El giro de Cristina Pérez: De la "ética profesional" por apartarse, a la ...

16 de diciembre de 2024 · 09:11 hs.

Cristina Pérez, de extenso recorrido en los medios, vuelve a la televisión en 2025, pero esta vez como parte del staff de LN+, una señal que muestra permanente afinidad con el gobierno de Javier Milei y con sectores ligados al macrismo.

En ese entonces, Pérez justificó su salida del noticiero que conducía con Rodolfo Barili, señalando que “no sería ético seguir al frente teniendo a mi pareja en un cargo tan alto dentro del gobierno”.

Sin embargo, ahora parece haber olvidado esa premisa. En su anuncio durante el programa "Comunidad de negocios", conducido por José Del Río y en el que también participó Luis Majul, aseguró: “Estoy muy feliz. Esta es una oportunidad de seguir construyendo periodismo en LN+, que es la televisión de la gran casa de La Nación, una casa histórica de periodismo”.

La periodista dejó claro que no ve conflicto alguno en su nuevo rol dentro de una señal que es considerada por propios y extraños una “trinchera” política del oficialismo, y sus aliados del PRO.

Hace más de un año, Pérez fue elogiada por su “integridad profesional” al dar un paso al costado de Telefé, un canal de aire con una audiencia masiva y diversa. Pero, su incorporación a LN+ muestra que esa decisión basada en "principios éticos" quedó relegada.

En el programa de Del Río y Majul, Pérez defendió la importancia del rol del periodismo: “Si los periodistas no fuéramos tan importantes, el Presidente no se pelearía tanto con nosotros”. Aunque el mensaje parece noble y corporativo, se contradice con la orientación claramente partidaria del canal al que ahora se suma, del que la única periodista criticada por Milei es María Laura Santillán.

LN+ no es conocido por ser un espacio de análisis objetivo, sino más bien por alinear su narrativa con el discurso del gobierno libertario de Milei y, en algunos casos, con figuras del macrismo.

Pérez, al integrarse a esta estructura, legitima la parcialidad del canal. En otra parte de la entrevista, comentó: “Nos toca hacer de perros guardianes. Hay que tener honestidad intelectual, elogiar lo que haya que elogiar y ser implacables con la crítica”. Nadie le cree.

Porque su rol en una señal alineada con el oficialismo dificulta ser permeable a esa declamada implacabilidad crítica, especialmente hacia el gobierno en el que su marido ocupa un ministerio, y de lo que "fingiendo demencia" ya nadie habla.

El contexto no es menor: 2025 será un año clave para el gobierno de Javier Milei, con elecciones legislativas que pondrán en juego su capacidad para sostener su agenda en el Congreso.

LN+, como "brazo armado" mediático, desempeñará un papel crucial en resplandor de esta estrategia. En este escenario, la figura de Pérez cobra relevancia, no solo por su trayectoria, sino por su habilidad para conectar con una audiencia consolidada en la derecha política.

Pérez, en una postura marcadamente oficialista, afirmó durante su entrevista: “La gente desliza la palabra ‘estabilidad’. Hay un consenso en no volver al pasado. El modelo que terminó empobreciendo a la mitad de la población es un modelo agotado”.

Esta declaración, lejos de un análisis crítico, se alinea con los ejes discursivos del gobierno libertario.

Además, la periodista celebró las políticas del oficialismo en términos económicos y educativos, mencionando: “La Argentina tiene cuatro pilares que pueden ser un gran viento para adelante: la soja, la energía, la minería y lo tecnológico. Somos el país de la región con mejor inglés, y hay chicos que se pueden incluir en el desarrollo tecnológico”.

La frase refleja una visión optimista, pero omite cualquier tipo de crítica o análisis sobre los desafíos estructurales que enfrenta el país.

La incorporación de Cristina Pérez a LN+ no es solo un hecho profesional, sino también político. La periodista que alguna vez sostuvo que “la televisión es poder mirarnos a los ojos y establecer una relación de confianza” ahora se convierte en una pieza de un engranaje mediático que funciona como portavoz del gobierno.

La tensión entre su antiguo discurso de independencia y su nuevo rol partidario no pasa desapercibida, y evidencia un cambio que, más que profesional, es ideológico.

En otro tramo de la entrevista, Pérez reflexionó sobre las elecciones de medio término: “El Gobierno no puede permitirse el lujo de pasos en falso a lo largo de un año donde enfrentará una oposición complicada. Si es que les va bien, podrán tener una cancha más sólida en el Congreso”.

Aquí, más que una lectura periodística, su tono parece el de una militante alineada con los objetivos del oficialismo.

El regreso de Cristina Pérez a la televisión, esta vez desde LN+, marca un punto de inflexión en su carrera. Aquella periodista que renunció a seguir al aire en Telefé por motivos éticos ahora se abraza a un canal que opera como brazo comunicacional del gobierno.

Las palabras que ella misma utilizó en su momento para justificar su salida pierden peso frente a su accionar actual. Lo que queda claro es que, en este nuevo rol, Pérez no solo vuelve a la pantalla, sino que lo hace como una “Cristina militante”, tal como define su propia trayectoria reciente.