con Dani Olmo y donde siempre ganaba al Barça. Pero el abuelo, muy culé, se alegró cuando firmó con el equipo azulgrana y estaba feliz porque rápidamente se hizo íntimo de Carles Aleñà, con el que compartía taxi de El Maresme a la Ciutat Esportiva. El ídolo de Cucurella es Ronaldinho, por la alegría que contagia el brasileño cuando juega a fútbol. Ronnie está ahora mismo en Castelldefels, vió el partido de España con sus amigos, y aplaudió a Cucurella. Porque todos quieren tener en su equipo a un futbolista de la intensidad de Cucu.

Ver a Nico y a Lamine Yamal entrar relajados al campo transmite felicidad absoluta

La España de la alegría y el buen fútbol ya está en octavos de final como primera de un grupo que daba miedo. Ahora son ellos, los risueños Nico Williams y Lamine Yamal, los que dan miedo. Porque ver a estos dos entrando en el terreno de juego segundos antes del partido, riendo, relajados, confiados, transmite una felicidad difícil de igualar.

Cucurella no necesita ser el MVP del partido, él está feliz si cuando acaba el partido ha cumplido con su máxima de ponerle intensidad a su fútbol. Muy feliz si su partner en la banda es escogido el mejor de España.