Copa Davis: Argentina zafó del precipicio y venció a Kazajistán para ...
04/02/2024 17:01hs. Actualizado al 04/02/2024 20:15hs.
Guillermo Coria se come las uñas. Se mueve para un lado y para el otro. Da una indicación. El capitán no puede contener el nerviosismo. Y en un momento se sienta, entrelaza las manos como en la iglesia, pero automáticamente las suelta. Las apoya en sus cuádriceps y mira hacia el cielo, como pidiendo un milagro.
Los gestos del Mago, ex N° 3 del mundo y que continuó en la silla con ciertos cuestionamientos, fueron los de cualquiera que se encontraba en el Jockey Club de Rosario, donde se esperaba una fiesta a todo trapo del equipo argentino de la Copa Davis. Sin embargo, hubo un invitado especial que quería arruinar el banquete: Kazajistán. Pero no lo logró, porque Argentina sacó fuerzas de donde no había, evitó caerse por la cornisa directo al precipicio (salvó dos match points en el quinto punto) y se impuso por 3-2 para volver, tras dos años, al Grupo Mundial.
Báez recibe la ovación de la gente. Foto: JUAN JOSE GARCIA
La Copa Davis es una competencia en la que día a día se pueden escribir páginas y páginas de una historia impensada. A veces, de hecho, ni siquiera el más ingenioso de los novelistas internacionales podría imaginarse algunas situaciones que ocurren en esta competencia que lleva 124 años de vida. Es que es una competencia que no tiene lógica y que causa más de un dolor de cabeza a los favoritos. Y nunca falta el David contra Goliat. En este caso, Argentina debió sufrir mucho. Realmente, demasiado. De hecho, recién pudo respirar cuando Sebastián Báez (28°) venció a Dmitry Popko (338°) por 6-4, 3-6 y 7-6 (6) en 2h40m.
En ese momento, toda la delegación saltó del banco, respiró profundo y largó todo el miedo que estaba conteniendo. Ellos sabían que no podían permitirse una derrota que los hubiese dejado afuera del Grupo Mundial. Pero Báez salvó dos match points, hizo equilibrio mientras caminaba por viga, se disfrazó de héroe y consiguió un ticket más que necesario. Argentina necesitaba el triunfo no solo para estar entre los 16 mejores y soñar otra vez con la Ensaladera de Plata, sino también para ampliar las arcas de la AAT y poder construir el futuro con muchos torneos para los que aún se están insertando.
Coria le agarra la cabeza a Báez. Sabe que zafaron de una difícil. Foto: JUAN JOSE GARCIA
A no confiarse únicamente con el triunfo
Pasado el festejo y la euforia, cuando la espuma por el triunfo baje, Argentina deberá tomar nota de lo sucedido para que no vuelva a pasar. Más allá del resultado final, estuvo a un punto de recibir una de las peores derrotas de la historia. No obstante, el destino le dio otra oportunidad para barajar y dar de nuevo. Habrá que ver si el sorteo conduce a grupo favorable para septiembre.
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