La romántica boda de Barbara Palvin y Dylan Sprouse en Hungría

Barbara también consideró detalladamente cada aspecto de su vestuario nupcial, queriendo llevar algo atemporal y clásico para la ceremonia. La firma Vivienne Westwood le sirvió de punto de partida, y finalmente se decidió por un diseño sin tirantes hecho a medida por la casa de moda británica. La firma joyera Tiffany & Co. creó para la novia una gargantilla inspirada en los años 90 que combinaba a la perfección con el vestido.

El segundo vestido de novia de Barbara Palvin la hacía ver joven y divertida y con este modelo pudo bailar toda la noche. La modelo eligió un vestido corto con espalda entrecruzada de Philosophy di Lorenzo Serafini. ‘Fue la mejor elección’, dice Barbara. ‘El vestido me hizo sentir como una princesa moderna’.

‘También hay una tradición húngara en la que hay que llevar un vestido rojo después de medianoche: se llama ‘menyecske ruha’’, nos explica la novia. 'No había duda: tenía que llevar un diseñador húngaro para esta ocasión, así que elegí MERO. Barbara Palvin planificó todos sus looks pensando en los zapatos de tacón de Jimmy Choo, diseñados para combinar con los colores de sus 3 vestidos.

Por su parte, las damas de honor iban vestidas en tonos pastel. ‘Para mí era importante no elegir un color concreto, sino una paleta, para que cada una pudiera expresarse como quisiera dentro de la temática’, afirma Barbara. ‘Quería que todo el mundo se sintiera cómodo. Tuve a algunos miembros de mi familia en el cortejo, como las niñas de las flores, y los chicos iban muy guapos con sus trajes negros’.

‘Yo sólo quería un esmoquin muy tradicional. Y me aseguré de afeitarme', revela Dylan.

La pareja intercambió votos en la iglesia de Albertirsa donde los padres de Barbara Palvin se casaron hace 34 años. ‘Toda la gente a la que queremos y por la que nos preocupamos estaba allí’, dice Barbara. ‘Todos lloramos un poco’.

Al oficio religioso le siguió una ceremonia civil, que tuvo lugar en una pequeña isla dentro de una reserva en la propiedad de los padres de Barbara. ‘El tiempo era perfecto, con un poco de brisa fresca. Fue un momento precioso que nunca olvidaremos’, comenta la modelo.

‘¡Estábamos muy emocionados!’, añade Dylan. ‘Como ya habíamos terminado con la ceremonia en la iglesia estábamos un poco más tranquilos para la segunda parte. Antes de caminar hacia el altar estábamos nerviosos, pero en cuanto nos miramos empezamos a reírnos y eso calmó nuestros nervios. Por supuesto, los dos acabamos llorando’.

A los recién casados les costó relajarse en las primeras etapas. ‘Todavía teníamos por delante nuestro primer baile, y estábamos un poco estresados al respecto’, dice Dylan. ‘Pero cuando acabamos con eso nos limitamos a disfrutar de la estupenda comida y de la música en vivo. Nos tomamos unos shots de pálinka y también escuchamos música tradicional húngara mientras jugábamos charadas típicas; si quieres saber más, ¡tendrías que haber estado allí!’.

‘Me va a llevar algún tiempo acostumbrarme a que me llamen Sra. Sprouse’, bromea Barbara, ‘Dylan lleva tres años llamándome su mujer, así que no tendrá que adaptarse mucho. Nos hace ilusión volver a Los Ángeles con nuestras mascotas y descansar un poco, antes de empezar a planear la boda en Estados Unidos’.