Chacarita de Barcelona, el equipo de la Tercera catalana que nació ...
“Una enfermedad incurable”. Así definen su sentimiento “funebrero” Fernando Aquino y Alberto Millán, dos verdaderos militantes que crearon la peña “Carlos María García Cambón” de Barcelona, que reúne a los hinchas de Chacarita Juniors por toda España, y colaboran con el equipo homólogo del argentino que junto con Huracán participa en la Tercera categoría de la Federación Catalana –una especie de Octava División- en la que actualmente ocupa la tercera posición, peleando para ascender a la Segunda.
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Fernando, que vive en Barcelona desde hace 22 años, se define como “fanático hasta las muelas” al punto de que cada domingo deja todo, incluso de ver los partidos de Primera División de España, para concurrir a alentar a Chacarita en su estadio del populoso barrio del “Eixample Norte”. Vive en la ciudad de Mataró, a poco más de media hora de Barcelona, y al enterarse en 2001 que existía un equipo llamado Chacarita, no lo dudó: “Me volví loco y empecé a seguirlo, y llevo a mi mujer y mi hijas. Vamos con las banderas, con el termo y el mate. A veces voy todo vestido con nuestros colores y cantamos nuestras canciones alentando al equipo”, le cuenta a Infobae.
La historia de Chacarita de Barcelona comenzó entre 1973 y 1974, cuando un grupo de amigos catalanes y argentinos armaron un equipo para poder competir en la Federación Catalana y surgió el nombre de Chacarita por la admiración que había generado el conjunto “tricolor” en su paso por la tradicional Copa Joan Gamper dos años antes, en 1971, cuando fue invitado como campeón del Metropolitano 1969.
En ese cuadrangular organizado por el Fútbol Club Barcelona, Chacarita eliminó al Bayern Múnich de Sepp Maier, Paul Breitner, el “Kaiser” Franz Beckenbauer y el gran goleador Gerd Müller, -luego todos ellos campeones del mundo con la selección alemana en 1974-, por 2-0 con goles de Ángel Marcos y Antonio Fucceneco, éste último cuando ya los “funebreros” tenían un jugador de más por la expulsión de Rainer Zobel. La diferencia pudo ser mayor aún, porque el defensor Ángel Hugo Bargas (mundialista en 1974) erró un penal.
Al día siguiente, Chacarita jugó la final contra Barcelona, que le había ganado 4-3 por penales al Honved de Hungría luego de empatar el partido 1-1, y los locales ganaron 1-0 con un inexistente penal que convirtió Carles Rexach, ante la silbatina del público en el Camp Nou, que criticó que no le dieran un claro penal a los argentinos, producto de una clara falta a Carlos García Cambón.
En el notable partido ante el Bayern (luego tricampeón de Europa entre 1974 y 1976), Chacarita alineó a Daniel Carnevali: Raúl Forteis, Jorge Buzzo, Ángel Bargas y Franco Frassoldati; Luis Recúpero, Alberto Poncio, Juan Carlos Puntorero (Rodolfo Fucceneco); Ángel Marcos, Carlos García Cambón y Horacio Neumann (Pedro Patti) y su director técnico era Armando Mareque. Contra el Barcelona ingresaron también Portel, Sinatra y Baldi.
“Lo que pasó –continúa explicando Fernando- es que en el pequeño grupo de argentinos había hinchas de Boca y River y no se ponían de acuerdo, y entonces primó la idea de Chacarita. O sea que desde 1978 ya se llama oficialmente así de acuerdo a la fundación al registrarse en la Federación Catalana, por lo que el próximo 1 de mayo, cuando sea el aniversario de la fundación en Argentina, acá estaremos cumpliendo 45 años –en Argentina, 117- y tenemos ganas de organizar algún festejo, pero para eso tendremos que hablar con la gente del “Cinco Copas”.
Fernando Aquino y Alberto Millán cuentan que Chacarita de Barcelona “estuvo a punto de desaparecer” tras la salida de la anterior comisión directiva, pero fue entonces rescatado por un club que trabaja con divisiones inferiores llamado “Cinco Copas”, que también tiene la sede en el mismo barrio, el Eixample Derecho, cerca de la estación “Marina” del metro, de la Monumental y de la Sagrada Familia, una zona muy céntrica. “Ellos rescataron la sede social porque por suerte, Chacarita llevaba años compitiendo en la Tercera Catalana y es muy conocido en estas competencias”.
