Adam Driver pilotea un original film familiar de ciencia ficción

17 Mar 2023
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17/03/2023

En “65” se reconocen muchas citas a la tradición de las películas clase B de viajes a planetas prehistóricos, sobre una trama moderna en la que no faltan ni dinosaurios ni escenas cósmicas. IVA: las nuevas percepciones y los mayores saldos a favor Beneficio de pago a cuenta para I. Brutos
viajero. Driver, lejos de los dramas conyugales y cerca de los saurios.

viajero. Driver, lejos de los dramas conyugales y cerca de los saurios.

Algo que reafirma “65” es que no todo tiempo pasado fue mejor, sobre todo en cuanto a que la era de los dinosaurios era un lugar imposible para la raza humana. Pero esta producción de Sam Raimi tiene guiños simpáticos al cine de ciencia ficción más clásico y naif de los tiempos de los variados “viajes a planetas prehistóricos” de la clase B y otras aventuras cósmicas del tipo de “Robinson Crusoe en Marte”, con una pizca de la mala suerte que tenían Tony y Douglas en la serie “El túnel del tiempo” de Irwin Allen, donde si no los llevaba al Titanic justo antes de chocar con el iceberg, los mandaba a las fauces de un tiranosaurio en la prehistoria.

Aquí hay varias vueltas de tuerca que convierten a “65” en una gran película de ciencia ficción moderna, y uno es el hecho de que el astronauta interpretado por Adam Driver, proveniente de algún planeta futuro habitado por seres humanos, no tiene conexión alguna con el planeta Tierra donde cayó su nave debido a que una lluvia de meteoritos alteró la ruta de su nave de pasajeros. El piloto futurista descubre que sólo hay otra sobreviviente, una adolescente humana pero de un planeta donde sólo se habla un idioma incomprensible, y no le anda el traductor, igual que muchos otros gadgets de la nave, aunque sí los suficientes para combatir a las alimañas locales y caminar los 12 kilómetros que los separan de la cápsula de rescate.

Los directores y guionistas, conocidos por “Un lugar en silencio”, Scott Beck y Brian Woods, se toman en serio tanto la odisea de estos dos únicos personajes –a ellos se agregan las grabaciones y hologramas de la distante hija del protagonista, que añade un factor humano- y juegan a lo que pasaría si un hombre muy evolucionado, con algunos recursos tecnológicos, tuviera que sobrevivir en la Tierra de 65 millones de años atrás a los que se refiere el titulo. Hay dinosaurios y unos velocirráptores horribles, además de pantanos con arenas movedizas –una gran escena digna de alguna vieja película de superacción- y, por si faltaba algo, la lluvia de meteoritos que provocó la extinción de los dinosaurios.

“65” es un gran film de ciencia ficción y aventuras con espíritu familiar, lo que no quita que haya escenas cruentas de todo tipo, especialmente algunas con insectos. Pero hay un lado dulce del film que funciona bien y es el de la relación que se establece entre estos dos náufragos cósmicos, que luchan por su vida aunque lo han perdido todo. Por eso esta es una película fantástica que mezcla cosas cercanas a lo imposible como preshistoria y futurismo pero con personajes humanos y situaciones emotivas que se integran con la acción, el suspenso y los monstruos. La calidad de las actuaciones de Adam Driver y su protegida, Ariana Greenblatt, igual que los efectos especiales y los diseños de las naves espaciales y el hostil ambiente prehistórico, completan sus méritos.

“65, al borde de la extinción” (“65”, EE.UU., 2023). Dir.: S. Beck, B. Woods. Int.: A. Driver, A. Greenblatt, C. Coleman.
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