Dos estadios llenos solo con “prensa acreditada”: la locura por ver a ...

15 Mar 2023
Argentina panama

Lo único que ha distraído a los argentinos esta semana de esperar una lluvia que entierre la ola de calor ha sido la selección campeona del mundo. El equipo liderado por Lionel Messi tiene programados dos amistosos para celebrar el título logrado el pasado diciembre en Qatar, y la venta de las entradas tiene al país en vilo. Argentina jugará contra Panamá el próximo 23 de marzo en Buenos Aires y el 28 en la ciudad de Santiago del Estero contra la selección de Curazao. La expectativa ya parece incontrolable: los argentinos han recurrido en masa a registrarse en una página desconocida para la venta en línea y, según el presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), 131.537 personas han intentado conseguir acreditaciones de prensa para ver el partido en Buenos Aires. Casi el doble de la capacidad del estadio de River Plate, donde el equipo enfrentará a Panamá.

La venta de entradas comenzará este jueves, y el precio anunciado es el doble del de la última vez que la selección jugó en Buenos Aires. Desde marzo de 2022, cuando Argentina se despidió de las eliminatorias contra Venezuela, el país ha registrado una inflación del 102,5%. Las entradas costarán entre 35 y 250 dólares al cambio oficial, pero los argentinos se han acostumbrado a agotar cualquier espectáculo a pesar de la crisis.

Messi y compañía no podrán instalarse en River Plate durante un par de semanas como la banda británica Coldplay, que tocó diez conciertos para medio millón de personas el pasado noviembre, por lo que la oportunidad única de ver a los campeones del mundo en la capital ha puesto a niños en vigilia frente a la computadora y a sus padres a hacer las cuentas. Los principales diarios y canales televisivos del país se han convertido estos días en tutoriales sobre cómo comprar las entradas: tener un usuario registrado en la página antes de comprar, evitar caer en la ansiedad de refrescar la página o esperar la hora puntual para ingresar...

Pero el verdadero dolor de cabeza será garantizar la seguridad de los jugadores. La imagen de la ciudad de Buenos Aires colapsada por millones de personas cuando la selección llegó al país con la Copa del Mundo el pasado 20 de diciembre debe atormemtar estas noches a las autoridades. Ese día, frustrado el intento de acercar a la selección en un autobús al centro de la ciudad, los jugadores terminaron sobrevolando la marea de gente en helicóptero. Ya había sido caótica su llegada a Buenos Aires la noche anterior: una multitud fue a recibirlos al predio de la AFA en Ezeiza, apenas a 10 minutos del aeropuerto de la ciudad, y colapsó la carretera.

Para el partido del próximo jueves será distinto: los jugadores llegarán en grupos separados desde sus distintos equipos, pero el problema será llegar desde la concentración de la AFA en Ezeiza, en la periferia suroeste de Buenos Aires, hasta el estadio de River Plate, en el noreste de la ciudad. Algunos medios locales especulan con la posibilidad de que los jugadores argentinos deban abandonar la concentración sin aviso y de madrugada o dormir esa noche en el mismo estadio. Nadie ha dicho nada todavía qué harán los jugadores de Panamá.

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