“El club –afirma Millán, que comparte los trabajos de repartidor de embutidos con el de entrenador de las divisiones inferiores al tener el carnet habilitante- siempre tiene que tener una coordinación deportiva. Nosotros conocemos más por el lado de la comisión y ellos tienen más la coordinación de los jugadores, quién interesa, quién no y son los que tomaron la conducción del plantel. Ellos tienen escuela de fútbol desde los cinco años hasta los diecisiete, y cuando los chicos terminan a esa edad, pueden pasar a Chacarita”.
Si bien no recuerda en qué año fue, Millán destaca que Chacarita pudo lograr el ascenso desde la Cuarta categoría de la Federación Catalana y sí tiene presente que el partido en el que lo consiguió se jugó en Hospitalet, localidad vecina a Barcelona, mientras coincide con Aquino en que la Tercera “es ideal”.
“Chaca se mueve entre la Segunda y la Cuarta porque necesitás un plantel largo, y mantener la ficha de cada uno de ellos no es barato –unos 140 euros, que lo pagan los mismos jugadores, y los que realmente no pueden, el club hace un esfuerzo” -recuerda Millán-. Otra cosa es que en Tercera dirige un árbitro, pero ya en Segunda ya hay que pagarles también a los dos jueces de línea, cuando en Tercera sólo aparecen en las finales. En Tercera, un árbitro te puede costar unos 140-150 euros de local, y a veces hay que pagarse el viaje, depende a dónde haya que ir. Mantener la categoría, cuesta”. Cuenta también que muchos de los recursos económicos “vienen en mayor parte del ayuntamiento (municipio)”, que a su vez les cede el lugar.
“A los partidos viene mucha gente de nuestro barrio –sigue Millán- y lo bonito de esto es que comienzan a conocer lo que es el Chacarita argentino porque Fernando va con banderas, con bombos, yo ya fui dos veces vestido de Chacarita con mucho orgullo y mucha alegría porque ver la “Tricolor” en Barcelona no es poco y para los que conocen esta enfermedad, saben que es incurable. De hecho yo me hago kilómetros y kilómetros para ver los partidos, y a las nuestras se nos juntan las familias de los jugadores”.
Cuenta que esta temporada tienen muchos chicos catalanes: “Pero solemos tener de todo: sudamericanos, africanos”, y en cuanto a la hinchada, contó: “Cada vez nos sorprendemos más. Fue apareciendo gente e hicimos un grupo de Facebook y hoy somos más de 3 mil personas. La peña García Cambón de Cataluña es de 2022 y tenemos seis miembros activos, aunque esperamos sumar más. Hay gente que vive en Vigo, en Sitges y nuestro sueño es hacerlo filial pero para cumplir con esos requerimientos hay que remar mucho e implica estar un poco más adentro de lo que es el club acá. Hacer un convenio. No está fácil, y nosotros mismos no hace tanto que nos conocemos”.
“En Argentina, la gente sabe del trabajo que estamos haciendo acá. Fernando trajo desde allá la segunda equipación Tricolor, con marcas emblemáticas del club. Nuestra intención es vincular a ambos Chacarita”, aclara Millán, entrenador de fútbol en Lleida y coordinador del equipo Cervera.
Millán cuenta que tienen preparado un par de valijas llenas de botines. “Aprovechamos cuando un amigo viaja para mandar cosas porque sabemos cómo es el fútbol argentino y colaboramos con nuestro club. Cosas que los chicos acá descartan y para nosotros son válidas. No es que nosotros queremos ayudar a Chacarita como club, sino a los pibes del club menores de 16 años. En el club saben que nosotros lo hacemos porque hay un contacto directo con los directivos, pero lo hacemos porque queremos, porque hay niños que pueden venir con zapatillas con un dedo afuera así que ayudamos con la utilería. Queremos hacer un acuerdo con la academia de arqueros de Lleida para que todos los de Chacarita usen guantes, que los tengan nuevos, que manden una remesa para allá y ese es nuestro trabajo, cómo ayudar desde Chacarita Barcelona. Lo que después haga la institución, eso es cosa de ellos. Ahora estamos apretando para que el tercer juego venga del club. Las camisetas de utilería que no se usan”.
Comenta también que cuentan con la colaboración de ex jugadores, con los que mantienen contacto, que integraron el equipo que logró el ascenso en 1999 como Fabio “Pelado” Pereyra (que fue compañero de Diego Maradona en seleccionados juveniles), el Gatito Leeb, Pagés o De Bonis y con ellos mandan camisetas al Polideportivo: “Estamos a 12 mil kilómetros y nuestra cabeza sigue pendiente de los pibes que lo necesitan”.
