Política

11 Sep 2024

El peronismo con aliados de la izquierda, radicales y bloques minoritarios intentará hoy infligir una derrota política a Javier Milei que puede detonar la precaria estabilidad macroeconómica de los últimos nueve meses. Lo hará o pretenderá hacerlo en el Congreso aumentando el gasto público sin financiamiento en dos rubros: el previsional y el de la educación universitaria.

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Foto notiar.com.ar

La causa es noble; el objetivo político, no. Para debilitar el apoyo popular conseguido por Milei gracias a la brusca caída de la inflación, la oposición juega a exacerbarla otra vez. La razón del espectáculo que Unión por la Patria y sus aliados montarán hoy en el Diputados no es más compleja que eso. Los opositores quieren manejar la economía desde el Congreso para hacerla descarrilar, a lo que hay que añadir que la ofensiva para rechazar el veto de la reforma jubilatoria es sólo un anticipo: la batalla decisiva será por el presupuesto 2025 que Milei presentará el domingo. 

Según la Constitución, el poder administrador es el Ejecutivo, pero el peronismo juega a gobernar (o desgobernar) desde el Palacio de las Leyes, estrategia que de prosperar no tendrá como consecuencia una mejora de la situación económica o social, sino un caos que muy pronto se trasmitirá a las instituciones.

Esto último ya pasó en 2021, cuando el gobierno de Fernando de la Rúa fue derrumbado por una coalición entre Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín. La justificación fue entonces la salir de la convertibilidad. Hoy el asedio a Milei es promovido con la excusa de que el ajuste fiscal frenó en seco la inflación, pero ha provocado una caída de ingresos en sectores vulnerables.

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Foto notiar.com.ar

Duhalde había sido derrotado por De la Rúa en las urnas y su ingreso a la Casa Rosada por la ventana tuvo consecuencias trágicas: la salida de la convertibilidad se hizo de manera salvaje y hubo sectores que se beneficiaron (por ejemplo algunos medios que vieron sus deudas en dólares pesificadas) y un empobrecimiento generalizado del resto. Duhalde tomaba decisiones consultando a los legisladores, pero ese gobierno semiparlamentario duró poco. La misma violencia callejera que se había llevado a De la Rúa, se lo llevó a él.

Más de dos décadas después se llega a una encrucijada parecida. La situación desde luego no es igual por varias causas. Milei no es Duhalde, en la Casa Rosada hay un outsider de la política y el peronismo sufrió un evidente desprestigio después de dos décadas de ejercer el poder discrecionalmente con consecuencias devastadoras en términos económicos y sociales.

Pero la debilidad del presidente en el Congreso y el resentimiento opositor por haber sido doblegado por un personaje extravagante constituyen una mezcla. En las últimas horas Milei accedió a negociar con parte de la casta (macristas y radicales) para frenar la ofensiva en la Cámara baja. Si eso no da resultado y le rechazan el veto, deberá gobernar desde una peligrosa posición de debilidad.

Sergio Crivelli   X: @CrivelliSergio

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