Millán destaca también que los actuales jugadores de Chacarita Barcelona algo conocen del Chacarita argentino: “Saben los resultados porque nosotros les inculcamos la pasión. Cada año hay muchos cambios de jugadores pero ahora se acaba de ir el máximo referente, porque se hacen grandes y les pesa venir al entrenamiento tres veces por semana y jugar los domingos. Además, si un pibe la rompe, enseguida vienen de la Segunda catalana y se lo llevan. Hay ojeadores hasta para niños de 7 años. En el club en el que estoy yo hay dos chicos de Pre Benjamines (8 años) que los quiere el Barcelona”.
Tanto Millán como Aquino suelen ir cada tanto a la Argentina y en especial al estadio de San Martín: “A ver a Chaca con nuestras familias, y a la tribuna, como debe ser”, y cuentan que en Barcelona sufren al equipo a la distancia. “Nos preocupa más que la Champions”, dice Millán, y Aquino comenta que ve los partidos por el canal “Mundo Chacarita”, por internet “pero llega mal porque el sonido viene adelantado y hay que sacarlo”, y que desconecta el teléfono durante los partidos “porque te spoilean los goles” debido al delay. “También seguimos a los programas partidarios, que ya nos entrevistaron y conocen nuestra peña”.
“Es una pena lo poco reconocidos que estamos por lo grandes que somos”, se lamenta Aquino, y Millán sentencia que Chacarita “es un gigante dormido, con uno de los mejores semilleros de la Argentina, de donde salieron jugadores como el arquero Agustín Rossi, o antes Luis Islas o Claudio Marangoni o Carlos Ischia”. “Cuando fue lo de la Copa Gamper, nosotros no habíamos nacido. Uno es de 1973 y el otro, de 1975. Nosotros agarramos la parte más complicada, lo peor, los años en el Ascenso. 30 años esperando volver y la parte buena del club la sabemos por lo que cuenta la gente de la radio, los diarios, el tablón”.
“El de Chacarita es el hincha con más paciencia de la Argentina - afirma Aquino-. Recién ahora se equipara la cantidad de años de participación en la “A” y en el ascenso. Volvimos de 1983 a 1985, y regresamos desde 1999 a 2003, y dos ascensos más: en 2009 y en 2017, pero no nos sirve subir y bajar. Con una masa social increíble, tenemos que crecer y terminar la cancha, aunque el municipio no nos apoye, porque siempre nos dio la espalda, a diferencia de otros clubes como Tigre, Defensa y Justicia o Quilmes. Hoy está volviendo la gente que se había alejado por la violencia. Las dos populares y las plateas están llenas. Es fácil decir que sos del Madrid, Barcelona, Boca o River. Pero hay que ser de Chacarita. No es para cualquiera. Nos caracteriza que el hincha de Chaca es sólo del Chaca, no tiene doble camiseta”.
Sobre camisetas, justamente, Aquino aclara que la actual de Chacarita Barcelona es amarilla y no la tradicional que usaban hasta el año pasado. “vino un sponsor, que compró una camiseta reversible que permite lavarla y conservarla para la próxima fecha y que utiliza este color, y viene muy bien este tipo de indumentaria para que los muchachos la cuiden en sus casas, aunque las camisetas tradicionales de Chacarita están siempre a su disposición”.
Tampoco se olvidan del rival de toda la vida, Atlanta, que también tiene un equipo en Barcelona. “Un día iba caminando por la zona del Raval, en el centro de Barcelona, y me encontré con un cartel que decía ‘Atlanta’. Me quedé duro. Era la sede. Nos hemos cruzado un montón de veces pero que les quede claro a los bohemios que los seguimos teniendo de hijos”, bromea Aquino, que trabaja en el mundo de las piezas de recambio para coches.
“Cuando en 2001, que hacía poco que había llegado a vivir a Barcelona, me enteré de que había un equipo que se llamaba Chacarita, me volví loco y me fui a verlo a la cancha. Veo que sale con una camiseta amarilla con ribetes negros y justo el rival era Atlanta, que salió a su vez con una camiseta roja y negra. Al rato se me acercó un hombre, que me dijo que era uno de los fundadores de Chacarita y nos pusimos a hablar y me explicaba que acá el fútbol no tiene nada que ver con lo que pasa en la Argentina, pero pasaron unos pocos minutos y se armó una batahola infernal entre los dos equipos y hubo que sacar corriendo a un jugador de Chaca porque el plantel de Atlanta se lo quería comer crudo. El partido se había picado mucho y se le soltó la correa a los dos equipos. Mi mujer me decía ‘vos sos el culpable’ (risas). Esa fue la primera imagen que tuve del Chacarita-Atlanta en Barcelona”, recuerda Aquino, que se lamentó junto a Millán por la muerte del humorista Carlos Balá “un hincha emblemático y ciudadano ilustre de Buenos Aires”.